PENSAMIENTOS DE
POSTMODERNIDAD
Lyotard define la condición
postmoderna como escepticismo, incredulidad, frente a todos los metarrelatos.
Metarrelatos son las verdades
supuestamente universales, últimas o absolutas, empleadas para legitimar
proyectos políticos o científicos
El rechazo a la totalidad y a
los “grandes relatos”, el culto al fragmento y a la diferencia, los usos del
desorden, la ironía, el relativismo, la actitud lúdica, el desánimo, son rasgos
de esta sensibilidad postmoderna.
¿A qué se debe la existencia
y difusión de esta situación?
Para algunos, el
postmodernismo se corresponde con la existencia de una nueva época,
la postmodernidad, por la que entienden a un período histórico distinto a
la modernidad en el sentido de que los nuevos tiempos se sustraen a la lógica
de desarrollo que imperaba en aquella época.
Se multiplican las relaciones
e intercambios.
Crece prodigiosamente la
información y la oferta consumista.
El yo es bombardeado e
invadido por la propaganda, hasta sucumbir en un estado de saturación.
La “modernidad” es entendida
como la época histórica que se abre con el desarrollo del modo de producción
capitalista y que tiene como su acta de nacimiento a la Ilustración y a la Revolución Industrial.
La lógica de la explotación
capitalista impone el carácter dual de la modernidad: por un lado impone la
racionalización y por el otro provoca el desarrollo de la subjetividad.
En el plano ideológico y
cultural, la postmodernidad se origina en el momento en que se manifiesta una
crisis como una pérdida de credibilidad en las ideas o metarrelatos de la
modernidad, o como un desencanto con ésta, que para algunos es la muestra de
que estamos frente a una nueva época.
Sin embargo Giddens, entre
otros, no cree lo mismo.
Ya que si bien hay un espíritu
distinto, se respira en el ambiente algo nuevo y estamos frente a muchas cosas
nuevas, esto es parte de la radicalización de la modernidad, que se da,
justamente, por el dinamismo que la caracteriza.
“En vez de estar entrando en
un período de postmodernidad, nos estamos trasladando a uno en que las
consecuencias de la modernidad se están radicalizando y universalizando como
nunca.
Afirmaré que más allá de la
modernidad, podemos percibir los contornos de un orden nuevo y diferente que es
“postmoderno”; pero esto es muy distinto de lo que en este momento algunos han
dado en llamar “postmodernidad”.
Por ello es por lo que
Giddens prefiere adoptar una denominación alternativa, no para diferenciarse
desde el mero aspecto gramatical sino para establecer una distinción
conceptual.
Llama a la postmodernidad
“Modernidad Radicalizada”, como posibles transformaciones que van “más allá” de
las instituciones de la modernidad pero que no por ello modifican la naturaleza
fuertemente competitiva y expansiva de la empresa capitalista, que estimula el
desarrollo tecnológico, en que la esfera económica no solo se distancia de la
esfera política sino que influye considerablemente sobre ella y también en una
dimensión institucional: el control de los medios de la violencia, herramienta
de los Estados Nacionales e incluso de las dictaduras.
Otro punto importante es el
carácter globalizador del capitalismo que ya se observa en el período del
imperialismo de fines del siglo XIX hasta mediados del XX.
Es evidente que, como
argumenta Giddens, no vivimos el fin de la modernidad, sino la agudización de
sus características y contradicciones.
Es interesante apuntar que el
máximo difusor del concepto de postmodernidad, el francés J. F. Lyotard, ha
destacado siempre que entiende la postmodernidad no como una época histórica
posterior y diferente a la modernidad, sino como un fenómeno
cultural dentro de la modernidad.
Sin embargo las teorías de la
postmodernidad rechazan a la modernidad (y en ocasiones proclaman su fin)
debido al fracaso de su proyecto de liberación de la humanidad mediante el
alcance de la autonomía racional.
El concepto de “sujeto”,
punto central de ese proyecto, es también vértice en el que concentran sus
ataques.
Las ideologías de la
modernización cifraron en el despliegue de la capacidad cognoscitiva y
productiva del sujeto la garantía del advenimiento de una sociedad mejor.
Pero ocurrió todo lo
contrario: el desarrollo de la ciencia y la técnica no trajeron la felicidad,
sino la destrucción y la alienación del individuo.
Como afirma Zygmunt
Bauman, ... la condición postmoderna puede ser descrita, de una parte,
como una modernidad emancipada de la falsa conciencia, y de la otra, como una
nueva clase de condición social marcada por la institucionalización de los
rasgos que la modernidad - en sus diseños y prácticas directivas - ha tratado
de eliminar y, al no poder lograrlo, ha pretendido ocultar.
Ven en la desintegración de
todas las formas hasta ahora existentes de cohesión (familia, patria, identidad
étnica, etc.) la posibilidad de un despliegue de las peculiaridades
individuales, que han sido reprimidas por aquellas formas tradicionales de
identidad.
Ven en la destrucción de los
lazos sociales humanos hasta ahora existentes, la posibilidad de expansión de
la libertad del individuo.
Por lo tanto podemos concluir
que las características que suelen atribuirse al postmodernismo no son más que
las que constituyen a la
Modernidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario