(Artículo trasconejado (y no rematado) que me he encontrado en Documentos de hace un tiempo)
Ando, últimamente, en-redado,
en-frascado, en la historia del pueblo judío en nuestra historia de España.
Y me pregunto por qué los
“judíos españoles” nunca fueron considerados “españoles”, si ya estaban aquí en
el emporio comercial de Tarsis y con la destrucción de Jerusalén y las
persecuciones de Adriano en tierras de Palestina forzaron nuevas migraciones
hebreas, comenzando los judíos a fundirse con la cultura que luego iba a
denominarse “española”.
Y, casi desde sus comienzos,
iban a iniciar su convivencia bajo el peso de las prohibiciones.
En el siglo IV, en el
Concilio de Illíberis, se prohibió a los cristianos contraer relaciones de
parentesco con los judíos.
Incluso sentarse a la mesa
con ellos era costumbre condenable.
Con las invasiones de los
bárbaros en Europa penetraron nuevas familias de judíos en España y, como en la Península , los que
primero dominaron fueron los visigodos “arrianos”, los judíos gozaron, sin
problemas, de su derecho de ciudadanía.
Pero las cosas se complicaron
con la conversión de Recaredo a la religión católica.
Y, aunque fue una conversión
personal, por real decreto todos sus súbditos se levantaron siendo cristianos y
creyentes en Dios.
Y, aquí, ya, comenzaron los
problemas serios pues en el Tercer Concilio de Toledo se prohibió el matrimonio
entre cristianos y judíos prohibiendo, además, que éstos ejerzan cargos
públicos, que tengan jurisdicción personal sobre los cristianos y se les ordena
que se abstengan de todo proselitismo.
Los siguientes reyes godos
seguían amenazándolos con la expulsión si osaban casarse con alguna cristiana
por lo que muchos de ellos se convirtieron precipitadamente al cristianismo
para poder casarse (no por convicción), lo que levantó las iras de San Isidoro.
Y siguieron y siguieron.
Con la invasión árabe se
vieron obligados a entablar una nueva convivencia y fueron los años del gran
florecimiento y del gran poderío hebraico en España y fue la época en que
grandes oleadas de judíos llegaron a la Península , estableciéndose en ciudades como
Córdoba, Granada, Sevilla y Toledo.
Aunque serán obligados a
encerrarse en barrios y pagar tributos especiales.
Su Edad de Oro serán los
siglos X y XI, a partir de la instauración del Califato de Córdoba,
interviniendo en la formación de una sólida cultura española, que generaba
conciencia de nación (la primera Escuela de Traductores – la de Córdoba- fue
obra de judíos).
Pero en el otro bando, en el
cristiano, estaba tan atareado en y con la guerra que dejaron en manos de los
judíos asuntos tan importantes como las finanzas y la conducta pública.
Los judíos se fraguaban así
la “imposibilidad real de su expulsión”
Pero, pasado un tiempo,
llegaron los Reyes Católicos y la intransigencia y el fanatismo se instalaron
con el enfrentamiento entre las dos concepciones religiosas del mundo.
Y, post, la Inquisición , que ve
herejes y peligros escondidos hasta en el aire que se respira.
Y, bla…bla…bla…ya fue un sin
parar (eran unos asesinos, habían matado a Jesucristo,...)
No hay comentarios:
Publicar un comentario