La mujer como un ser hueco,
como la sombra del varón.
¿El comportamiento femenino
correcto? (Año 1.939):
1.- Honestidad en los
vestidos, sin exagerar los escotes, faldas y mangas.
2.- Suprimido, radicalmente,
ir sin medias. Más vale llevarlas zurcidas que ir sin ellas. Si, para ello,
faltan pesetas, se suprimen bares y cines.
3.- Reducir al mínimo la
pintura de la cara y los labios, así como los colores imprevistos de los
cabellos. No dejar lo natural para convertirse en una muñeca de escaparate.
4.- Suprimir las posturas
poco honestas y no ir por lugares de poco tráfico y de poca luz.
5.- Suprimir el fumar. La que
desee fumar, que coja un fusil, vista un mono y vaya al frente.
6.- Dedicar el máximo de
tiempo al trabajo para los heridos y soldados y disminuir los paseos y gastos
superfluos.
Tras la victoria del 39 la Sección Femenina pasa a formar
parte del aparato del Estado como órgano del partido al que se confía toda la
formación política y social de las mujeres españolas.
Dos objetivos, pues:
1.- Objetivo político de
mentalizar e instruir a las mujeres en la doctrina falangista, doctrina
nacional sindicalista que le permita estar formada y transmitir esa información
a sus hijos.
2.- Objetivo
ideológico-cultural, formando un modelo de mujer que se caracteriza por su
sumisión al varón y su preparación para cumplir sus misiones básicas de esposa
y madre, con espíritu cristiano y con enseñanzas de Puericultura, Economía
Doméstica, Higiene, Canto,…enseñanzas domésticas que la mujer necesita para
cumplir dignamente sus funciones familiares.
Las afiliadas a la Sección femenina se
organizaban en:
1.- “Las Flechas”, compuesta
por niñas menores de 14 años y que, contra el Frente de Juventudes, se hizo con
el control.
2.- “Las Militantes”, en que
se incluían las afiliadas entre 14 y 35 años, y sujetas a un mayor nivel de
disciplina.
3.- “Las Adheridas”, que eran
las afiliadas de más de 35 años, que pagaban una cuota y tenían la obligación
de acudir a aquellos actos en los que se le solicitara su presencia.
En sus inicios, eran casi
todas mujeres solteras, prescindiendo de las mujeres casadas y viudas con
hijos, para no distraerlas de sus deberes fundamentales de esposa y madre.
Pero el problema era que
¿cómo iban a transmitir y educar los valores del Movimiento a sus hijos si eran
solteras?
Corría un chiste, no sé si
machista, que decía cómo se clasificaban a las mujeres por su belleza: “las hay
guapísimas, muy guapas, guapas, normales, feas, muy feas, feísimas y de la Sección Femenina ”
Además, así como los jóvenes
estaban obligados al Servicio Militar o “Mili”, las jóvenes estaban obligadas
al Servicio Social (1.937), debido a la situación de guerra y por la necesidad
de incorporar a la mujer en la ayuda a las tareas del Estado.
Aunque en un primer momento
el Servicio Social sólo era obligatorio para las “mujeres trabajadoras”, las,
potencialmente, más peligrosas para el Régimen.
Posteriormente sería
obligatorio para las mujeres solteras de 17 a 35 años, quedando exentas las mujeres
casadas, las viudas con hijos, las que habían perdido a un familiar por
defender la patria y las religiosas.
Se exigía el Servicio social
para la obtención de cualquier título académico o certificado de estudios, para
ejercer cualquier profesión oficial, para obtener la licencia de caza o pesca,
para el carnet de conducir o el pasaporte.
Se disponía así de una nueva
herramienta para el control ideológico de las mujeres intentando relegarlas al
ámbito del hogar, en vez del ámbito laboral.
La prestación, sobre todo en
las ciudades, porque en los pueblos no podía realizarse, consistía en realizar
trabajos gratuitos en comedores, escuelas, bibliotecas, oficinas, guarderías,
cuestaciones, canastillas (mis hermanas, por ejemplo, en el pueblo)… todo ello
fuente de mano de obra gratuita para el Régimen.
Rentable en un doble sentido:
ideológicamente, por el control que suponía, y económicamente, por la cantidad
de trabajo gratuito que generaba.
Las formas de cumplir el
Servicio Social eran diversas:
1.- “Ordinario” (tres meses
de formación teórica y otros tres de prestación, a razón de unas 6 horas
diarias.
2.- “Internado” (tres meses
de duración)
3.- “Universitario” (dos
meses de formación teórica, internado en albergues del SEU y dos meses de
prestación” (los varones teníamos las Milicias Universitarias, durante los
veranos, saliendo con la graduación de Teniente de Milicias)
4.- “Obreras” (seis meses de
formación a razón de dos horas diarias)
5.- “Libres” (para las que
vivían en pueblos, sin instituciones donde prestar el servicio, a quienes se
les enviaban los libros a estudiar y la prestación consistía en la confección
de canastillas o similares, lo que antes he dicho de mis hermanas)
Con el tiempo el Servicio
Social se convirtió en un puro trámite, aunque siguió vigente hasta el 1.977,
en que desapareció la Sección Femenina.
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