Decir “Filosofía” es decir,
connotar con “Razón”
Lo que yo no sabía (y acabo
de enterarme) es que existe Un día del año dedicado y en que se conmemora a la Razón.
El “Día Nacional de la Razón ” es una
festividad o celebración secular en Estados Unidos instituida por
humanistas, ateos y otros secularistas y librepensadores como
alternativa al “Día nacional de la Oración ”.
Algunas organizaciones
asociadas organizan este día donaciones de sangre masivas lo que es muy
“racional”, porque dar lo que te sobra, de lo que no te hace falta para seguir
vivo, tampoco creo que sea una heroicidad, pero es racional.
También la Religión tiene la
“Comunión de los Santos”, algo así como un Banco Mundial en el que van
ingresándose todas las oraciones, sacrificios, rezos, peticiones,…. de los
fieles creyentes y cuyo capital acumulado va repartiéndose entro todos los
creyentes y tú no sabes sobre quiénes se reparten, quiénes son los
beneficiarios de tu aportación a ese Banco Especial denominado “Comunión de los
Santos” siendo monopolio de Dios y ayudantes divinos.
Se celebra anualmente el
primer jueves de mayo coincidiendo con “el día nacional de la oración”.
¿Qué se entiende por Razón?
Del latín "ratio",
término con el que Cicerón tradujo el griego "logos" (que
significaba, entre otras cosas, tanto "cálculo" como
"discurso", significados que adoptará también "ratio").
Por "razón" se entiende, en general, aquella "facultad" o capacidad humana por la que se alcanza el conocimiento discursivamente, esto es, partiendo de premisas para llegar a alguna conclusión, o conclusiones, que se derivan de aquellas.
Por "razón" se entiende, en general, aquella "facultad" o capacidad humana por la que se alcanza el conocimiento discursivamente, esto es, partiendo de premisas para llegar a alguna conclusión, o conclusiones, que se derivan de aquellas.
La razón se asimila, así, a
la "diànoia" (conocimiento discursivo) y se opone a "nous"
(conocimiento intuitivo).
En virtud de tal oposición,
al ser el término "nous" traducido por el latino "intellectus"
(entendimiento) la razón termina por oponerse al entendimiento, en autores cono
Kant, Hegel y en la escuela de Frankfurt, por ejemplo.
Yo he dicho muchas que menos
mal que somos “racionales”, porque razonando llegamos a descubrir verdades,
pero que si la razón es un privilegio respecto a los demás animales, que son
irracionales, es, sin embargo un desdoro respecto al “entendimiento” que
intuitivamente, de golpe, sin tener que dar pasos, capta la verdad.
No se “razona” para demostrar
que “el triángulo tiene tres ángulos”, se ve, se intuye, se capta esa verdad de
golpe, como un fogonazo, porque ahí actúa el entendimiento.
Somos “racionales”, ojalá
fuéramos más “inteligentes” (“Intus-legere” = leer dentro, captar).
Dios (si existe) no puede ser
“racional” (llegar a la verdad razonando, dando pasos) es/tiene que ser
“inteligente”, además en grado sumo, “inteligentísimo”
Si el filósofo es (como suele
decirse) el “guardián de la razón o de la racionalidad”, como filósofo que
intento ser, me quedo abrumado, perplejo, porque ¿cuántos tipos o clases de
razón-racionalidad hay, además de las clásicas: Razón Deductiva (de arriba
abajo, desde las premisas a la conclusión) y Razón Inductiva (desde abajo,
desde casos particulares, hacia o hasta arriba) hasta una proposición
Universal, desde “unos” (varios muchos o pocos) a “Todos”.
Y, en estos tiempos que
vivimos, decir que “el filósofo es el guardián de la racionalidad” es exponerse
y cargar sobre sí todo el peso de la crítica y de los argumentos, porque la ciencia,
las ciencias, con su peculiar tipo de racionalidad deja desnudo, deja a la
intemperie, al ufano filósofo que en otros tiempos gozaba de credibilidad.
Ya no sé si hasta la Razón Ética tiene su propia
casa, dejando en manos de la
Filosofía sólo la
Historia de la
Moral.
Y si son tantos y tan
variados los tipos de Lógica, ¿qué decir de los tipos de Razón?.
Si Razón Vital.
Si Razón Histórica,
Si Razón Poética,
Si razón Social.
Si Razón Científica
Si Razón Comunicativa,
Si Razón Teórica.
Si Razón Práctica.
Si Razón Matemática.
….
….
….
….
(En otro lugar de mi blog (no me preguntéis en
cual, porque mi anarquismo situacional o desorden temporal y local llega a
cotas inimaginables) Para eso está Google, que lo sabe casi todo.
A veces empiezo a nadar en mi
blog, por entretenerme y me encuentro con reflexiones que creía perdidas, quizá
algún día me tropiece con ellas)
VERDAD-FALSEDAD-MENTIRA.
(Como casi siempre en otro
lugar de mi blog está escrito).
Todos sabemos que el fin
último de la Razón
es la Verdad.
Pero puede ser que no todo lo
que un hombre tiene por “verdadero” lo sea (porque puede “equivocarse”), pero
en todo lo que dice tiene que ser “veraz” (no tiene que “engañar”): tanto si su
confesión es meramente interna (ante Dios), como si es externa, ante otra u
otras personas.
La transgresión de ese deber
de “veracidad” es a lo que se denomina “mentira” y el precepto dice que “no
debes mentir” (aun cuando fuera con el más piadoso propósito)
Pero una mentira, sea interna
o externa, es de dos clases: 1.- Si se da por “verdadero” aquello de lo que,
sin embargo, se es consciente de que es “falso” y 2.- Si se da por “cierto”
algo de lo que se es consciente, sin embargo, de que es subjetivamente
“incierto”.
Aristóteles decía que Verdad
es “decir que lo que “es”, “es”, y que lo que “no es”, “no es”.
LOS TRES “OBJETOS
SUPRASENSIBLES”
“Dios”, “Libertad” e
“Inmortalidad”.
Nada “sabemos” de ellos
porque nosotros somos seres “sensibles” y ellos son “Suprasensibles”.
No se les puede dar, pues,
realidad objetiva alguna en el respecto teórico.
Pero, porque son
suprasensibles, si, no obstante, debe procurárseles una realidad, sólo se les
podrá conceder en respecto “práctico”, en tanto que “Postulados” de la Razón Práctico-Moral .
Y un Postulado es un
imperativo práctico a priori que no es susceptible de explicación alguna de su
posibilidad (por consiguiente, tampoco de ninguna prueba).
Por tanto, no se postulan
cosas, ni en modo alguno la existencia de un objeto cualquiera, sino sólo una
“máxima” (regla) de la acción de un sujeto. Ahora bien, cuando es deber
efectuar cierto fin (el bien supremo) tengo que tener también derecho a admitir
que existen las condiciones sólo bajo las cuales es posible este cumplimiento
del deber, aunque éstas son (o sean) suprasensibles y no seamos capaces de
obtener ningún conocimiento de ellas (en respecto teórico).
Es decir, al ser
suprasensibles son incognoscible para la Razón Teórica pero son
necesarias su existencia para la Razón
Práctica , luego, aun sin saber nada de ellas, habrá que
admitir su existencia, “postulan” (piden) ser admitidas como existentes para
que pueda existir la moral y, es que, la moral existe, luego también ellas
“tienen que existir”, tenemos que admitir que existen.
Antes de intentar conocer
algo debemos examinar si es posible ese conocimiento, porque si no es posible,
habrá que decir “adiós”.
¿Existe esa capacidad? ¿SÍ?,
pues adelante. ¿NO?, pues ni intentarlo siquiera.
Es, más que otra cosa, un
abismo problemático sin límites, tenemos motivos, pues, para sentir angustia,
desconcierto, terror, casi.
Desparece bajo nosotros el
suelo sobre el que asentar los pies.
Pocas veces, como ahora, se
ha sentido tan intensamente este modo filosófico de autoconciencia.
¿Tiene algún futuro la
filosofía?
¿Qué puede aportar la filosofía
a la situación actual de nuestra cultura?
¿O tendremos que refugiarnos
definitivamente en las Ciencias Naturales y Humanas o en el Irracionalismo?
¿Qué papel juega la razón
humana?
¿Qué podemos pensar y decir
del hombre?
Porque tras el problema de la
racionalidad late siempre el problema del hombre.
Pero hoy, incluso se habla de
la “muerte del hombre” por lo que tendremos que hacer filosofía desde nuestra
preocupación por el hombre.
Si la “muerte del hombre”
significa sólo la muerte del “hombre moderno”, prometeico, centrado en sí
mismo, habría que, incluso, felicitarse por ello.
No conviene olvidar que el
“humanismo moderno” cristalizó en comportamientos que han conducido al
individualismo burgués, a la explotación incontrolada de la naturaleza, al chantaje
terrorista por acción o reacción, a la explotación sistemática de una gran
parte de la humanidad.
Los filósofos deberíamos
recordar esto cuando Occidente vive momentos de entusiasmo liberal y
capitalista, con el peligro de que un individualismo insolidario, y en nombre
de la libertad, siembre de nuevas injusticias los caminos de nuestro mundo.
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