martes, 16 de junio de 2020

FLORILEGIO 14 ( 5 ) KIERKEGAARD - 2 REGINE OLSEN


REGINE OLSEN

Conoció a Kierkegaard la primavera de 1837 cuando ella tenía 15 años.
Regine luego le comentó que la primera vez que se vieron Kierkegaard le había causado "una impresión muy fuerte".
Una conexión mutua se desarrolló entre ellos, mientras Regine tenía por tutor a Schlegel, su futuro esposo.

Regine también le causó una fuerte impresión a Kierkegaard, quien empezó a buscarla durante un largo periodo de tiempo, primero como un amigo y después cortejándola.

El 8 de septiembre de 1840, Kierkegaard finalmente le reveló sus sentimientos cuando ella tocaba el piano para él, en la casa de la familia Olsen.

Él contó estos eventos años más tarde en su diario: “¡Oh!, qué me importa la música, eres tú a quien quiero, te he querido durante estos dos años”.

Ella se quedó callada.

Kierkegaard procedió inmediatamente a pedir la mano de Regine al Concejal Etatsraad Olsen, su padre, que lo bendijo, y los dos quedaron comprometidos para el matrimonio.

Casi de inmediato, Kierkegaard comenzó a tener dudas sobre sus habilidades como esposo.

Durante el año siguiente, Kierkegaard se dedicó por completo al trabajo.
Comenzó sus estudios en el seminario, dio su primer sermón, y escribió su disertación para obtener el grado de Maestro.

Regine sentía que la agenda ocupada de Kierkegaard era un pretexto para evadirla.

Ellos mantuvieron una larga correspondencia; le escribía cada miércoles, las cartas de Kierkegaard han sobrevivido, pero, excepto algunas líneas, las cartas de Regine han sido destruidas.

El 11 de agosto de 1841, Kierkegaard deshizo el compromiso, enviándole a Regine una carta de despedida junto con su anillo de compromiso.

Regine, con el corazón roto, inmediatamente fue a la casa de Kierkegaard, cuando no estaba y dejó una nota pidiendo que no la abandonara.

Kierkegaard parece haber sentido verdadero amor hacia Regine, pero era incapaz de conciliar su futuro matrimonio con su vocación de escritor y su apasionado e introspectivo cristianismo.

Regine estaba destruida por el rechazo hacia ella, y se negaba a aceptar su ruptura con Kierkegaard, amenazando con matarse si no la tomaba de nuevo.

Kierkegaard tomo medidas para calmarla, pero éstas le hacían creer a ella que a él no le importaba en lo absoluto y que todo era culpa de ella.

Como más tarde Kierkegaard escribió "no había nada más para mí que hacer que llevarlo todo al extremo, apoyarla, si era posible, por medio de engaños, hacer todo para que ella se alejara de mí y encendiera, de nuevo, su orgullo".

Él le escribía cartas frías y calculadoras para que pareciera que ya no la amaba, pero Regine tenía la esperanza de que volverían a estar juntos, pidiendo desesperadamente que volviera con ella.

El 11 de octubre de 1841 Kierkegaard se encontró con ella y de nuevo terminó su relación en persona.

El padre de Regine trató de persuadirlo y que lo reconsiderara, después de enterarse de la condición desesperada de su hija, alegando que "sería la muerte de ella, que está en la desesperación total".

Kierkegaard regresó al día siguiente y habló con ella.

A su pregunta de si él se casaría, Kierkegaard respondió con mucha frialdad: "Bueno, sí, en diez años, cuando haya comenzado a calmarme y necesite una joven lujuriosa para que me rejuvenezca."

En realidad, Kierkegaard no tenía tales planes, y permanecería célibe el resto de su vida.

En realidad no hay manera de saber esto, pero basado en los escritos de su diario, es muy probable.

"Hoy he visto a una muchacha bonita - que ya no me interesa... Al mismo tiempo son buenos para mí esos pequeños romances, que me distraían bastante."

Regine estaba obsesionada con el asunto, así como Kierkegaard, quien describía sus noches llorando en la cama sin ella.

La historia de la ruptura fue una fuente de chismes en Copenhague.

La familia de Regine actuó con confusión, encontrando las acciones de Kierkegaard incomprensibles, odiándolo por causarle a Regine tanto dolor.

Kierkegaard luego rogaría por el perdón de Regine por sus acciones.

En una carta famosa escribió, "Sobre todo, olvida al que escribe esto; perdona a alguien que, no importa qué otras cosas, no pudo hacer feliz a una chica"

El 3 de noviembre de 1847, Regine se casó con su antiguo tutor, Frederick Schlegel.
El matrimonio fue feliz y estable. Regine y Frederick incluso se leían pasajes de los escritos de Kierkegaard, los cuales estaban llamando mucho la atención en Dinamarca.

En algunas ocasiones en 1848, Regine y Kierkegaard se encontraron, primero saliendo de la iglesia después de Misa, y después en caminatas nocturnas cuando iban por caminos que ambos tomaban.

El 19 de noviembre de 1849, Frederick recibió una carta de Kierkegaard pidiéndole hablar con Regine.
Schlegel no respondió a la carta y rechazó las futuras peticiones de hablar con ella.

Poco después, Frederick fue elegido gobernador de las Indias Occidentales Danesas, con Regine acompañándolo, partieron el 17 de marzo de 1855.
No volvió a ver a Kierkegaard.

Regine y Frederick volvieron de las Indias Occidentales Danesas a Copenhague en 1860, cinco años después de la muerte de Kierkegaard.

Frederick murió en 1896 y en 1897, Regina se mudó a Frederiksberg para vivir con su hermano mayor.

Después de la muerte de Schlegel, aceptó peticiones de biógrafos, comentaristas y amigos, para discutir su versión de la relación entre ella y Kierkegaard.

En 1898 decidió dictarle a Raphael Meyer la historia de su compromiso con Kierkegaard.
Ésta fue publicada después de la muerte de Regine.
Ella está enterrada en Copenhague, junto con Kierkegaard y Schlegel.

En un comentario sobre Regine, Robert Neiiendam escribió que "ella sabía que él se la llevó consigo a las páginas de la historia, y este pensamiento la compensaba por todo lo que había sufrido".

Kierkegaard nunca se recuperó de su relación fallida con Regine.
Hubo un tiempo entre su ruptura y la boda de Regine con Schlegel, en el que tenían contacto durante las caminatas diarias y en la iglesia.

Cuando fue a Berlín en 1842 a estudiar Filosofía, lo acechaba la imagen de una mujer muy parecida a Regine.

Aún dedicándole todo su tiempo a los estudios, Regine siempre estaba en su cabeza. Fue durante esta época cuando Kierkegaard hizo su propia filosofía, así como su primer libro.

Ha habido muchas suposiciones detrás de la ruptura con Regine.

Se ha sugerido que Kierkegaard, habiendo leído la historia bíblica de Abraham e Isaac, fue influenciado en su perspectiva de ver el matrimonio: él creía que, si sacrificaba a la persona más querida como un acto de fe religiosa (como Abraham con Isaac), Dios se la regresaría en el último momento.

En vez de eso, Kierkegaard quedó totalmente confundido cuando Regine continuó con su vida y se casó con otro hombre.

Regine Olsen ocupa el papel principal en los pensamientos y escritos de Kierkegaard, y por lo tanto, una posición única en la historia de la filosofía occidental.

Se puede decir que ninguna otra mujer ha sido tan elemental en el desarrollo de un gran filósofo como lo fue Regine para Kierkegaard.

Es difícil entender a Kierkegaard, por completo, sin el conocimiento de la relación que tuvo con ella.

Su fallida relación con Regine, cambió su manera de ver el matrimonio, el amor, el compromiso, la autenticidad, y sobre todo, la fe y la relación con Dios.

La mención de Regine en sus escritos, (sin contar su diario) es siempre indirecta. 

En “Lo uno o lo Otro”, el primer libro de Kierkegaard, está lleno de referencias a su relación con Regine.

Muchos de sus escritos tratan asuntos de la seducción erótica, sermones sobre las virtudes del matrimonio. 
“El diario de un seductor”, es donde aparece un joven que calcula cómo seducir a una chica desde lejos, y después de ganar su afecto, él termina la relación.


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