martes, 18 de diciembre de 2018

LA LAICIDAD ( y 4)



La Educación Cívica defiende la igualdad de todos los hombres, enseña a distinguir los conceptos de “tolerancia” para ideas y creencias, razonando para que sean toleradas sólo las “tolerables” (no las intolerables como el maltrato, la marginación, la exclusión por cuestión de sexo, de religión, de ideología política fascista, xenófoba,… intolerables y que no deben ser toleradas) y de “respeto” que afecta a TODOS, absolutamente a TODOS, porque el respeto es debido a la “persona”, y tan persona es el creyente como el ateo, el culto como el inculto, el varón como la mujer, el de raza blanco como el de raza negra,…TODOS son/somos igual de personas, respetables, y a los que se les debe respetar, piensen como piensen, crean en lo que crean o no crean en nada, sea cual sea su opción sexual,…a TODOS, RESPETO absolutamente a TODOS.

Ninguna característica no política (sexo, religión, raza,…) debe ser tomada en consideración por el Estado, sólo la capacidad de participar en la formación de la voluntad general.

El laicismo, irremisiblemente, va unido a una visión republicana de gobierno (el pueblo elige a los gobiernos y a su Jefe de Estado, y no, necesariamente, la transmisión hereditaria automática de dicha Jefatura)

En puridad, la monarquía, para ser legítima, debería ser votada por el pueblo.
Son varias las Monarquías europeas de las que no se pone en duda su condición democrática (la nuestra debería ser sancionada por el pueblo, en un referéndum).

Hay monarquías teocráticas (como la iraní) y hay monarquías en las que se juntan la Jefatura del Estado con la Jefatura de la Religión, como suele ocurrir en las naciones islámicas (la de Gran Bretaña, en la persona de su Reina, Isabel II, también, pero no ejerce la religiosa, aunque la detente)

Una vez superada la discriminación por sexo, religión,…proclamando la igualdad de todos, como ciudadanos iguales, ya sólo nos faltaba que, ahora, tuviésemos que ser asimétricos por “el lugar de nacimiento o de empadronamiento”.
Estoy refiriéndome a los nacionalismos, como si haber nacido en Murcia o en Gerona, en Salamanca o en Tarragona, en Madrid o en Barcelona, tuviera que haber una desigualdad de derechos.

NO ES LO MISMO SER “CULTURALMENTE DISTINTOS” QUE “POLÍTICAMENTE DESIGUALES”

¿Acaso ser laico monárquico es ser conservador mientras ser laico nacionalista es ser progresista?

Si decía la canción que “no son buenos tiempos para la lírica”, en España, con tantas personas, padres, todavía educados en el franquismo y en el catolicismo apostólico y romano son los que propician que “no son buenos tiempos para lo laico”.

Yo soy (lo he confesado muchas veces) agnóstico, escéptico en el conocimiento, laico en lo religioso, tolerante con todo lo tolerable e intransigente con lo intolerable y siempre respetuoso con todos.

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