3. Presencia del
cristianismo.
El cristianismo es totalmente
fiel a la filosofía platónica (“platonismo para el pueblo”- dice Nietzsche, filosofía platónica expresada
en términos sencillos y accesibles a todo el mundo).
Con el cristianismo las ideas
que antes estaban presentes en un reducido número de personas, los filósofos,
se extienden a todos los hombres.
El dualismo ontológico, el
dualismo antropológico (una tesis particular en el marco general del dualismo
ontológico) pasan a ser de dominio público.
El mundo inteligible de
Platón pasa a ser lo Infinito o mundo divino, el mundo sensible el mundo
terrenal, el alma se opone al cuerpo.
Distintas palabras para, en
el fondo, las mismas ideas.
El cristianismo influirá en
la filosofía puesto que, - opina Nietzsche - , todos los filósofos son en el
fondo teólogos.
Con el cristianismo comienza
también la moral de los esclavos.
4.- Edad Moderna.
Con la Edad Moderna comienza
la crisis del “platonismo” y del cristianismo.
La propia filosofía prepara
la “muerte de Dios”: el empirismo, la Ilustración y, ya en el siglo XIX, el
materialismo cada vez más pujante muestran el carácter ilusorio de las
creencias anteriores.
5.- Actualidad.
Estamos en un momento crítico:
aquello que había servido de orientación a toda la cultura (pero que era pura
invención) desaparece del horizonte y el hombre se encuentra desorientado.
Tal vez anticipándose a las
grandes catástrofes del siglo XX, Nietzsche anuncia inminentes convulsiones
sociales y guerras dramáticas, de una intensidad y capacidad destructiva
desconocidas.
Pero este momento crítico en
el que nos encontramos es, a la vez, necesario para la aparición de una nueva
forma de estar en el mundo.
Es necesario para la aparición
de un hombre nuevo (el superhombre) y de una nueva concepción de la
vida (la que descansa en la comprensión de la voluntad de poder como la
esencia de la realidad).
El siguiente texto resume los distintos ámbitos inventados por el hombre a partir del espíritu de decadencia: “El filósofo, que inventa un mundo racional donde la razón y las funciones lógicas son adecuadas; de ahí el “mundo verdadero”. El hombre religioso, que inventa un “mundo divino”; de ahí el mundo “desnaturalizado”, antinatural. El hombre moral, que inventa un “mundo libre”: de ahí el mundo bueno, perfecto, justo, santo” (“Voluntad de poder”).
No hay comentarios:
Publicar un comentario