CIENCIA Y CREENCIA.
Si Ciencia es Conocer y
Creencia es admitir como verdadero algo de lo que nada se sabe y que tan
posible es que exista y sea así como que no exista y que así no sea, y puesto
que el conocimiento, saber la verdad de algo o sobre algo, es la actividad que
hacen los científicos, los creyentes, en su “creer” y los científicos en su
“saber” parecen pertenecer a dos ámbitos distintos.
Mientras que a unos los
identificamos con la Religión
y con la Iglesia ,
depositaria de la Fe
y a los otros con los que ajenos a la Iglesia y a la Religión , no
necesariamente ateos, realizan la actividad de investigar y descubrir apoyados
en la Razón , a
lo largo de la historia las religiones, con sus Iglesias representadas por sus
jerarcas han sido consideradas como frenos u obstáculos al desarrollo de la Razón , con-vencidos,
creyentes de que la verdad sobre muchos temas o fenómenos ya ha sido anunciada,
a través de la revelación, por sus dioses correspondientes, es falsa, absurda y
merecedora de persecución toda presunta verdad humana que sea opuesta a la
verdad revelada (y ahí tenemos, durante siglos, al Santo Oficio, la Inquisición y las
hogueras para confirmarlo.
Pero, en España, en el siglo
XIX, una vez publicada en 1.859, “El origen de las especies”, de Darwin el
conflicto entre Ciencia y Fe Cristiana, se hizo público y patente.
Mientras unos defendían a
Darwin y afirmaban, con pruebas paleontológicas y prehistóricas que las
especies de hoy no siempre habían existido y que muchas especies anteriores
habían desaparecido llegaban a la conclusión de que “unas especies procedían de
otras”, lo que era considerada una blasfemia ya que en el Génesis, Dios mismo
había revelado la creación de todo, tanto los seres inorgánicos como los
orgánicos, por lo que lo defendido por Darwin y su obra tenía que ser falso al
oponerse, claramente, a la verdad revelada.
Pero en España, la Católica , Apostólica y
Romana, un cardenal sevillano, de nombre Zeferino González, sería la excepción
a la regla evolucionando intelectualmente desde un rechazo a Darwin y a su obra
hasta llegar a una posición al considerar a la teoría evolucionista como una
hipótesis que puede ser aceptada tanto por el hombre de ciencia como por el
teólogo y el exégeta de la
Biblia.
Aunque luego en su obra
filosófica, muy amplia, se muestre totalmente escolástico, tomista más
concretamente.
EISNTEIN.
Su nombre va cosido a la Teoría de la Relatividad , tanto la Especial como la General , sin embargo
también fue un escritor prolífico y, entre los años 1.931 y 1.950 escribió
sobre temas de política, de sociedad, además de sobre ciencia, en los que se
reflejan claramente sus actitudes filosóficas, sociales y `políticas.
Desde la cuestión del
socialismo hasta la causa judía, pasando por los intelectuales, la guerra
atómica, la educación, la paz o el militarismo.
La amplitud de sus intereses
se refiere tanto a los conceptos en sí, como a las personas que los defienden.
Lo que manifiesta que uno de los
mayores científicos que ha habido en la historia no pertenecía a esa clase de
intelectuales que viven aislados en la torre de marfil de sus investigaciones
científicas.
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