Nos preocupa nuestra salud y
la salud de los nuestros pero lo consideramos un paréntesis o el final de un
capítulo que no llena toda la página pero creemos que, en la página siguiente,
está el siguiente capítulo, no el final de la novela de la vida.
¿Cómo la “realidad
fundamental de este mundo, la realidad de primer orden, la realidad por
antonomasia (“yo”) va a desaparecer el día de mañana como las demás “realidades
subalternas”?
¿”Tener que morir”?
Sin embargo nadie quiere
decir “Si lo sé no nazco”, porque durante la vida, aunque haya habido momentos
difíciles, incluso trágicos, también hemos vivido buenos momentos.
Somos conscientes de que todo
mecanismo, al estar siempre en funcionamiento, con el tiempo sufre desgaste
hasta que, llegado el momento, deje de funcionar, pero cuando asisto a esos
desfiles de coches antiguos y veo ese Seat 1.500, de los años 60, y que sigue
funcionando, se me sube la moral.
Si el coche puede, con
mantenimiento, ¿por qué no yo?
Y es verdad que según las
estadísticas… (Pero todos sabemos lo que son las estadísticas y nos
consideramos la excepción, si no, no sería estadística).
Sé que voy perdiendo vista
(pero tengo mis gafas), y oído (pero tengo el audífono), y la próstata, y la
glucemia, y el colesterol malo, y he dejado de fumar, y bebo menos o poco
alcohol, y he prescindido de los dulces, y he limitado mi ración de chorizo,….pero,
además, tengo mis medicamentos y… (Y me “creo” poder seguir así
indeterminadamente).
Funcionaré peor pero lo
importante es seguir funcionando, seguir vivo.
Y si la madurez corporal no
afecta negativamente, sino al revés, a las dotes espirituales, el deterioro de
las funciones biológicas, antes o después, tendrán que recibir (aunque no lo
quiera) a esa enfermedad de nombre alemán (y del que no quiero escribir, y no
es superstición).
Si la primera y principal
fuente del conocimiento son los sentidos, no ya cuando usamos prótesis
supletorias o complementarias, sino cuando ya no funcionen (por la muerte)
¿podremos seguir pensando cuando el fundamento del pensar es el cerebro y éste
ya muestre la línea plana…?
Yo me imagino al hombre
antiguo que días antes, de caza, un compañero o familiar ha sido presa de la
presa que ellos iban a cazar pero, por las noches, mientras dormía la persona
muerta se le aparecía, estaba con él, hablaba, corría, comía,…pero desaparecía
nada más despertarse.
La pregunta no absurda podía
ser: ¿“No será que él ya no está conmigo aquí y ahora, cuando estoy despierto,
pero estará en algún lugar desconocido, invisible, desde el cual, cuando estoy
dormido, se me hace presente”?
Si ahora, despierto yo, él no
está, pero cuando yo no estoy despierto él sí está, ¿No será que vive pero de
otra manera y en otro lugar desconocido?
¿No habrá otra vida paralela
a la vida de vigilia, en otra dimensión?
Creo que si no soñásemos, al
dormir, nos hubiera sido imposible imaginarnos esa otra vida y como no se
desgasta el cuerpo y siempre se nos aparece igual ¿por qué no una vida
totalmente duradera, eterna?
¿Y, cuando yo muera, no me
reencontraré con ellos en esa otra vida?
¿Por qué no?
Lo de “tener un hijo, plantar
u árbol y escribir un libro” ¿Qué son sino estrategias de seguir vivos, aunque
de otra manera?
Estar presentes, cuando ya no
estemos, en nuestros hijos (por los mismos genes transmitidos), presentes en la
naturaleza al ser causante de ese nuevo árbol, en la mente de todos los
lectores a través de la cultura, presentes en su mente.
Y si la sexualidad, en
general, ha estado ligada a la reproducción y ha sido condenada la sexualidad
anal y la homosexualidad, no era sino porque era lo mejor para la sociedad.
Por encima del placer del
sexo está la utilidad social.
Una pregunta: ¿la sexualidad
anal es buscar sólo el placer desmintiendo la semejanza con el animal, que sólo
sigue la línea irremediable de la especie, escapando del diseño biológico?
Puesto que “todos mueren”,
puesto que “todo lo vivo muere” ¿por qué no aceptar de manera natural, y no
traumática, nuestra defunción, como lo hacemos con la muerte de los otros?
Creerse ser la excepción a la
regla ¿no será un pecado de vanidad, un narcisismo ontológico desmesurado?
¿Cómo va a ser la muerte un
mal si es inevitable y necesaria?
Epicuro y Lucrecio: ¿Por qué
temer a la muerte si ella y yo somos incompatibles? Cuando ella haga acto de
presencia yo ya no estoy, estaré ausente y mientras yo esté presente ella no lo
está.
¿Por qué preocuparse, pues,
de ella?
Pero nos escandaliza y nos
rebelamos porque los demás aceptarán nuestra muerte como algo normal, igual que
nosotros aceptamos como normal la muerte de los otros.
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