Del gran libro de la historia, tan sólo un pequeño capítulo,
apenas un paréntesis, es la historia digna de las mujeres.
El resto, la mayor parte, es
la historia de una discriminación, de una exclusión. Siempre excluida de los
aledaños del poder, de cualquier tipo de poder, siempre aparcada en la cuneta.
Políticamente, la excepción
confirma la regla, una Nefertiti, una Isabel la Católica , una Reina
Victoria, Pero, por lo general son consortes, acompañantes de Reyes, de
Príncipes, de Zares, de emperadores….
Económicamente, lo que hay
son mercaderes, banqueros, artesanos, constructores de catedrales,
capitalistas, dinero… ¿alguna mujer?
Socialmente. La mujer es un
adorno, es la mujer florero, acompañante de, mujer-de, hija-de, amante-de
(porque no la han dejado crecer, siempre menor de edad)
Religiosamente.
¿Alguna apóstola, alguna papisa,
o cardenala, u obispa, o sacerdotisa?
¿Las monjas?
El poder de las monjas, en la
iglesia, es como el del gremio de las limpiadoras y cuidadoras de los lugares
sagrados (y lo digo sin ánimo de molestar ni de ofender a las maravillosas y
encantadoras monjitas, pero su poder decisión, en la Iglesia , es nulo).
Moralmente.
Las virtudes.
¿Cuáles son las virtudes varoniles?
Ser emprendedor, activo, valiente, fuerte, ¿Y las de las mujeres? : La pasividad,
la comprensión, la paciencia, el aguante, la que lo perdona todo, la
sacrificada, la que sufre en silencio, la que obedece, la discreta,…
Económica e Industrialmente.
¿Algún puesto de dirección o de responsabilidad, en manos
de mujeres? (Hasta ayer mismo, No). Ellas son las manufactureras, las
hilanderas, las trabajadoras no cualificadas, las de la limpieza de la fábrica,
las secretarias,…
Militarmente.
¿Alguna generala, almiranta,
capitana…?
Culturalmente
¿Cuántas humanistas,
poetisas, filósofas, científicas, investigadoras, descubridoras…? (Y las ha
habido, y muy buenas, pero semi-ocultadas, silenciadas, como para que no le
hicieran sombra al varón) pero en número muy inferior al de varones
Termino esta introducción con
dos citas: una griega y otra romana.
Suele decirse que el gran
Demóstenes (lo que me extrañaba, hasta que he descubierto que era un grupo,
denominado Demóstenes, pseudo-Demóstenes, que nada tenía que ver y al que se le
ha confundido con el auténtico) y refiriéndose a los varones, proclamó:
“Mantengan AMANTES, para obtener placer.
“ “ CONCUBINAS, para el cuidado diario de su
persona.
“ “ ESPOSAS para que le den hijos
legítimos y para que sean fieles guardianas de sus hogares”
Dice el gran Catón: “Tan
pronto como las mujeres hayan empezado a ser iguales, serán superiores”
Durante ese pequeño
paréntesis, para Jesús y el primer Pablo, la mujer ni está presa, ni está
excluida, ni está olvidada, ni
discriminada.
La mujer no es más que el
varón, pero tampoco es menos, la mujer es igual al varón, porque ambos tienen
la misma categoría, la categoría de “personas”.
(Espero seguir, algún día,
escribiendo y abundando en todo esto).
No hay comentarios:
Publicar un comentario