La religión, las religiones,
incluso la “religión civil”, incluso la Religión de la Humanidad , todas, son
prescindibles como “desideratum”
Lo que es necesario no es que
los ciudadanos posean “sentimientos religiosos” para convertirse en buenos
ciudadanos sino que, a través del proceso educativo, de la emulación, de los
premios y sanciones sociales y sobre todo morales, los adolescentes, los
jóvenes y los adultos alcancen, no sólo una nueva y más desarrollada capacidad
de razonamiento no sólo lógico, sino sobre todo ético y que, al mismo tiempo,
sean capaces de sentimientos de “empatía”, de solidaridad y de sentimientos
éticos.
No sólo, pues, ser
conscientes de ello sino de ponerse en el lugar del otro, “calzar sus zapatos y
probar a andar con ellos”.
Los educadores deben lograr
(al menos intentarlo) inculcar en los alumnos una “pasión” por el razonamiento
(sobre todo el ético), por la justicia, por la benevolencia, por un sentimiento
ético de la vida.
Un poco de utopía y de
platonismo (al estilo socrático) no puede/no debe estar de más en la educación
ética.
El maestro no sólo debe obrar
éticamente en su labor, sino también mostrarlo para que los alumnos lo emulen
como algo atractivo.
La felicidad siempre
acompaña, va de la mano con la virtud, tanto en este mundo como en el “supuesto
viaje” al otro.
¿Son los sentimientos
religiosos (religioso-civiles, religioso-sobrenaturales) los que generan esa
extraña pasión por la belleza de las cosas justas y equitativas o no será, por
el contrario, que el anhelo insaciable de belleza y de bondad ha conducido a
los seres humanos a “crear” dioses en los que se ejemplifican sus anhelos
seculares y perennes?
En palabras de
Feuerbach-Marx-Engels ¿no será que, en vez de haber sido “creado” el hombre,
por Dios, a su imagen y semejanza han sido los hombres los creadores de los
dioses a imagen y semejanza de ellos, pero elevados a la máxima potencia de sus
limitadas virtudes, y en vez de “su” inteligencia, bondad, amor,…limitados
“crean” a sus dioses absolutamente inteligentes, buenos, amorosos,..y, después
“creen” en ellos?
¿No es el hombre el “creador”
de los dioses y no al revés siendo éstos el ideal humano?
¿No será la “alienación
religiosa” en la que el “hombre real” adora al “hombre ideal” al que denomina,
ahora, “Dios”?
Creo que el “sentimiento
ético de la vida” no es una secularización del “sentimiento religioso de la
vida” previo, sino, precisamente, al revés.
¿Por qué el hombre pobre crea
y cree en un Dios Rico, el hombre limitado un Dios Infinito, el hombre
ignorante un Dios Sabio, el hombre poco poderoso un Dios Omnipotente,…?.
¿No son los dioses los mismos
hombres soñados excelentes?
¿Y cuando el hombre real,
quebradizo, enfermizo, endeble, adora a los dioses no está adorándose a sí
mismo pero a un “sí mismo ideal”?
¿No es el hombre el creador
de ese mundo maravilloso, de ese lugar habitable, de ese hogar cálido, como
contrapunto a su mundo real, inhabitable, enfermizo, maloliente, apestoso,…?
¿No serán los dioses la
superación imaginaria de su frustración real?
¿Querer ser y tener lo que,
en esta vida, ni se es ni se tiene?
El Sócrates pagano y
apasionado por la verdad y por la virtud, por el bien, por la salvación terrena
del hombre, dando ejemplo, con su muerte, es el que precedió al Jesús de
Nazaret, religioso y apasionado, y dando ejemplo, con su muerte, para enseñarle
a los hombres el camino a ese mundo sobrenatural.
El Sócrates pagano y virtuoso
terreno (“mi mundo es el de la sociedad ateniense”), previo al Jesús religioso
y virtuoso sobrenatural (“mi reino no es de este mundo”)
La pasión laica por la
virtud, la pasión pagana por la verdad preceden axiológicamente, hasta
históricamente, a las virtudes religiosas, tanto de las religiones de la
humanidad, como de las religiones sobrenaturales.
Primero ciudadano bueno y
ejemplar y después creyente bueno y ejemplar.
Sólo desde este mundo puedo
crear y creer en el otro mundo.
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