REGINE OLSEN
Conoció a Kierkegaard la
primavera de 1837 cuando ella tenía 15 años.
Regine luego le comentó que
la primera vez que se vieron Kierkegaard le había causado "una impresión
muy fuerte".
Una conexión mutua se
desarrolló entre ellos, mientras Regine tenía por tutor a Schlegel, su futuro
esposo.
Regine también le causó una
fuerte impresión a Kierkegaard, quien empezó a buscarla durante un largo
periodo de tiempo, primero como un amigo y después cortejándola.
El 8 de septiembre de 1840,
Kierkegaard finalmente le reveló sus sentimientos cuando ella tocaba el piano para
él, en la casa de la familia Olsen.
Él contó estos eventos años
más tarde en su diario: “¡Oh!, qué me importa la música, eres tú a quien
quiero, te he querido durante estos dos años”.
Ella se quedó callada.
Kierkegaard procedió
inmediatamente a pedir la mano de Regine al Concejal Etatsraad Olsen, su padre,
que lo bendijo, y los dos quedaron comprometidos para el matrimonio.
Casi de inmediato,
Kierkegaard comenzó a tener dudas sobre sus habilidades como esposo.
Durante el año siguiente,
Kierkegaard se dedicó por completo al trabajo.
Comenzó sus estudios en el
seminario, dio su primer sermón, y escribió su disertación para obtener el
grado de Maestro.
Regine sentía que la agenda
ocupada de Kierkegaard era un pretexto para evadirla.
Ellos mantuvieron una larga
correspondencia; le escribía cada miércoles, las cartas de Kierkegaard han
sobrevivido, pero, excepto algunas líneas, las cartas de Regine han sido
destruidas.
El 11 de agosto de 1841,
Kierkegaard deshizo el compromiso, enviándole a Regine una carta de despedida
junto con su anillo de compromiso.
Regine, con el corazón roto,
inmediatamente fue a la casa de Kierkegaard, cuando no estaba y dejó una nota
pidiendo que no la abandonara.
Kierkegaard parece haber
sentido verdadero amor hacia Regine, pero era incapaz de conciliar su futuro
matrimonio con su vocación de escritor y su apasionado e introspectivo
cristianismo.
Regine estaba destruida por
el rechazo hacia ella, y se negaba a aceptar su ruptura con Kierkegaard,
amenazando con matarse si no la tomaba de nuevo.
Kierkegaard tomo medidas para
calmarla, pero éstas le hacían creer a ella que a él no le importaba en lo
absoluto y que todo era culpa de ella.
Como más tarde Kierkegaard
escribió "no había nada más para mí que hacer que llevarlo todo al
extremo, apoyarla, si era posible, por medio de engaños, hacer todo para que
ella se alejara de mí y encendiera, de nuevo, su orgullo".
Él le escribía cartas frías y
calculadoras para que pareciera que ya no la amaba, pero Regine tenía la esperanza
de que volverían a estar juntos, pidiendo desesperadamente que volviera con
ella.
El 11 de octubre de 1841
Kierkegaard se encontró con ella y de nuevo terminó su relación en persona.
El padre de Regine trató de
persuadirlo y que lo reconsiderara, después de enterarse de la condición
desesperada de su hija, alegando que "sería la muerte de ella, que está en
la desesperación total".
Kierkegaard regresó al día
siguiente y habló con ella.
A su pregunta de si él se
casaría, Kierkegaard respondió con mucha frialdad: "Bueno, sí, en diez
años, cuando haya comenzado a calmarme y necesite una joven lujuriosa para que
me rejuvenezca."
En realidad, Kierkegaard no
tenía tales planes, y permanecería célibe el resto de su vida.
En realidad no hay manera de
saber esto, pero basado en los escritos de su diario, es muy probable.
"Hoy he visto a una
muchacha bonita - que ya no me interesa... Al mismo tiempo son buenos para mí
esos pequeños romances, que me distraían bastante."
Regine estaba obsesionada con
el asunto, así como Kierkegaard, quien describía sus noches llorando en la cama
sin ella.
La historia de la ruptura fue
una fuente de chismes en Copenhague.
La familia de Regine actuó
con confusión, encontrando las acciones de Kierkegaard incomprensibles,
odiándolo por causarle a Regine tanto dolor.
Kierkegaard luego rogaría por
el perdón de Regine por sus acciones.
En una carta famosa escribió,
"Sobre todo, olvida al que escribe esto; perdona a alguien que, no importa
qué otras cosas, no pudo hacer feliz a una chica"
El 3 de noviembre de 1847,
Regine se casó con su antiguo tutor, Frederick Schlegel.
El matrimonio fue feliz y
estable. Regine y Frederick incluso se leían pasajes de los escritos de
Kierkegaard, los cuales estaban llamando mucho la atención en Dinamarca.
En algunas ocasiones en 1848,
Regine y Kierkegaard se encontraron, primero saliendo de la iglesia después de
Misa, y después en caminatas nocturnas cuando iban por caminos que ambos
tomaban.
El 19 de noviembre de 1849,
Frederick recibió una carta de Kierkegaard pidiéndole hablar con Regine.
Schlegel no respondió a la
carta y rechazó las futuras peticiones de hablar con ella.
Poco después, Frederick fue
elegido gobernador de las Indias Occidentales Danesas, con Regine
acompañándolo, partieron el 17 de marzo de 1855.
No volvió a ver a
Kierkegaard.
Regine y Frederick volvieron
de las Indias Occidentales Danesas a Copenhague en 1860, cinco años después de
la muerte de Kierkegaard.
Frederick murió en 1896 y en
1897, Regina se mudó a Frederiksberg para vivir con su hermano mayor.
Después de la muerte de
Schlegel, aceptó peticiones de biógrafos, comentaristas y amigos, para discutir
su versión de la relación entre ella y Kierkegaard.
En 1898 decidió dictarle a
Raphael Meyer la historia de su compromiso con Kierkegaard.
Ésta fue publicada después de
la muerte de Regine.
Ella está enterrada en
Copenhague, junto con Kierkegaard y Schlegel.
En un comentario sobre
Regine, Robert Neiiendam escribió que "ella sabía que él se la llevó consigo
a las páginas de la historia, y este pensamiento la compensaba por todo lo que
había sufrido".
Kierkegaard nunca se recuperó
de su relación fallida con Regine.
Hubo un tiempo entre su ruptura
y la boda de Regine con Schlegel, en el que tenían contacto durante las
caminatas diarias y en la iglesia.
Cuando fue a Berlín en 1842 a estudiar Filosofía,
lo acechaba la imagen de una mujer muy parecida a Regine.
Aún dedicándole todo su
tiempo a los estudios, Regine siempre estaba en su cabeza. Fue durante esta
época cuando Kierkegaard hizo su propia filosofía, así como su primer libro.
Ha habido muchas suposiciones
detrás de la ruptura con Regine.
Se ha sugerido que
Kierkegaard, habiendo leído la historia bíblica de Abraham e Isaac, fue
influenciado en su perspectiva de ver el matrimonio: él creía que, si
sacrificaba a la persona más querida como un acto de fe religiosa (como Abraham
con Isaac), Dios se la regresaría en el último momento.
En vez de eso, Kierkegaard
quedó totalmente confundido cuando Regine continuó con su vida y se casó con
otro hombre.
Regine Olsen ocupa el papel
principal en los pensamientos y escritos de Kierkegaard, y por lo tanto, una
posición única en la historia de la filosofía occidental.
Se puede decir que ninguna
otra mujer ha sido tan elemental en el desarrollo de un gran filósofo como lo
fue Regine para Kierkegaard.
Es difícil entender a
Kierkegaard, por completo, sin el conocimiento de la relación que tuvo con
ella.
Su fallida relación con
Regine, cambió su manera de ver el matrimonio, el amor, el compromiso, la
autenticidad, y sobre todo, la fe y la relación con Dios.
La mención de Regine en sus
escritos, (sin contar su diario) es siempre indirecta.
En “Lo uno o lo Otro”, el
primer libro de Kierkegaard, está lleno de referencias a su relación con
Regine.
Muchos de sus escritos tratan
asuntos de la seducción erótica, sermones sobre las virtudes del
matrimonio.
“El diario de un seductor”, es
donde aparece un joven que calcula cómo seducir a una chica desde lejos, y
después de ganar su afecto, él termina la relación.
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