viernes, 13 de marzo de 2020

LAICISMO (5 7ESIS) F. SAVATER ( y 2 )


4.- En la escuela pública sólo resulta aceptable como enseñanza lo verificable (es decir, aquello que recibe el apoyo de la realidad científicamente contrastada) y lo civilmente establecido como válido para todos (los derechos fundamentales de la persona constitucionalmente protegidos), no lo inverificable que aceptan como auténtico ciertas almas piadosas.
La formación catequística de los ciudadanos no tiene por qué ser obligación de ningún Estado laico, aunque naturalmente debe respetarse el derecho de cada confesión a predicar y enseñar su doctrina a quienes lo deseen.

Eso sí, fuera del horario escolar.

5.- Se ha discutido mucho la oportunidad de incluir alguna mención en el preámbulo de la Constitución de Europa a las raíces cristianas de nuestra cultura.
Dejando de lado la evidente cuestión de que ello podría implicar la inclusión explícita de otras muchas raíces e influencias, dicha referencia plantearía interesantes paradojas.
Porque la originalidad del cristianismo ha sido precisamente dar paso al vaciamiento secular de lo sagrado, separando a Dios del César y a la fe de la legitimación estatal, es decir, ofreciendo cauce precisamente a la sociedad laica en la que hoy podemos ya vivir. 

Coda y final: el combate por la sociedad laica no pretende sólo erradicar los pujos teocráticos de algunas confesiones religiosas, sino también los sectarismos identitarios de etnicismos, nacionalismos y cualquier otro que pretenda someter los derechos de la ciudadanía abstracta e igualitaria a un determinismo segregacionista.
Por lo demás, la mejor conclusión teológica o ateológica que puede orientarnos sobre estos temas se la debo a Gonzalo Suárez: “Dios no existe, pero nos sueña. El Diablo tampoco existe, pero lo soñamos nosotros” (Acción-Ficción).
* Catedrático de la Universidad Complutense de Madrid. Versión editada del artículo del mismo nombre, publicado el 3 de abril de 2004, en el diario El País.


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