martes, 29 de diciembre de 2020

INTRODUCCIÓN A LA FILOSOFÍA: MENTALIDAD MÍTICO-RELIGIOSA ( 3 )

 

¿Filo-sofía = amor a la sabiduría? ¿A qué tipo de sabiduría?.

         El objetivo es “la ciudad feliz”.

         El filósofo, después de haber visto la luz, la solución, tiene como misión bajar con la linterna a la caverna y liberar a los esclavos rompiendo sus cadenas y obligándolos, aunque se resistan, a salir.

 

         Ya Epicuro decía: “vana (inútil) es la palabra del filósofo si no alivia los sufrimientos humanos”. Y para esto  hace falta un conocimiento verdadero de la naturaleza, para saber a qué atenerse.

        

         Sócrates: saber – obrar – ser feliz. Saber práctico.

 

         El amor a la especie humana exige una voluntad de verdad y de conocimiento.

 

         Platón: “la filosofía es el uso del conocimiento para provecho del hombre”.

 

         Kant: Concepto académico (historia) y concepto mundano (“conocimientos referentes a los fines esenciales de la razón humana”) de filosofía.

         “El ideal del filósofo no es ser un artista de la razón, sino un legislador de la razón humana” –dice Kant.

         Se trata de curar al enfermo, no de darle el pésame y consolar a la viuda del difunto.

         La teoría no es suficiente, aunque sea necesaria.

 

         (Marx: “hasta el día de hoy los filósofos…..”).

 

Filosofía y Ciencia son invenciones griegas.

         Dice B. Russell; “Nada semejante ha ocurrido jamás, ni antes ni después. En el breve espacio de dos siglos los griegos produjeron en los dominios del Arte, la Literatura, la Ciencia y la Filosofía un asombroso caudal de obras maestras, las cuales han establecido las reglas generales por las que se ha guiado la civilización occidental” (“La sabiduría de Occidente”).

 

         Pensamiento de Verlain : griegos – romanos – cristianismo.

         ¿Por qué apareció esta nueva mentalidad, este nuevo modelo de conocimiento en Grecia, pero en la Grecia marinera, en las colonias,  Mileto, Éfeso,…(Asia Menor).

 

         Condiciones favorables

         (Comercio, democracia-diálogo, espíritu aventurero, casta sacerdotal,….)

 

         Mileto: Comercio y colonias

         Tales: a la búsqueda de las causas reales que quiten a lo desconocido su misterio, haciéndolo familiar a los hombres.

         Previó el eclipse de sol del 28 de Mayo del 585. “Procede – dice- del curso natural de las cosas y no es debido a la ira de los dioses”. Cuando sabemos esto escapamos de la superstición y de la servidumbre.

 

         Igualmente Anaximandro, que lo seculariza todo. En sus explicaciones no hay lugar para lo sobrenatural o mítico. Las tormentas, los huracanes, los terremotos, los eclipses…tienen explicaciones naturales. ¡A buscarlas¡. El trueno no es la voz de Zeus que nos advierte y aterroriza sino “un ruido de nubes golpeadas por el viento”. “la lluvia procede del vapor de las cosas…”. “Los relámpagos proceden del viento que se escapa entre las nubes”…. Será verdadero o falso, pero ya estamos en otro nivel, en la otra mentalidad. Estamos en el campo de la ciencia.

         No tengamos miedo, pues. Son algo natural. No hay misterio. Hay desconocimiento. ¡Conozcamos¡

 

         Los milesios les quitan protagonismo a los dioses para dárselo a los hombres. Y aunque al principio sólo contemplen y estudien el mundo exterior, la fisis, posteriormente otros filósofos (sofistas, Sócrates, Platón, Aristóteles, Epicuro, los estoicos, la escuela helenística… tratarán de todos los problemas (del conocimiento, de la ética, del hombre, del mundo translunar y del sublunar, de la política, de la sociedad, de la educación, de la justicia, del alma, del más allá…pero ya sin miedo.

 

         Fueron los milesios los iniciadores del progreso, con ellos se inicia la Historia de la Razón, en períodos de auge más o menos prolongados. La fe cristiana se impondrá fuertemente durante muchos siglos, pero el espíritu griego racional siempre irá renaciendo. ¿Para qué? Para construir con la razón un mundo de bienestar y de libertad, Un mundo en el que nos sintamos como en casa y no de paso.

        

 

         La fe cristiana barrió la razón filosófica griega durante varios siglos en Europa y se impuso tanto en la vida de los hombres como en sus mentes. Vivían y pensaban cristianamente.

 

INTRODUCCIÓN A LA FILOSOFÍA: MENTALIDAD MÍTICO-RELIGIOSA ( 2 )

lunes, 28 de diciembre de 2020

INTRODUCCIÓN A LA FILOSOFÍA. MENTALIDAD MÍTICO-RELIGIOSA

 

    MENTALIDAD MÍTICO-RELIGIOSA Y MENTALIDAD FILOSÓFICO-CIENTÍFICA.

 

1.- EN LOS ORÍGENES.

 

2.- EN EL  RENACIMIENTO.

 

         1.- EN LOS ORÍGENES.

 

          Para  entender la filosofía hay que ir a los orígenes, en el momento en que emerge, porque la filosofía es un producto histórico y, una vez nacida, ya no parará. Habrá ya siempre una actividad filosófica. Costó nacer pero vivirá permanentemente entre nosotros.

 

         La filosofía surgió para solucionar problemas prácticos que los hombres tenían planteados, para dar respuesta a las necesidades humanas. Cuando las necesidades cambian, cuando se plantean otros problemas la filosofía sigue, pero dará soluciones y respuestas distintas. La filosofía de hoy no puede ser la misma que la de hace 2.500 años, pero seguirá siendo filosofía; distinta filosofía, pero filosofía. Mientras haya hombres y éstos planteen problemas, sientan necesidades, habrá filosofía. La filosofía es histórica.

 

         Al principio fueron los mitos y las religiones los que salvaban las distancias que separaban al hombre frente a un mundo extraño y desconocido.

 

         Una riada, una peste, una sequía, un niño muerto antes de nacer, el nacimiento de un niño vivo, la salida y la puesta del sol, las flores en la primavera, el arco iris….son problemas que los hombres tenían, eran fenómenos para los que no tenían respuestas. Esos hechos ocurren, pero ¿por qué ocurren?

 

         El objetivo y el sentido de los mitos, de las religiones, y luego de la filosofía es que “el hombre se encuentre como en su propia casa” precisamente en ese mundo extraño y hostil en el que se halla perdido y anonadado, siempre a la intemperie, a merced de fenómenos que no se dejan dominar, que te aplastan, que te matan, que te admiran.

 

         Los mitos y las religiones no son ni verdaderos ni falsos pero no son inútiles, tienen sentido, sirven para algo, aunque sólo sea para descansar de tantas preguntas que se hace sobre el mundo. Son respuestas a sus preguntas.

         También la filosofía, como los mitos y las religiones son sistemas de interpretación que lo abarcan todo, tanto el mundo de la naturaleza como el mundo humano. De lo que hay en mí, de lo que hay fuera de mí, de lo que hay sobre mí, son problemas, preguntas que nos hacemos. Y ya sabemos que toda pregunta busca respuestas.

 

         En el principio fue el mito. Cuando aún no se ha llegado al nivel de saber uno está instalado en el nivel del creer.

         ¿Qué es lo que hace el niño pequeñito? Creérselo todo. Poco a poco irá abandonando sus creencias (cree lo que le dice la “seño”, porque “lo ha dicho mi padre”, “lo he leído en una revista”, “lo he visto en la tele”…. Se cree que es verdad lo que otros dicen, le hacen ver,….Poco a poco comenzará a responder con su razón y al argumento de autoridad (los otros) le sustituirá su razón. Eso será verdadero o será falso y lo puedo demostrar. El lenguaje demostrativo sustituirá al lenguaje invocativo o declarativo.

 

         Es un cambio trascendental de mentalidad. De la mentalidad mítica a la mentalidad racional. Preguntas y respuestas en distinto o en el mismo plano, heterogéneas u homogéneas. A la pregunta ¿por qué llueve? Se puede responder diciendo que porque Dios quiere o porque las bajas presiones hacen que el aire se enfríe y al condensarse el vapor de agua que hay en las nubes….

 

         Desde el sendero mítico-religioso el hombre va cambiando de camino y se inicia por la senda de la razón. Del creer al saber, con lo que ello conlleva = buscar en el pensamiento racional la solución a sus problemas y necesidades. Pero estamos en los comienzos, es la infancia de la filosofía, el niño aún no es un hombre maduro, su caminar es torpe, pero ya se ha soltado. Caídas y levantadas. Es lo normal. Aciertos y errores. Es lo normal. Fragilidad e incertidumbre de los comienzos. Antes no se caía, iba en el carrito o de la mano de la madre. Antes no se equivocaba, se equivocarían su “seño”, su padre, la tele…

         La Verdad y la Falsedad son ajenas al creer, como ajenos son los colores a los sentimientos y las formas al agua. “El amor es verde o el amor no es verde”: no es ni verdadero ni falso, son sinsentidos. “El agua es triangular o el agua es cuadrada”, no es ni verdadero ni falso, es un sinsentido. Los colores y los sentimientos están en niveles distintos, como las formas y los líquidos.

 

         Al principio era el mito. Las respuestas eran divinas. Porque los dioses quieren o porque no quieren. La peste, la sequía, la riada,…todo depende de los dioses.

 

         Poco a poco el universo de los dioses va perdiendo protagonismo, cediéndoselo progresivamente al hombre.

A ese mundo desconocido y misterioso, que producía miedo y desconcierto, el nuevo hombre, la nueva mentalidad, tratará de quitarle asombro y misterio para hacerlo familiar y manejable.

         El nuevo hombre intentará hacerse dueño de sí mismo y del mundo, desacralizándolos. ¿Cómo? Razonándolos, buscando leyes que expliquen la manera de actuar de las cosas y que ésta no dependa de la voluntad, de la arbitrariedad de los dioses o de otras fuerzas sobrenaturales. No es igual decir que el sol sale porque tiene que salir (por el movimiento de rotación de la tierra) que decir que sale porque Zeus quiere que cada mañana salga.

 

         Esta primera e ingente tarea que comenzó hace 2.600 años es la que continúa y continuará mientras sigamos siendo hombres. La iniciaron los filósofos, los sustitutos de los sacerdotes y de los profetas. Y sólo contaban con sus fuerzas, sin ayudas divinas ni sobrenaturales.

         Los filósofos no se consideran depositarios de ningún secreto, ni secretos divinos ni inspirados por los dioses, sino que se arriesgan en nombre propio y con sus solas fuerzas, con el riesgo de tropezar, de equivocarse que ello conlleva. Pero el filósofo es ajeno al desaliento. Si otro le demuestra que está equivocado, reconocerá su error. Y esto sí que es un acierto. Así se inicia el camino de la filosofía y de la ciencia. Con sus caídas y sus levantadas, con su corregirse, con desdecirse, pero seguir, seguir, siempre seguir.

 

         Las respuestas surgen porque ellas son necesarias a las preguntas que los hombres se hacen. Son las necesidades prácticas las que azuzan a los hombres a ser satisfechas, y ya no valen las religiones y los mitos, porque ya no se cree que la arbitrariedad de los dioses tenga nada que ver con la regularidad que se da en la naturaleza. Si la salida del sol o la caída de una piedra dependieran de la arbitrariedad de los dioses, podría salir un día por el Norte y otro por el Oeste, y a horas distintas. Igualmente la puesta del sol. Pero NO. Siempre sale y se mete por el mismo sitio, de una manera regular. Y la piedra unas veces podría subir, otras bajar, otras avanzar hacia la derecha,…. Pero NO. Siempre cae verticalmente y a velocidad acelerada, según ley constante.

 

         Las respuestas divinas ya apenas responden.

         Para solventar, satisfacer necesidades es requisito imprescindible comprender la naturaleza y sus regularidades. Conocimiento objetivo. Conocimiento eficaz. Sólo así podremos dominarla y ser señores y no esclavos de ella. Conocerla para aprovecharse de ella, para transformarla.

domingo, 27 de diciembre de 2020

ASÍ SOY YO: CONFESIONES ( y 2 )

 


Cuando algún alumno me preguntaba sobre una cuestión político-social siempre les preguntaba si era para seguir mi opinión como la de una autoridad, por lo que les remarcaba que si ellos, a sus 18 años, pensaban como yo, ya con 60, ¡pobres ellos, no pobre yo! Porque, para ser conservador, de viejo, hay que haber sido revoltoso, contestatario, anarquista,…en la juventud.

 

Que al profesor, como a los padres, hay que escucharlos, atenderles (aunque sólo sea por educación) pero luego, por lo general, no hacerles caso.

 

Siempre me opuse a las corridas de toros porque siempre he sido consciente de que quien es cruel con los animales, a quien le gusta la crueldad de esos seres vivos (que no lo considero un problema moral sino una cuestión estética, porque los toros no son sujetos de derechos ni de deberes) dice que algo está torcido en su interior.

 

Si hay un animal que siempre me ha gustado es el galgo.

 

La caza de la liebre con galgo y caballo, en mi llana tierra castellana, contemplando una carrera tras la liebre y los galgos viejos que van los últimos y los jóvenes los primeros pero que cuando la liebre los tiene ya casi encima hace un corte de 90 grados y los galgos jóvenes, por inercia, siguen corriendo hacia delante mientras los galgos viejos, que venían detrás, se ponen los primeros y que al final serían ellos los que acababan con la liebre en la boca.

 

O cuando los galgos viejos, en vez de seguir a la liebre en su carrera, corren hacia la viña o los girasoles o el bosque porque intuyen (¿intuyen?) que la liebre, cuando se vea acosada, tenderá a ir al perdedero para hacerse invisible a los galgos.

 

Nunca disfruté de la presa, sino de la carrera inteligente (¿) de los galgos viejos.

 

Y de los viejos galgueros que veían la liebre “amoná” en su cama, desde lejos y me preguntaban si yo la veía. Imposible verla, sólo veía tierra y alguna broza. Y cuando yo iba por el cerro/valle adelante mirando y remirando y cuando saltaba, casi bajo mis pies,…

 

Y, cambiando de tercio.

 

Decía Platón que o haces política o te la hacen, así que es mejor poder hacerla e intentar hacerla.

Pero puede hacerse siendo afiliado a un partido (lo que nunca ha pasado por mi mente) o reflexionando sobre política, criticando y alabando según temas, no según personas.

 

En este último sentido sí soy político, me mojo, y cuando se me demuestra que estoy equivocado, sin problema alguno me bajo del burro, abandono mi errónea opinión y me apunto a otra más fiable.

 

 

Y que nadie me eche en cara que haya cambiado de opinión y diga, ahora, otra cosa o la contraria.

 

Reconocer un error ya es un acierto,

 

Julio Anguita, comunista, decía que si te caía bien y, sobre todo, no sólo no era un corrupto sino que ni sombra de corrupción había en él, que se votase, en vez de a uno del propio partido que sea corrupto o tenga sombra de ello.

 

Aranguren, en la lucha violenta de ETA con asesinados diarios, ante la noticia (o rumor) de que iba a aparecer una guerra sucia del Estado, el GAL, y ante el horror de la gente y la pertinaz sangre humana derramada, aprobaba dicha guerra sucia, que en esas circunstancias lo comprendía, pero que no lo aprobaba.

 

Se ha dicho, y muy a menudo, que los intelectuales siempre están en el bando del poder, para mejor vivir, o para poder sobrevivir.

No fue el caso de España.

Franco los eliminó físicamente o los expulsó de España y se exiliaron.

 

He escrito, en este blog, sobre el exilio intelectual durante los primeros años del franquismo (maestros, catedráticos de Instituto y, sobre todo, de Universidad, que dejaron a España como un erial cultural y dando fruto en los países de acogida a los republicanos, sobre todo México y Argentina.

 

Los pocos que quedaron en España había que llamarlos “paniaguados”, ninguno de talla internacional.

 

Otro error manifiestamente proclamado es que “todo intelectual es de izquierdas”, “todo intelectual tiene que ir contra el poder”

¿Por qué? ¿Y si lo que propone o aprueba es un “no” a la pena de muerte, un “no” a la tortura,..? ¿Por qué va a tener que ir contra ello? ¿Sólo porque lo proponga y lo legisle la derecha?

 

Eso es un absurdo.

 

Lo que tiene que hacer un intelectual es dar razones de lo que dice y de lo que propone.

 

Tanto obedecer al poder, cuando lo hace bien, como desobedecerlo, cuando lo haga mal, es necesario y lo propio de un intelectual.

 

Yo, lo confieso, siempre me ha gustado Bertrand Russell, como me ha gustado Voltaire y Nietzsche y, de los españoles suelo leer y coincidir con José Antonio Marina, Fernando Savater y Unamuno que me estimulan a quererlos.

sábado, 26 de diciembre de 2020

ASÍ SOY YO : LEER. ESCRIBIR, PASEAR...( 1 )

 LEER, ESCRIBIR, PASEAR,…

 

Suelo decir que soy filósofo de profesión (han sido 36 años dando clases de Filosofía en Institutos de Bachillerato, para ganarme la vida) y he sido y soy filósofo por vocación (pero no filósofo al uso, con una obra escrita propia), un lector empedernido de textos filosóficos (no necesariamente de filósofos) que me hicieran y me hagan reflexionar sobre la vida, en general y sobre el hombre en particular.

 

Me ha gustado y me gusta la lectura filosófica, que no sólo me deleite y me haga disfrutar, sino que me haga reflexionar.

 

Soy, pues, un lector de artículos más que de tratados, de reflexiones de otros que me hagan a mí, también, reflexionar, que me aceleren las preguntas para ensayar respuestas que pueden (y muchas veces suelen) ser distintas a las del autor de ese artículo.

 

Revistas de filosofía, que rumio con placer y en algunas de las cuales he intervenido como autor de algún artículo, más que de Obras Completas de filósofos.

 

He sido, soy y me considero un buen lector.

 Cuando yo era el único estudiante de mi pueblo y cuando alguien le preguntaba a mi abuela qué tal su nieto, siempre respondía: "es muy estudiado" (quería decir "estudioso") 

He sido, soy y seguiré siendo, un escritor, no seguramente bueno pero sí de lectura fácil, a veces polémica, y bastante leído (tengo a mi blog por testigo).

 

Pasear es otro de mis placeres, algo que vivir en Málaga te facilita durante casi todo el año y si vives cerca de un paseo marítimo (el mío es el del poniente malagueño, el de Antonio Banderas, y siempre a la vista la playa de la Misericordia, cuyo olor y cuya vista te gratifica y te incita a seguir “vivamente vivo”...

 

Ver salir el sol, siempre puntual según la estación del año, el día del mes y la hora del día, cuando majestuoso y aún sin despertar, sin iluminar como él lo hará pocas horas después, mirarlo, a esa hora, a la cara sin que te dañe la vista.

 

Y humanamente hablando tener tres nietos que (no sé cómo decir lo que podría decir de ellos, porque el lenguaje y las palabras siempre desenfocan el concepto y la vivencia).

 

Y esa playa de la Carihuela, en Torremolinos, todos los fines de semana en meses no veraniegos (más todos los días veraniegos) con mi sombrilla de color de camuflaje del ejército, mi silla playera, mi libro o mi revista, con la pequeña nevera con latas de cerveza fresca más unas patatas fritas de El Tío las Papas,….

Esos (y muchos más, aunque menos profundos) son mis placeres vitales, y que, si además, me han dado de comer a diario con el trabajo y ahora con la pensión de jubilación…

 

Siempre me ha interesado la filosofía, pero no sus entresijos técnicos y terminológicos, que me aburren mortalmente.

 

He leído a los filósofos clásicos, pero no directamente, sino de manera indirecta, a través de lo que otros filósofos dicen de ellos.

 

Demuestra mi ingenuidad escritora filosófica el hecho tan extendido de los miles de alumnos que confiesan que me entendían perfectamente cuando explicaba algún tema.

 

Sí me reconfortaba (y mucho)  el oírles decir a fin de curso: “fuimos platónicos cuando explicaba a Platón, luego aristotélico, cartesiano cuando se enfrentaba a la duda como método para no edificar su filosofía racionalista sobre lo que no fuera evidentemente verdadero, Hume si les gustaba y Kant, pero, sobre todo, “nos hicimos nietzscheanos tras la explicación de Nietzsche y comprendimos a Marx al ubicarlo en su contexto,…

 

Disfruto, también, cuando algún alumno, en las redes sociales, defiende la filosofía, “porque a ti no te la enseñarían bien, yo tuve un profesor al que todo se le entendía y nunca se cabreaba cuando, en la mistad de una explicación, levantábamos la mano para preguntar y…”

 

Son, los que he llamado muchas veces “las pagas extras en especie”

 

Que tengan un buen recuerdo de uno y de la filosofía (aunque, luego, excepto uno o dos, ninguno ha hecho Filosofía en la Facultad.

 

Nunca he soportado cuando han dicho en público: “lo trascendentalmente trascendental de la filosofía…”, porque huyo de palabras huecas o expresamente ininteligibles.

ASÍ ES LA VIDA ( 25 ) EUROPA ( y 4 )

 Lo ideal es que los países estén políticamente vivos y si hay que protestar, justamente, por algo, que se proteste, incluso yendo a una huelga.

 

A mí, personalmente, la monarquía no me estorba mientras se comporte como debe comportarse, pero tampoco me hace falta porque, como muchas veces he afirmado, creo que el modo más normal, más racional, de gobernarse un país es con la República, en la que periódicamente tiene que ser sometida a votación y no de manera hereditaria como lo son las monarquías, aunque funcionen bien (y en Europa son varias las Monarquías parlamentarias que así lo hacen y sus ciudadanos la aceptan).

 

Me parece que las monarquías, salvo que queden como entidades simbólico-folclóricas, pero sin poder efectivo, no tienen ya razón de ser.

Somos herederos de unos principios que empezaban diciendo que todos los hombres nacemos libres e iguales, lo cual es lo contrario de que unos nazcan reyes y otros vasallos.

 

La pregunta que muchos se hacen es qué pasa si el rey es bueno, pero el problema no es que el rey sea bueno o malo, el problema radica en que si fuera malo seguiría siendo rey igualmente.

El que sea bueno tranquiliza si ha sido votado, porque podremos también cambiarlo si sale malo, pero lo malo es que el rey siempre es rey.

 

En España ocurre que, por un lado está el rey, que nadie lo ha votado, que ha caído del cielo o lo ha traído Franco, y que es bueno, y por el otro lado están los políticos, que los hemos elegido nosotros y son, todos, unos sinvergüenzas.

 

Pero, la verdad es que, el rey (la institución monárquica) no es totalmente bueno ni los políticos son todos malos malísimos.

Pero al primero no lo podemos quitar y a los segundos sí, porque como los votamos, podemos des-votarlos (palabro no recogido por la R.A.E.)

 

Si el rey contribuyó (muerto el dictador) a que llegara la democracia, no podría haberlo conseguido si otras personas no hubieran apoyado la transición.

 

Si llegó la democracia fue, seguramente, por unas circunstancias, en buena medida azarosas y que salieron bien, y no por una habilidad divina de nadie, sino por una suma de casualidades muy afortunadas.

 

No podemos olvidar que las izquierdas tuvieron que renunciar a su eterno objetivo: una República.

Y, dentro de esa izquierda no podemos olvidar el más izquierdoso de la izquierda, el Partido Comunista y Santiago Carrillo.

 

Se nos metió la monarquía en un kit completo que, o lo apoyábamos o volvíamos a las andadas.

Y se impuso el sentido común.

Elegir lo menos malo, no lo ideal.

 

Después, y hasta hoy mismo, sigue flotando la pregunta que debería ser hecha pero que no es el mejor tiempo para hacerla: “O Monarquía o República”, en un referéndum y a quien Dios se la dé, que San Pedro se la bendiga.

 

Pero mirando a largo plazo las monarquías desaparecerán y se instalarán las repúblicas, es lo lógico y natural, y los monarcas quedarán en los libros de historia y convertidos en una especie de Reyes Magos o Papá Noel y, normalmente, sin regalos.

 

A mí me gusta que existan los Reyes Magos porque a nadie hacen mal y a los chiquillos les entusiasma, pero sólo una vez al año.

 

Que de ilusión también se vive (aunque la ilusión de los padres es otra, pero también la cara de satisfacción de sus crédulos hijos, a los que les da igual cómo los camellos pueden subir al piso noveno a beber agua y comer galletas o cómo Papá Noel viene en un carro tirado por renos, desde el Polo Norte, puede bajar por la chimenea, que ya apenas hay, y que estaría llena de hollín con un saco enorme lleno de regalos.

 

Si antes estaba el Gran Hermano y el resto, todos nosotros éramos como conejitos dominados, una vez desaparecido, como todos somos libres (al estar liberados) todos tenemos derecho a ejercer nuestra libertad, por lo que puede haber (hay) choques entre esas personas ahora libres.

 

Si antes no había conflictos fáciles entre personas, hoy estamos tan conectados que los tenemos en nuestro ordenador, a golpe tecla, para felicitarlos, para insultarlos, para preguntarle,…estamos tan conectados que las libertades de cada uno puede chocar (y choca) con la de otros muchos.

 

Si es enorme el peso de la libertad, ¿qué decir del peso de las libertades ajenas que las tenemos en nuestra propia casa, en nuestra red de medios de  comunicación social, en el Hotmail o el Gmail, en la video llamada,…?

 

Cada vez es mayor la capacidad de intervenir en los otros y ser intervenido por ellos, además de estar aporreteados (¿) por la publicidad disfrazada de información.

 

Estamos expuestos y es cada uno el que debe tomar el control de las riendas de la situación.

Podemos bloquearlo, por ejemplo, o considerarlo como spam para que deje de molestar, o ponerlo como “favoritos” si creemos y queremos que…

 

Basta que un conocido, si es famoso mejor, marque un camino para que muchos lo sigan (aunque sea un bulo, una fake news que nos cuelan)

 

Esas noticias falsas, conocidas también con el anglicismo “fake news”, son un tipo de bulo que consiste en un contenido pseudoperiodístico difundido a través de portales de noticias, prensa escrita, radio, televisión y redes sociales y cuyo objetivo es la desinformación y, como consecuencia, la manipulación y el engaño.

 

Y como tenemos una tendencia a la mímesis….

 

Para que la vida merezca la pena vivirla hay que pensar y hacer lo que Sócrates nos dijo hace 2.500 años: “una vida sin examen no merece la pena de ser vivida”.

 

Debemos, también, hacerle caso a Kant: “sapere aude”, atrévete a pensar por ti mismo, sin tener que consultar con, sin necesidad de tutores (siempre interesados en algo).

 

Esa, y no otra, es la mayoría de edad que proclamaba Kant en: “¿Qué es la ilustración”?

 

Debemos, pues, ser ilustrados.