lunes, 6 de agosto de 2018

NIETZSCHE 10 LOS NUEVOS FILÓSOFOS (7)



Los filósofos se ponen fuera del tiempo de ahora, no sólo se convierten en la “mala conciencia” de su tiempo sino que, además, miran la época desde un allá fuera en la que “la verdad y la virtud” adquieren realidad en la que viven.

El nuevo filósofo no es/no puede ser un “especialista” (un bárbaro que, por estudiar la parte acotando y desarrollándose en una parcela de la realidad, pierde de vista el “todo”) sino un “generalista”, instalado en la amplitud y en la multiplicidad, el que ve la totalidad.

La barbarie de los especialistas –que diría Ortega.

Es necesario generar una voluntad fuerte, que cambie el rumbo de las cosas, frente a la voluntad débil del hombre moderno.

Frente a esa humanidad nivelada, idiotizada, humilde, gobernada por el ideal de “igualdad”, fruto del socialismo, de la democracia y de la doctrina judeo-cristiana, debe surgir esa voluntad fuerte, que sobresalga de esa mediocridad.

La grandeza es un rasgo típico de la aristocracia como la bajeza lo es de la plebe, del rebaño.

Lucha permanente contra esos ideales colectivos e igualitarios, propios de la masa, de la plebe, del rebaño.

Los nuevos filósofos son la prueba viviente de lo que puede ser el porvenir humano, y podemos serlo si estamos dispuestos a dar el salto a lo terreno y nos liberamos de todas nuestras cargas morales ultraterrenas, recuperando, simplemente, el sentido de la tierra y de la vida.

Porque esa ha sido la historia de la humanidad, la historia de una mentira, la historia de un error en la que la vida era “una mala noche en una mala posada” y la tierra “un hogar de locos”.

Los filósofos harán posible el abandonar la tierra de los padres para avanzar al hogar de los hijos, a la tierra de los hijos

Uno de los sellos distintivos de la antigua aristocracia griega era la Veracidad y, con ella, se distinguía del pueblo bajo, de la plebe, que era mentirosa.

Esa Veracidad es la Nobleza den nuevo filósofo frente al mentiroso hombre vulgar.

Resulta extraño, frente a los ideales del rebaño, de la igualdad y de la nivelación, impuestos por los sistemas democráticos, el nuevo ideal de la desigualdad, de la instauración de la grandeza, de la distinción y de la amplitud de miras.

“El más grande es el más divergente, el que esté mas allá del Bien y del Mal, el señor de las nuevas virtudes, el sobrado de voluntad. Y hagamos, una vez más, la pregunta: ¿es hoy posible la grandeza?”.

“Lo que un auténtico filósofo es resulta difícil de aprender, pues no se puede enseñar; hay que “saberlo”, por experiencia o se debe tener el orgullo de no saberlo. La filosofía es, fundamentalmente, una experiencia”.

La filosofía rechaza automáticamente a quien no está capacitado para acceder a ella. Es un reino de pocos y para pocos….y si los caminos al futuro son cada vez más difíciles, escarpados, hechos para grandes y por grandes…el ámbito de la filosofía y de los filósofos es un campo restringido a muy pocos y son esos filósofos los llamados a estructurar el nuevo orden, a legislar sobre el nuevo orden y a crear valores que correspondan a ese nuevo orden del mundo.

“Pensar”, “tomar en serio”, “tomar con gravedad una cosa”,…son la misma cosa y va todo junto en los nuevos filósofos porque así lo han vivido ellos.
Esto establece la diferencia entre un filósofo y un pensador, o un docto, o un erudito, que no lo han vivido en sus propias carnes.

Los que tomaron y vieron a Nietzsche como un pensador, como un docto, como un erudito, los filósofos académicos y, por supuesto, los moralistas, los filósofos-sacerdotes, lo han vilipendiado porque no han llegado a entenderlo, por eso lo han visto como un peligro, como una amenaza para sus feudos intelectuales y morales, al haberse cargado, con el martillo, sus esquemas de pensamiento y sus interpretaciones del mundo, de la vida, del hombre.

¡Es tan ruin descalificar lo que se desconoce por chocar con los esquemas propios de pensar, de actuar y de vivir¡

Nietzsche no es un erudito, ni es un docto, no se conforma con reproducir los viejos conceptos de pensadores previos, fielmente o combinados, para dar la sensación de novedad.
Nada que ver con la ruptura y originalidad de Nietzsche.

Quizá sean los artistas, con sus creaciones originales, y utilizando los mismos colores y los mismos soportes que los copistas, los más cercanos a Nietzsche.

Es el artista, y no el imitador, el que está más cerca de la belleza, igualmente es el filósofo-artista y no el erudito ni el docto, el que está más cerca de la verdad.

Frente a esa nivelación, a esa igualdad, a esa uniformidad,…el problema de la jerarquía y de la desigualdad natural entre los hombres adquiere todo el sentido para el nuevo filósofo y para la nueva filosofía.

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