martes, 9 de julio de 2013

LA RAZÓN CRÍTICA.


 
Es la característica, por excelencia, de la Ilustración, la RAZÓN CRÍTICA. La luz natural de la razón destruyendo leyendas y prejuicios, desmitificando dogmas y relatos bíblicos, señalando errores, abusos y tropelías, llevando la luz por los caminos de un pasado de tinieblas.

La luz natural de la Razón desmantelando el viejo, supersticioso y tenebroso edificio, para dejar despejado el solar y poder, después, construir en él el nuevo edificio racional, científico, humano,…

Para el Crítico arribar a la meta depende y está en manos de uno, que debe saber pilotar la nave. Para el no crítico la nave es guiada por Dios, por el azar, por el destino, por la casualidad, por las oraciones y súplicas. Son los que han dejado, entregado el timón en inexistentes manos ajenas y que, quizá, la tempestad, como a Robinson Crusoe, los ha dejado en la orilla.

El Crítico debe ser capaz de distinguir la verdad de la opinión, el derecho de la autoridad, el deber del interés, la virtud de la gloria. Reconducir al hombre a la condición de ciudadano.

La Filosofía Crítica como guía del saber y del obrar. No sólo para separar y eliminar la paja, también para sembrar y recoger el grano. No sólo para detectar el error, también para descubrir la verdad. No sólo para señalar y denunciar la falsedad, también para llevar los hechos históricos a su tribunal, al de la Razón.

1 comentario:

  1. Lógica, Crítica y Teodicea. Eso es para gente experta en Filosofía, como Tomás

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