La "familia de
sangre" que siempre es, por necesidad, el "primer tipo de
familia" no es, de manera necesaria "el mejor tipo de familia".
Aunque tenga, hasta marcadas,
las mejores cartas para serlo, muchas veces, por no saber jugarlas, pierden la
partida.
Hay niños deseados, buscados
y encontrados así que, cuando llaman a la puerta y se presentan, se les recibe
con alegría y el instinto (maternal sobre todo, porque ese niño siempre será de
“madre conocida” pero de padre… (seguramente también), se le besa, se le
acaricia, …
El siempre será su hijo y
ella siempre será su madre porque, en primer lugar, es su madre biológica (y cogenética).
Es, sobre todo, ella (también
él) la que le ha dado la vida, la sangre y compartido los genes,
Pero no es raro que luego, a
ella, no le guste la forma de ser de su hijo y a su hijo la forma de ser de su
madre.
Y, a veces, el maltrato hace
acto de presencia.
En un comienzo, del más
fuerte, (los padres) contra el más débil (el hijo), después todo puede darse la
vuelta.
Y, a veces, judicialmente, se
les puede retirar a los padres la crianza y custodia de su hijo de sangre.
Es, entonces, cuando pueden
aparecer otros padres (otra familia),
paralela, de adopción, que sea un colchón de paz para el hijo.
No es una familia de sangre,
pero la sangre NO OBLIGA.
Es EL CARIÑO, EL AMOR, EL ROCE, EL RESPETO, EL CUIDADO,…que no van,
necesariamente, en el mismo kit de la sangre.
“NACER EN” Y “NACER DE” son hechos que no se eligen, y menos los hijos,
son accidentes.
Tu podías haber nacido en
otra “nación” (“nación” viene de “nacer”) y haber nacido de otros “padres”
(aunque tú ya no serías el mismo “tú” que ahora eres), porque en algún “lugar”
hay que nacer y de unos “padres” tiene que ser.
Después uno puede renunciar a
ambos.
Puedes “nacionalizarte” en
otra “nación” o puedes adquirir la “doble nacionalidad” y si te gusta la
“nación” en que has caído puedes amarla y convertirla en “patria”.
O declararte “apátrida” y/o
“cosmopolita”, ciudadano del mundo y no de una ciudad o nación concreta.
Igualmente con los
padres-hijos.
Puedes renunciar a “esos
padres” biológicos que, no por ser los “primeros” son ni tienen que ser los
mejores o ellos pueden renunciar a su paternidad, desvinculándose del hijo, no
abandonándolo durante su minoría de edad, sino entregándolo a una “institución
estatal” o con una nueva familia, ya no consanguínea sino paralela o de
adopción.
Son varios y variados los
tipos de sangre de los humanos pero cualquiera de ellos puede convertir a una
persona en un “malasangre” (persona perversa, malintencionada, vengativa,
atravesada, mala, malvada, nociva, indigna, despreciable,…)
Y “malasangres” pueden ser
tanto los hijos, ya adolescentes, como los padres biológicos o de adopción.
El alcoholismo, la droga, la
delincuencia, y cosas parecidas pueden ser los causantes de llegar a ser
“malasangres”
El niño tiene derecho a vivir
(la comida) y a crecer y madurar como persona (alimento cultural, de valores) y
si la familia biológica no puede/no quiere/no sabe, es obligación de las
instituciones sociales procurárselo.
El requisito imprescindible
para que un niño nazca (los padres) no otorga título alguno de propiedad sobre
el hijo durante la minoría de edad.
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