viernes, 12 de julio de 2013

ILUSTRACIÓN Y DEMOCRACIA.


LAS BASES DE LA DEMOCRACIA MODERNA

Todo avanza en y con la Ilustración.

En el siglo XVIII, en las principales potencias europeas (Francia, España, Prusia, Rusia,…), en todas partes, reinan monarcas absolutos.

El modelo inglés es la excepción que confirma la regla y que, al menos externamente, surte un efecto reformista o renovador en las demás naciones al ser una “monarquía limitada por la ley”.

Y no es que la Ilustración disparase y matase las monarquías absolutas levantándose, al día siguiente, con una monarquía moderna.

Porque la lucha de los ilustrados lo que primeramente conseguiría fue servir de aviso a las monarquías absolutas que, al momento, se pusieron manos a la obra emprendiendo una política de reformas que, en definitiva, no sólo no mermaron su poder sino que hicieron sus estados aún más poderosos.

Sean Federico II de Prusia, José II de Austria, Catalina II de Rusia o Carlos II de España, inauguraron, con sus reformas, lo denominado “Despotismo Ilustrado” que, en realidad, debería denominarse “Absolutismo Ilustrado” –como afirma Domínguez Ortiz-, ya que “despotismo” e “ilustrado” son términos que se repelen mutuamente.

Y es que, “Ab-soluto” (“solutus a legibus”) significa que el monarca no estaba sometido a las leyes ordinarias, sólo a las leyes morales y a los pactos establecidos con los vasallos mientras que “déspota” es el tirano que ejerce el poder sin respeto alguno ni a las leyes, ni a pactos, ni a derechos, para su exclusivo beneficio.

Voltaire, Diderot y D´Alembert colaboraron con Federico II, aunque, al final, rompieran la amistad.

Pero había que comparar las ideas del rey-filósofo, por una parte, con  su gobernanza y por otra lo que dice y lo que hace. Hasta dónde llega su ingenuidad y su astucia.

Esa reforma, desde arriba, ¿era la forma adecuada?

Las ideas políticas de la Ilustración aparecen, tanto en la Enciclopedia como en filósofos como Locke, Montesquieu, Rousseau y Kant.

Todos parten de la realidad que está tocándoles vivir y proponiendo salidas, alternativas, a dicha realidad.

Eso y no otra cosa son los “Dos Ensayos sobre el Gobierno Civil”, “Del Espíritu de las Leyes”, “El Contrato Social”, “La Metafísica de las Costumbres”.

Desde la Revolución Gloriosa hasta la Revolución Francesa es un embarazo de crítica subversiva del poder absoluto, tiránico, despótico y naciendo una forma de poder alternativo.

En La Enciclopedia, en el término “Poder” afirma: “El fundamento del poder es el consentimiento de los hombres, reunidos en sociedad. El que se establece sólo en base a la fuerza no puede subsistir más que por la fuerza. Ésta no puede, nunca, legitimarlo. Y los pueblos conservan siempre el derecho a reclamar en su contra”

EL FUNDAMENTO LEGÍTIMO DEL PODER ES EL CONSENTIMIENTO DEL PUEBLO, NO LA FUERZA.

Ese origen legítimo del poder es el que exponen los ilustrados arriba mencionados.

De aquí surgirán las Bases de la Democracia Moderna.

.- Origen contractual, no divino, del poder.

.- La primacía del legislativo.

.- La división de poderes.

.- La soberanía popular.                                                     

.- Necesidad de una Constitución o Ley Fundamental.

 

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