viernes, 10 de julio de 2020

FLORILEGIO 16 ( 3 ) LAS DOS ESPAÑAS, LA VIOLENCIA. LOS VALORES



LAS DOS ESPAÑAS.

Y no estoy refiriéndome a la republicana y a la franquista, esas de “españolito que vienes //al mundo. Te salve Dios. Una de las dos Españas // ha de helarte el corazón” – de Machado.

A él, ya nacido, militando en una de ellas, la otra le heló el corazón, junto al corazón de su madre, tras pasar los Pirineos y llegar a Colliure, donde están enterrados.

Me refiero a la España de antes del 98 (1.898) y la de después de ese año, la que sembraría de pesimismo las mentes de los mejores pensadores de la generación del 98, que representó una gran crisis de identidad: lo que éramos, hasta ayer mismo, y lo que somos, ya, hoy.

Los de la Generación del 98 se  preguntaban, con angustia y desconcierto, ¿Qué es España?

Y es que, a principios del XIX, España abarcaba, aún políticamente, una gran parte de América.

La España Europea era sólo una mínima parte de su territorio.

El nombre “España” designaba, también, Cuba, Puerto Rico, Venezuela, Bolivia, Guatemala, Colombia, Perú, Argentina. Chile, México, Florida, California y Filipinas.

El desastre del 98 es la pérdida de todos esos territorios allende los mares y España quedar reducida a la España Europea, una mínima parte.
Lo que significó un trauma histórico, la ruptura con esa otra España, de gran amplitud geográfica y proyección universal, “en la que no se ponía el sol”, porque cuando no estaba en Filipinas, estaba en Cuba y demás territorios hispanoamericanos o en la reducida, sin sangre, y apenas sin importancia, España europea.

Sin embargo lo que sembró en esa otra España llegó a fructificar y más, todavía, sin le añadimos el exilio español de los años de nuestra guerra civil (“nuestra incivil guerra civil”)
Y no sólo México, que sería llamada la “nueva España”, también Argentina.

¡Lástima que nuestros intelectuales, y de todo tipo, no sólo filósofos, tras haberse formado en esta España, tuvieran que ir a sembrar,  a echar raíces y a fructificar en sus antiguas colonias, ya naciones independientes pero con el recuerdo de su antigua metrópolis¡


LA VIOLENCIA.

El tema de la violencia está, desgraciadamente y casi siempre, de actualidad, sin embargo se sabe, muy poco de sus causas.

Los científicos suelen dividirse entre quienes ven, fundamentalmente, factores biológicos tras ella y quienes conceden mayor importancia a los factores sociales.

Sin embargo, y antes de decidirse por una de las partes, es necesario distinguir entre “agresividad” y “violencia” porque mientras la primera es instintiva, la segunda es siempre un producto de la interacción entre la cultura y la biología, es decir, que se produce cuando determinados factores culturales inciden sobre la agresividad.

Con esta distinción se abre un camino a la esperanza porque, si en la violencia intervienen factores dependientes de la cultura, entonces educar “en” y “para” la paz, puede ponérsele remedio.

LOS VALORES.

Carlos Díaz es un filósofo muy prolífico.

Al tratar el tema de los “valores” defiende que quien esté convencido al identificar los valores bursátiles con los valores humanos, que quien posponga los valores del “ser” a los valores del “tener”, pasando por alto que el primer y principal valor es la persona humana, tarde o temprano, “desayunará con la abundancia, comerá con la escasez, cenará con la miseria y se acostará con la desesperación, pues constituye el máximo despropósito valorar más las cosas que las personas”.

Con lo que estoy total y absolutamente de acuerdo.

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