Podríamos resumirlo en 6 pasos:
1.- RECHAZO DEL CRITERIO DE AUTODIDAD.
Sea la autoridad una sola persona (Aristóteles) o sea el
“consensus omnium” (el consentimiento universal o de la gran mayoría). Contra
lo comúnmente admitido, no es necesario, para filosofar, apoyarse o partir de
una opinión previa, sea seguida por pocos o por muchos.
“La cantidad
de tontos, es decir, de aquellos que no saben nada, es infinita; muchos son los
que saben poquísimo de filosofía; pocos son los que saben alguna cosilla;
poquísimos los que saben una pequeña parte, y un solo Dios el que la conoce
toda”.
Por lo tanto, el que una teoría (por ejemplo, el
aristotelismo) tenga muchísimos seguidores, lo único que demuestra es que tiene un número enorme de imbéciles
que la aceptan.
2.- NECESIDAD DE UNA OBSERVACIÓN RIGUROSA DE LOS FENÓMENOS.
Observación que tiene que ser reiterada una y otra vez.
En defensa de la “Observación” y en contra de la “Autoridad”
“Si Sarsi (el
padre Grassi) quiere que yo me crea que los babilonios cocieran los huevos
haciéndolos girar velozmente con su honda, yo me lo creeré, pero diré también
que la razón de dicho efecto está muy lejos de ser la que, generalmente, se le
atribuye; y que para conocer la verdadera causa yo haría el siguiente
razonamiento: “si a nosotros no nos sucede un efecto que sucedió a otra gente,
en otro tiempo, es necesarios que nosotros, en nuestro actuar carezcamos de
aquello que fue la causa del logro de aquel efecto, y que, no faltándonos a
nosotros más que una sola cosa, dicha cosa sea la causa verdadera. Ahora bien:
a nosotros no nos faltan ni los huevos, ni las hondas, ni los hombres robustos
que las hagan girar, pero, sin embargo, los huevos no se cuecen; es más, si los
pusiéramos calientes en la honda, veríamos que se enfriarían con mayor rapidez;
y, puesto que no nos falta más que ser
de Babilonia, ha de concluirse que “el ser babilonia” es la causa del
cocimiento del huevo, y no la fricción con el aire, que es lo que yo querías
probar. ¿Es posible que Sarssi, al abrir una puerta no haya notado cuánto
fresco le aporta a la cara ese continuo cambio de aire? ¿Y si lo ha sentido,
querrá él dar más crédito a las cosas de hace dos mil años, acaecidas en
Babilonia y relatadas por otros, que a las que él mismo siente? (Il
saggiatore).
(Nota. El Padre jesuita Horacio Grassi publicó “Libra
astronomica et philosophica”, en el que defendía la teoría astronómica
aristotélico-ptolemaica y el argumento de autoridad. Esta obra sacó a Galileo
de sus casillas y le contestó con “Il saggiatore” (“El pesador de oro”), en el
que, al tiempo que defiende el copernicanismo se burla, con fina ironía de
Grassi)
Texto irónico donde los haya.
3.- HACER REPETIDAS EXPERIENCIAS DEL FENÓMENO ESTUDIADO PARA
SEPARAR LO ESENCIAL DE LO ACCIDENTAL.
Es decir, para simplificarlo.
4.- FORMULACIÓN DE LA HIPÓTESIS EXPLICATIVA DEL FENÓMENO.
5.- Una vez comprobada la hipótesis, FORMULACIÓN DE LA MISMA
EN CALIDAD DE LEY.
6.-FORMULACIÓN MATEMÉTICA DE DICHA LEY.
Hasta que un fenómeno no ha sido expresado en una ley
matemática, en una ecuación matemática, dicho fenómeno no puede considerarse
conocido científicamente.
De ahí su famosa afirmación de que “el que quiera leer en el
libro de la naturaleza tendrá que conocer las matemáticas, ya que el libro de
la naturaleza está escrito en lenguaje matemático”
Es lo mismo que había expresado Leonardo da Vinci: “Ninguna
certeza y seguridad hay donde no hay matemáticas o donde no pueden aplicarse
las matemáticas”.
Que, nada menos que, Max Born diga de este método que “la
actitud científica y los métodos científicos de la investigación experimental y
teórica han permanecido constantes desde la época de Galileo a través de los
siglos y, sin duda alguna, seguirán permaneciendo”
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