EL PROGRESO: ¿UN CONCEPTO
ACABADO O EMERGENTE?
¿Existe el progreso?
¿Puede detectarse un
mejoramiento paulatino, resultado inevitable de la propia dinámica de la
historia?
¿Puede mostrase la
direccionalidad en los procesos evolutivos o, a estas alturas conviene dejarse
de ingenuidades y reconocer cuánto de azaroso y frágil tienen los aparentes
avances en la evolución?
¿No será el progreso un
espejismo, fruto de una concepción ideológica etnocéntrica que nos resulta muy
grata?
Es una obra en la que
participan en este debate entre “evolución” y “progreso” varios autores de
reconocido prestigio, entre ellos uno de los dos editores del libro que lleva
ese título, Jorge Wagensberg, que nos deleita con este juicio: “nadie puede
negar que entre una bacteria y William Shakespeare ha pasado algo”.
CINE Y FILOSOFÍA. FILOSOFÍA Y
CINE.
Mi antiguo alumno y hoy
profesor de filosofía en Instituto, Andrés Lomeña Cantos ya lleva haciéndolo
bastante tiempo y ha publicado un libro sobre el tema: “Filosofía a sorbos”
(que al final la comentaré).
Desde hace algunos años han
aparecidos dos libros sobre el tema: “Cine y Filosofía”.
Uno es el de Julio Cabrera,
“Cine: 100 años de filosofía” (una introducción a la filosofía a través del
análisis de películas”)
El otro es un texto
colectivo, “Cinema i filosofía” (com ensenyar filosofía amb l´ayut del cinema),
que forman el Grup Embolic, formado por 4 autores.
El primero está escrito en
castellano.
El segundo en catalán.
Pero en ambos se funde el
maridaje entre Cine y Filosofía.
Ambos coinciden en afirmar y
defender que el Cine puede enseñar filosofía, bien como una transmisión de
pensamientos o bien como una guía para pensar por sí mismo.
Por eso, para tratar, a
veces, el mismo tema, usan de películas distintas.
En ambos aparecen las vacas
sagradas de la Historia
de la Filosofía
(como no podía ser menos)
El primero es más
informativo, mientras el segundo, además, se acerca a materias como la Antropología , la Etnología , la Epistemología o la
Ética.
Son, pues, dos libros de
lectura absolutamente compatibles.
P.D.
Sinopsis de la “Filosofía a
sorbos”, de Andrés Lomeña Cantos
La filosofía está en ruinas y
los bienpensantes claman por volver a levantar la vieja fortaleza de las ideas.
Recordemos que Alejandro Magno
quiso conocer a Crates de Tebas, un filósofo cínico, y le preguntó si deseaba
que reconstruyera su ciudad natal y Crates le respondió: “¿Para qué?, ¿para que
venga otro Alejandro y la vuelva a destruir?
He aquí la tragedia de la
filosofía: ¿para qué reconstruirla otra vez? ¿Para volver a dejar a la mayoría
de la población fuera de sus murallas?
Aunque Nietzsche nos enseñó a
“filosofar a martillazos”, buena parte de la tradición occidental parece haber
filosofado a base de “somníferos” para el lector medio.
Si la filosofía quiere salir
a las calles (como Sócrates la practicaba, en la calle), no puede limitarse a
tratar los asuntos de la
Academia.
Los filósofos tendrán que
bajarse los pantalones (como hizo, literalmente, Diógenes de Sínope) y hablar
de la realidad más cercana hasta en la contraportada [las solapas] de los
libros, reflexionando sobre los “bostezos”, los “pies”, la “sangre”, los “excrementos”
o los “gilipollas” que pueblan el mundo.
Hay sorbos filosóficos en los
“móviles”, en el “fútbol”, en el “sexo”, en las “drogas” e incluso en los “cubos
de Rubik”.
Y aún quedarían los tragos
más importantes del individuo contemporáneo: las “películas” y “series de
televisión” que consumimos.
Filosofía a sorbos vierte
breves análisis sobre numerosas “películas”, “series” y “dibujos animados”.
En estas páginas, “Juego de
Tronos” es un pequeño tratado sobre la discapacidad, “Bola de Dragón” una
parábola sobre el pánico nuclear, “Friends” una oda a la mediocridad y “Alien”
una alegoría en clave de terror sobre el parto.
Whitehead escribió que la
historia de la filosofía occidental es una serie de notas a pie de página de
Platón, y aquí encontrará deliciosos sorbos (notas a pie de página de
Aristóteles, Descartes, Kant o Marx) en creaciones como “Los caballeros del
zodiaco”, “Rick y Morty”, “V de Vendetta”, “El bosque o (Des)encanto”.
Describir todo el contenido
de este libro es como querer bebérselo de un tirón.
En lugar de eso, prueba a dar
un par de sorbos.
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