El método hipotético-deductivo, el de Galileo, el de Newton,
el de los científicos, en general, es, al menos teóricamente, muy fácil.
a.- El punto de partida, que son los hechos observados y/o experimentados, pero no
hechos puros, sino hechos que plantean un problema. Son hechos problemáticos
que piden/exigen ser explicados.
b.- Aplicación de la Inducción (razonamiento
“hacia arriba”) intentado una solución mediante la invención o propuesta de una
Hipótesis.
c.- Aplicación de la Deducción (razonamiento
“hacia abajo”), sacando/deduciendo consecuencias de la hipótesis
propuesta. (Si la Hipótesis (2) fuera la explicación de los hechos (1),
entonces también debería explicar las consecuencias/hechos (3).
d.- Contrastación de la hipótesis
misma (buscando su compatibilidad con teorías ya aceptadas) y sus consecuencias
(confrontándola con datos empíricos, que pueden ser observaciones o
experimentos). Es así, de este modo, como se pone a prueba la hipótesis. Si la
contrastación tiene éxito entones
e.- Confirmación (siempre
provisional) de la hipótesis, que se convierte en Ley o Teoría.
No siempre se trata de inventar/proponer nuevas hipótesis.
Frecuentemente, las teorías con las que ya se cuenta permitirán resolver el
problema.
De los cinco pasos arriba expuestos, el que mayores
dificultades presenta es el 5º, el de la CONTRASTACIÓN.
La contrastación (como antes hemos expuesto) es la puesta a
prueba de una hipótesis, confrontándola con los hechos.
En realidad, dado que las hipótesis son enunciados
universales, no es posible encontrar en
el mundo nada que se corresponda con ellas. Por eso hay que deducir, de las
hipótesis, hechos observables y comprobar, luego, que, efectivamente, se dan en
la realidad.
Se han propuesto DOS formas de Contrastación:
1.- LA VERIFICACIÓN, la de los filósofos neopositivistas del
Círculo de Viena. Según éstos, una hipótesis se considera verdadera si los
hechos observados en el mundo están de acuerdo con los hechos deducidos de la
hipótesis.
Sin embargo, muy pronto, ellos mismos se dieron cuenta de
que no es posible deducir una verificación concluyente, es decir, completa, de
un enunciado universal (como son las hipótesis o las leyes).
Por ejemplo. No es posible comprobar qué sucedería en todos
los casos en que se tiene mercurio en una cubeta y se introduce en ella un tubo
en el que se ha hecho el vacío. Por ello, siempre cabe la posibilidad de que
aparezca un caso que contradiga la hipótesis.
Por esta razón, Carnap concluyó que, si bien no se puede
conseguir, nunca, la “verificación completa” de una hipótesis, sí se puede
obtener una “confirmación PROVISIONAL” de la misma, y ello podría considerarse
científicamente suficiente.
2.- LA FALSACIÓN, como forma de contrastación, la propuesta
por Popper, debido a las deficiencias de la verificación.
“Una hipótesis puede ser
admitida PROVISIONALMENTE, sólo mientras no resulte refutada/falsada por
los hechos.
Por tanto, en la Falsación ya no se trata de buscar hechos
que estén de acuerdo con las consecuencias de la hipótesis, sino hechos que
estén en oposición con la misma.
Elo valor científico de una hipótesis radica en su
resistencia a la refutación o falsación.
Una de las obras de Popper se titula Conjeturas y
Refutaciones (1.962). El título indica cómo concibe Popper el método
científico: inventar hipótesis (“conjeturas”) lo más audaces posibles –ya que
son las que hacen avanzar realmente a la ciencia- y hacer todo lo posible por
refutarlas. No es buena señal que un científico se esfuerce por demostrar que
sus hipótesis se ven siempre confirmadas; al contrario, debe arriesgarse a que
resulten falsas.
Una teoría que no pueda ser refutada por ningún
acontecimiento concebidle no es científica.
La irrefutabilidad no es una virtud de una teoría (como
suele creerse) sino que es un vicio.
Señala, Popper, además, que, desde el punto de vista lógico,
la falsación es correcta, pero no la verificación.
Yo suelo poner el ejemplo de mi nombre:
1.- Si yo me llamo “Tomás” à mi nombre empieza por
“T”. Es así que mi nombre empieza por “T”, à……. (por lo tanto nada.
No puede concluirse nada. Puedo llamarme Teobaldo, Teófilo, Teodoro,…… En el
uso del Ponendo Ponens, es una falacia la “afirmación de consecuente”
2.- Si yo me llamo “Tomás” à mi nombre empieza por
“T”. Es así que mi nombre no empieza por “T” à yo no me llamo/no
puedo llamarme “Tomás”. En el uso del Tollendo Tollens es una deducción
válida/correcta la negación de consecuente.
Pero tampoco la FALSACIÓN está libre de críticas.
Por ejemplo:
1.- El carácter “aproximativo” de la leyes y teorías
científica hace que no puedan ser falsadas fácilmente.
2.- En la práctica científica, una teoría casi nunca se
considera refutada, sino que se mantiene
gracias a “hipótesis acuciares construidas ad hoc”.
3.- Siempre que se alega un hecho (X) para refutar una
teoría (A), tal hecho ha debido ser interpretado desde otra teoría (B).
Entonces, se cae en este embarazoso dilema: en esta situación no se sabe qué
escoger. Porque, o bien se dice que “x”, interpretado desde B, refuta a A o
bien que A refuta la interpretación de “x” hecha desde B.
Por eso, el mismo Popper reconoció que “nunca podemos
obtener una refutación concluyente de una teoría”
En Conclusión: La contrastación con la experiencia no
permite nunca, de un modo definitivo, considerar una hipótesis como
“verdadera”. Todo lo más, permite considerarla como “aceptable”, de momento,
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