Estás ante un problema, atascado, encallado, no le ves
salida, “ni patrás ni palante”, dándole vueltas y más vueltas como un carrusel
averiado. Que no y que no. Que estás bloqueado, con obstáculos insalvables ni
posibles salidas
Te levantas de la mesa, intentando despejarte y dejar ahí,
aparcado el problema, mientras vas a echarle una ojeada al frigorífico o a la
terraza a ver si sale la vecina del quinto,…y, en cualquier momento de este
paréntesis laboral !ZAS¡ ves el camino y vislumbras la solución, habiendo
superado el obstáculo.
Y todo en un momento, de golpe. Es la INTUICIÓN.
Normalmente, conocer es discurrir, es correr, es ir pasando
de una verdad a otra, como eslabones de una cadena, como piedras en el río que
pisando una tras otra te lleva a la otra orilla.
Lo normal, en el conocimiento, es darle vueltas al objeto a
conocer, asediarlo, rodearlo cual Jericó, comparándolo con otros objetos,
oponiéndole, relacionándolo,…
El conocimiento, normalmente, no es una operación, sino un
conjunto de operaciones intelectuales.
Es un conocimiento mediato, discursivo.
La INTUICIÓN, en cambio, es lo contrario. En un conocimiento
inmediato.
“Intuir” es “conocer viendo”. En él se aprehende
inmediatamente un objeto, como ocurre con la visión, que ve inmediatamente.
Intuir es “una visión intelectual”, aunque, también, podemos
afirmar que hay “intuiciones sensibles”.
Inmediatamente vemos el color verde o rojo, o experimentamos
un dolor de muelas, o la alegría de un encuentro inesperado.
Igualmente intuimos intelectualmente.
Que un cuadrado debe tener cuatro lados y un triángulo sólo
tres, se ve inmediatamente, ni debe, ni puede ser razonado, Es intuido.
Igualmente vemos, inmediatamente, que son/tienen que ser dos
figuras geométricas distintas. Lo vemos clarísimo desde el primer momento. De
golpe.
O el principio de identidad o el de (n) contradicción.
Son “aprehensiones inmediatas” o “intuiciones”.
Aunque, en general, se reserva la denominación de “intuición”
sólo a la intelectual o no sensible.
Aunque la intuición de las diferencias sea una intuición, es
una “intuición formal” = “aprehensión inmediata de las relaciones entre
contenidos sensibles (rojo-verde) o entre contenidos intelectuales
(cuadrado-triángulo) y reservaremos el nombre de “intuición material” a la
propia y auténtica intuición: “aprehensión de una realidad suprasensible”.
Pero la estructura psíquica del hombre no es sólo
“pensamiento”, también es “sentimiento” y “voluntad”: las tres direcciones de
la vida psíquica humana, por lo que deberíamos hablar de tres tipos de
intuiciones: 1.- Intuición intelectual (mejor denominación que “racional” (como
algunos la denominan), porque la razón siempre es discursiva y no intuitiva),
2.- Intuición emocional y 3.- Intuición volitiva.
En los tres casos hay una “aprehensión inmediata de un
objeto”
¿Es que no se “ve” que lo entiende?,
¿Es que no se “ve” que está triste?
¿Es que no se “ve” que le gusta, que lo quiere?
Visto desde el objeto, todo objeto presenta tres aspectos o
elementos o “caras”: la esencia, la existencia y el valor. Por lo tanto, habrá:
1.- Intuición de la esencia o intuición intelectual. 2.- Intuición de la
existencia o intuición volitiva; y 3.- Intuición del valor o intuición emotiva.
Históricamente.
.-Platón y la Intuición de las ideas, intuición intelectual.
.- Aristóteles y la Intuición de los primeros principios.
.- Plotino y la intuición del nous, del Uno.
.- San Agustín, para quien el “cosmos noetós platónico” es
el “pensamiento divino”, y lo “vemos” en Dios, aunque, también, nos hable de
una “intuición emocional” (visión mística).
.- La Mística Medieval, contraria a la Escolástica Intelectualista.
El “Dios intuitivo” (la intuición religiosa, “videre”, “sentire”, “experire”)
tan distinto al “Dios discursivo” de Santo Tomás. Las vivencias y
experiencias subjetivas (la intuición)
superiores al silogismo racional.
El “agustinismo” de San Buenaventura (“ver”, “sentir”,
“experimentar” a Dios) versus el “aristotelismo” de Santo Tomás (“demostrar” a
Dios).
.- Época Moderna: el “cogito ergo sum” cartesiano, que no es
una deducción de la existencia desde el pensamiento, sino una “intuición” del
existir en el mismo acto del pensar.
.- Pascal: “el corazón” versus “la razón” (“el corazón tiene
razones que la razón no entiende”)
.-Malebranche y el ontologismo (“ver todas las cosas en
Dios”) algo que no ocurre ni en Leibniz ni en Espinoza (racionalistas,
también).
.- Kant, para el que no existe intuición intelectual sino
sólo conocimiento discursivo racional.
.- Hume: junto al conocer (experiencia y razón) la fe (la
“creencia”), no religiosa sino laica (“creemos” que bajo los accidentes….,
“creemos en las cosas”, no las conocemos.
.- Hutcheson: intuición de los valores, “intuición ética o
moral”, no racional... Tenemos un “sentido moral” que aprehende,
inmediatamente, valores.
.- El Idealismo alemán y la intuición intelectual.
.- Schleiermacher y la intuición religiosa. La religión
tiene su sede, no en el entendimiento ni en la voluntad, sino en el sentimiento.
Es una aprehensión intuitiva emotiva. Las tres fuentes del conocimiento son: el
saber, la fe y el presentimiento (“conocimiento por puro sentimiento”, “órgano
del conocimiento religioso”).
.- H. Cohen, antiintuicionista. Sólo hay un conocimiento, el
racional discursivo, y un método, el racional discursivo.
¿Es que no hay intuiciones del yo, de la libertad, de los
valores (éticos, estético, religiosos)?
.- Bergson: defensor de la intuición. Por ella captamos la
realidad por dentro. La intuición es la clave de la metafísica.
.- Dilthey: se entra en contacto con la realidad de un modo
emotivo y volitivo. La intuición es el verdadero órgano de conocimiento del
historiador.
.- Husserl y la fenomenología: intuir las esencias, el modo
de ser, el “eidos” de las cosas (poniendo entre paréntesis la existencia).
Intuición esencial inmediata.
.- Scheller: además de la intuición esencial admite la
intuición emocional, por la que se captan los valores, vedados al
entendimiento.
El entendimiento es a los valores (o sea, nada) como el ojo
es a los sonidos (nada).
Incluso un conocimiento intuitivo de Dios.
Todos la hemos experimentado, y más de una vez.
Estás ante un problema, atascado, encallado, no le ves
salida, “ni patrás ni palante”, dándole vueltas y más vueltas como un carrusel
averiado. Que no y que no. Que estás bloqueado, con obstáculos insalvables ni
posibles salidas
Te levantas de la mesa, intentando despejarte y dejar ahí,
aparcado el problema, mientras vas a echarle una ojeada al frigorífico o a la
terraza a ver si sale la vecina del quinto,…y, en cualquier momento de este
paréntesis laboral !ZAS¡ ves el camino y vislumbras la solución, habiendo
superado el obstáculo.
Y todo en un momento, de golpe. Es la INTUICIÓN.
Normalmente, conocer es discurrir, es correr, es ir pasando
de una verdad a otra, como eslabones de una cadena, como piedras en el río que
pisando una tras otra te lleva a la otra orilla.
Lo normal, en el conocimiento, es darle vueltas al objeto a
conocer, asediarlo, rodearlo cual Jericó, comparándolo con otros objetos,
oponiéndole, relacionándolo,…
El conocimiento, normalmente, no es una operación, sino un
conjunto de operaciones intelectuales.
Es un conocimiento mediato, discursivo.
La INTUICIÓN, en cambio, es lo contrario. En un conocimiento
inmediato.
“Intuir” es “conocer viendo”. En él se aprehende
inmediatamente un objeto, como ocurre con la visión, que ve inmediatamente.
Intuir es “una visión intelectual”, aunque, también, podemos
afirmar que hay “intuiciones sensibles”.
Inmediatamente vemos el color verde o rojo, o experimentamos
un dolor de muelas, o la alegría de un encuentro inesperado.
Igualmente intuimos intelectualmente.
Que un cuadrado debe tener cuatro lados y un triángulo sólo
tres, se ve inmediatamente, ni debe, ni puede ser razonado, Es intuido.
Igualmente vemos, inmediatamente, que son/tienen que ser dos
figuras geométricas distintas. Lo vemos clarísimo desde el primer momento. De
golpe.
O el principio de identidad o el de (no) contradicción.
Son “aprehensiones inmediatas” o “intuiciones”.
Aunque, en general, se reserva la denominación de “intuición”
sólo a la intelectual o no sensible.
Aunque la intuición de las diferencias sea una intuición, es
una “intuición formal” = “aprehensión inmediata de las relaciones entre
contenidos sensibles (rojo-verde) o entre contenidos intelectuales
(cuadrado-triángulo) y reservaremos el nombre de “intuición material” a la
propia y auténtica intuición: “aprehensión de una realidad suprasensible”.
Pero la estructura psíquica del hombre no es sólo
“pensamiento”, también es “sentimiento” y “voluntad”: las tres direcciones de
la vida psíquica humana, por lo que deberíamos hablar de tres tipos de
intuiciones: 1.- Intuición intelectual (mejor denominación que “racional” (como
algunos la denominan), porque la razón siempre es discursiva y no intuitiva),
2.- Intuición emocional y 3.- Intuición volitiva.
En los tres casos hay una “aprehensión inmediata de un
objeto”
¿Es que no se “ve” que lo entiende?,
¿Es que no se “ve” que está triste?
¿Es que no se “ve” que le gusta, que lo quiere?
Visto desde el objeto, todo objeto presenta tres aspectos o
elementos o “caras”: la esencia, la existencia y el valor. Por lo tanto, habrá:
1.- Intuición de la esencia o intuición intelectual. 2.- Intuición de la
existencia o intuición volitiva; y 3.- Intuición del valor o intuición emotiva.
Históricamente.
.-Platón y la Intuición de las ideas, intuición intelectual.
.- Aristóteles y la Intuición de los primeros principios.
.- Plotino y la intuición del nous, del Uno.
.- San Agustín, para quien el “cosmos noetós platónico” es
el “pensamiento divino”, y lo “vemos” en Dios, aunque, también, nos hable de
una “intuición emocional” (visión mística).
.- La Mística Medieval, contraria a la Escolástica Intelectualista.
El “Dios intuitivo” (la intuición religiosa, “videre”, “sentire”, “experire”)
tan distinto al “Dios discursivo” de Santo Tomás. Las vivencias y
experiencias subjetivas (la intuición)
superiores al silogismo racional.
El “agustinismo” de San Buenaventura (“ver”, “sentir”,
“experimentar” a Dios) versus el “aristotelismo” de Santo Tomás (“demostrar” a
Dios).
.- Época Moderna: el “cogito ergo sum” cartesiano, que no es
una deducción de la existencia desde el pensamiento, sino una “intuición” del
existir en el mismo acto del pensar.
.- Pascal: “el corazón” versus “la razón” (“el corazón tiene
razones que la razón no entiende”)
.-Malebranche y el ontologismo (“ver todas las cosas en
Dios”) algo que no ocurre ni en Leibniz ni en Espinoza (racionalistas,
también).
.- Kant, para el que no existe intuición intelectual sino
sólo conocimiento discursivo racional.
.- Hume: junto al conocer (experiencia y razón) la fe (la
“creencia”), no religiosa sino laica (“creemos” que bajo los accidentes….,
“creemos en las cosas”, no las conocemos.
.- Hutcheson: intuición de los valores, “intuición ética o
moral”, no racional... Tenemos un “sentido moral” que aprehende,
inmediatamente, valores.
.- El Idealismo alemán y la intuición intelectual.
.- Schleiermacher y la intuición religiosa. La religión
tiene su sede, no en el entendimiento ni en la voluntad, sino en el sentimiento.
Es una aprehensión intuitiva emotiva. Las tres fuentes del conocimiento son: el
saber, la fe y el presentimiento (“conocimiento por puro sentimiento”, “órgano
del conocimiento religioso”).
.- H. Cohen, antiintuicionista. Sólo hay un conocimiento, el
racional discursivo, y un método, el racional discursivo.
¿Es que no hay intuiciones del yo, de la libertad, de los
valores (éticos, estético, religiosos)?
.- Bergson: defensor de la intuición. Por ella captamos la
realidad por dentro. La intuición es la clave de la metafísica.
.- Dilthey: se entra en contacto con la realidad de un modo
emotivo y volitivo. La intuición es el verdadero órgano de conocimiento del
historiador.
.- Husserl y la fenomenología: intuir las esencias, el modo
de ser, el “eidos” de las cosas (poniendo entre paréntesis la existencia).
Intuición esencial inmediata.
.- Scheller: además de la intuición esencial admite la
intuición emocional, por la que se captan los valores, vedados al
entendimiento.
El entendimiento es a los valores (o sea, nada) como el ojo
es a los sonidos (nada).
Incluso un conocimiento intuitivo de Dios.
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