miércoles, 3 de julio de 2013

7,. ¿ES POSIBLE EL CONOCIMIENTO? HISTORIA DE LA TEORÍA DEL CONOCIMIENTO.

Como disciplina filosófica no puede hablarse de ella ni en la Antigüedad ni en la Edad Media.

Aunque, no cabe duda, haya reflexiones epistemológicas, tanto en Platón (“Doxa” (“conjetura” y Pistis”) y “episteme” (“logos” y “nous”), como en Aristóteles (“conocimiento sensible” (sentidos externos y sentidos internos) y “conocimiento racional” (razón e inteligencia, entendimiento agente/entendimiento paciente, abstracción, conocimiento vulgar/conocimiento científico, Lógica y silogismo, inducción completa/incompleta, deducción, Física/Teología,…), como en las Escuelas Postaristotélicas (Epicúreos y Estoicos, Lógica, Lógica proposicional,…).

En la Edad Media se siguen los esquemas platónicos y aristotélicos, propios de la “esclava de la Teología”.

Pero como disciplina autónoma habrá que espera a la Edad Moderna, considerándose su fundador a Locke y su “Ensayo sobre el  entendimiento humano”, aparecido en 1.690, donde se trata de un modo sistemático, las cuestiones del origen, de la esencia y de la certeza del conocimiento humano.

También el racionalista Leibniz en “Nuevos ensayos sobre el entendimiento humano”, editada póstumamente, en la que aparece una refutación del punto de vista epistemológico del empirista Locke.

Y sobre los resultados obtenidos por Leibniz escribirá Berkeley su “Tratado de los principios del conocimiento  humano”, en 1.710, y Hume, en su obra maestra “Tratado de la Naturaleza humana” 1,739-1.740, y en la obra, más breve, “Investigación sobre el entendimiento humano”, 1.748.

Pero el verdadero fundador de la Teoría del Conocimiento, dentro de la filosofía continental, se presenta Kant, con sus obra maestra epistemológica, “Crítica de la Razón Pura”, de 1.781, en la  que trata, ante todo, de dar una fundamentación crítica del conocimiento científico de la naturaleza.

Él mismo llama al método de que se sirve en ella de “método trascendental”.

Este método no investiga el origen psicológico sino la validez lógica del conocimiento.

No pregunta –como el método psicológico- cómo surge el conocimiento, sino “cómo es posible” el conocimiento, sobre qué bases, sobre qué supuestos supremos descansa.

En el sucesor inmediato de Kant, en Fichte, la Teoría del Conocimiento ya aparece, por primera vez, como “teoría de la ciencia”. Pero ya, en él, se manifiesta esa confusión de la Teoría del Conocimiento y la Metafísica, que se desborda en Schelling y, sobre todo, en Hegel, llegando hasta Schopenhauer y E. Hartman.

Contra esta forma metafísica de tratar la Teoría del Conocimiento, el neokantismo, en los años 70 del XIX, se esforzó por trazar una separación neta entre los problemas epistemológicos y los problemas metafísicos.

Pero puso tan en primer término los problemas epistemológicos, que la filosofía corrió peligro de reducirse  a Teoría del Conocimiento.

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