No hay economía islámica, ni cristiana, ni judía, ni hindú.
La economía es una ciencia,
aunque no sea exacta.
¿Qué tendrá que ver lo que
Gandhi pensaba hacer, una arcadia feliz, con una India independiente y lo que
ocurrió después cuando se comprobó que esa visión arcádica era incompatible con
las realidades de la economía moderna?
Todos los líderes religiosos
que prometieron esto y lo otro, al final entraron por el aro y todas las
economías mundiales son muy parecidas.
Las teorías económicas
modernas son mucho más relevantes que los dogmas tradicionales, incluso
conflictos religiosos pueden entenderse y explicarse en términos económicos,
pero no lo contrario.
El conflicto en Irlanda del
Norte entre Protestantes y Católicos no fue, en realidad, una lucha religiosa,
sino económica y social porque las clases altas y ricas eran protestantes y las
clases bajas y pobres eran católicas por lo que se entendió como un conflicto
religioso: “la naturaleza de Cristo” era una lucha entre pudientes y
necesitados.
Sobre el uso y desarrollo de
No es difícil interpretar a
Jesús de Nazaret como otro Che Guevara, con
El Papa Francisco carga
contra el calentamiento global (y, ayer mismo, contra el neocapitalismo) en
nombre de Cristo mientras los evangélicos, desde sus púlpitos, claman por lo
contrario.
Incluso podemos afirmar que
los evangélicos usarán coche de alta cilindrada quemando gasolina a destajo,
mientras los católicos devotos usarán coches eléctricos con el adhesivo: “Quema
gasolina y te quemarás en el infierno”.
Pero esta diferencia no
estará en la biblia sino en las teorías científicas que unos y otros defienden
y en los movimientos políticos en que unos y otros militan.
Las religiones, pues, poco
pueden hacer ante los grandes retos que están esperándonos, son sólo una
fachada (“Marx dixit”)
¿Y en el problema de la
identidad?
¿Exageraba Marx cuando
consideraba a las religiones como superestructuras, fachadas, que ocultaban la
infraestructura económica y tecnológica, latente?
¿Como fachadas de colores
ante los cimientos que sujetan el edificio?
Pero son muchas las personas
que se identifican con los decorados de las fachadas y sin pensar ni ser
conscientes de los cimientos del edificio.
Así surgen las identidades
que, cuando son de masas, aunque se basen en relatos ficticios y no en hechos
científicos ni en necesidades económicas, intervendrán en el desarrollo de la
historia.
Ya sabemos que las religiones
no atraen la lluvia, no acaban con las sequías, no curan enfermedades, no
fabrican bombas, pero sí determinan quiénes somos nosotros y quienes son ellos,
a quienes debemos ayudar y a quienes podemos bombardear.
El Irán chií,
Sin embargo chiíes, suníes y
judíos ortodoxos visten ropas diferentes, cantan plegarias diferentes,
practican ritos, rituales y ceremonias diferentes y observan tabúes diferentes
pero estas tradiciones religiosas tan diversas llenan de belleza a su sociedad
y animan a la gente a comportarse de manera más amable y caritativa.
Y la voz melodiosa del
almuédano invita a cesar en el trabajo cinco veces al día, lo mismo que los
hindúes con sus mantras y los viernes por la noche las familias judías se
sientan a la mesa para disfrutar de una comida especial de alegría, de acción
de gracias y de solidaridad, y sin olvidar los domingos con los coros
cristianos que aportan esperanza a la vida de millones de personas.
Todos esos rituales ayudan a
forjar vínculos comunitarios de confianza y afecto.
Sin olvidar que también las
religiones se portan miserablemente a favor de la misoginia, de la
discriminación por castas y por la orientación sexual.
Pero todas esas tradiciones
unen a determinadas personas al tiempo que las diferencian de sus vecinos.
El “narcisismo de las
pequeñas diferencias” –las denominaba Freud, aunque puedan tener un recorrido
muy largo.
Pero ser gay o lesbiana en
ciertas religiones, de ciertas naciones, puede conllevar la muerte.
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