viernes, 23 de marzo de 2018

HISTORIA SAGRADA (6)




Moisés, en Números, tras la guerra santa de los israelitas contra Madián, como Yahvé les había dicho, Vencieron, mataron a todos los varones e hicieron cautivas a las mujeres y a sus hijos, saquearon ganados, quemaron la hacienda,…y cuando llevaron el botín ante Moisés, éste dijo: “Cómo, ¿habéis dejado con vida a todas las mujeres?...ellas fueron las que sedujeron a los hijos de Israel….ahora, pues, matad a todo varón de entre los niños, matad también a toda mujer que haya conocido a un hombre en cohabitación marital”

Naturalmente los moabitas (los descendientes de Moab, el hijo incestuoso de Lot y su hija mayor ¿recordáis?) eran malos y adoraban a un falso dios, a Baal así que:

“El pueblo de Israel comenzó a prostituirse con las hijas de Moab. Ellas invitaron al pueblo a los sacrificios de sus dioses, y el pueblo comió y se prosternó ante sus dioses…y Yahvé encendiese en ira contra Israel, así que dijo a Moisés: “reúne a todos los jefes del pueblo y empálalos (empalar consiste en hundir una pica o palo por el ano del ajusticiado, cuyas entrañas atraviesa lentamente debido al peso) cara al sol…para que el ardor de la ira de Yahvé se aparte de Israel”.

Moisés dijo a los jueces de Israel: “que cada uno mate a aquellos de sus hombres que han servido a Baal”

Pero llegó un hombre con una madianita (descendiente de Madián, un hijo de Abrahán)….un nieto de Aarón tomó en su mano la lanza y fue tras el israelita, entró en la alcoba y traspasó a los dos, a la mujer por el bajo vientre. Y cesó el azote que pesaba sobre los hijos de Israel. Los muertos por aquel azote fueron veinticuatro mil”

¿Ese azote era una enfermedad venérea y por eso Moisés quería perdonar sólo a aquellas de entre las mujeres madianitas que no habían tenido cohabitación marital con un hombre, origen de esta enfermedad…eso habría sido una medida higiénica?

La gonorrea debió ser endémica en uno o varios pueblos, pero lo cierto es que no hay enfermedades venéreas que tengan la virulencia de enfermedades epidémicas, causantes de gran número de muertos en poco tiempo.
Además que tampoco son muy fiables las cifras que aparecen.
Además de que dichas enfermedades no eran consideradas contagiosas, sino que eran consideradas causadas por divinidades, como castigo, o por demonios.

Lo cierto es que las prescripciones religiosas del Antiguo Testamento parecen tener un carácter higiénico

Y es que moabitas, madianitas y amonitas estaban en el camino de los israelitas en su camino a la Tierra Prometida.
Así que un pueblo, que viene del desierto, cogería una enfermedad intestinal endémica entre los madianitas y a eso lo llamasen azote o epidemia pero Moisés lo interpretaba como un castigo al pueblo de Israel por haber sucumbido a la seducción del dios Baal y de las mujeres de los marianistas.

No es, pues, que Moisés respetase la virginidad de las madianitas sino que les respetaba la vida para que, cuando conquistasen la Tierra Prometida, los israelitas tuviesen mujeres con quienes cohabitar.

Era normal, en la Antigüedad, el botín de personas, bien para el trabajo, bien para la procreación o bien para el placer, pero no por respeto a las personas, sino por utilidad.

En el Deuteronomio (“repetición de la ley”), compilado en el siglo VI, tras el retorno del exilio de Babilonia.

Si un hombre llegara y dijera “He tomado a ésta por mujer y me he llegado a ella pero no he encontrado en ella la virginidad”  entonces el padre y la madre tomarán la prueba de la virginidad de la joven y la presentarán ante los ancianos de la ciudad y el padre dirá a los ancianos…entonces desplegará la sábana con la prueba de la virginidad ante los ancianos…entonces lo castigarán, le pondrán una multa que se la darán al padre, y ella será su mujer y no podrá repudiarla, pero si fuera mentira sacarán a la joven a la puerta de su casa y los hombres de su ciudad la lapidarán con piedras y morirá porque ha cometido una infamia en Israel al prostituirse en la casa de su padre”

“Si una joven, todavía virgen, está prometida a un hombre y otro hombre la encuentra en la ciudad y se acuesta con ella, haréis salir a los dos a la puerta de la ciudad y los lapidaréis con piedras y morirán: a la joven porque no ha gritado en la ciudad y al hombre porque ha desflorado a la mujer de su prójimo”

¿No era posible que la joven gritara y gritara y no fuera oída y terminara siendo violada?

“Pero si el hombre encuentra a la joven prometida en el campo, y le hace violencia, y yace con ella, morirá sólo el hombre que haya yacido con ella. No harás nada a la joven, no hay culpa que merezca la muerte en la joven, como si un hombre se arroja sobre otro y lo mata. Así es en este caso. Como quiera que la ha encontrado en el campo, la joven ha podido gritar, pero no había quien la librara.
Si un hombre encuentra a una joven virgen, no prometida todavía, y la coge y se acuesta con ella, y se les sorprende, el hombre que ha yacido con ella pagará al padre de la joven cincuenta siclos de plata, y ella vendrá a ser su mujer, porque la ha desflorado. No podrá, jamás, repudiarla”

Se descarta, pues, la posibilidad de que sea ella la que incite al varón, la que no quiera gritar,…siempre es presuntamente inocente.

En la Misnáh y su comentario en la Gemârâ se evalúa la virginidad por parte de los hijos de Israel, de una manera aún más clara.

“Incluso si diez hombres han copulado de una manera contranatural con una virgen prometida, continúa siendo una virgen”
“Si la herida del ano debe ser considerada como poseedora de las mismas restricciones que la herida del himen, y por tanto, si se tuviese que poner en práctica la descalificación contra la cópula contra natura, no se haría mujer alguna que fuese digna de convertirse en la mujer de una gran sacerdote, porque no existe ninguna que no haya sido herida de alguna forma. Pues está dicho: “tomará como esposa a una mujer todavía virgen”, por lo tanto, a la viuda, a la mujer repudiada o profanada por la prostitución no las tomará por esposa; sino que tomará por esposa solamente a una virgen de entre los suyos; no profanará su descendencia levítica, pues soy yo, Yahvé, quien lo he sacrificado”.

Así, pues, puesto que los grandes sacerdotes se han casado, el comercio carnal contra natura no influye en la virginidad”

O sea que, según el Talmud, en la antigüedad, entre los israelitas, la cópula anal y la masturbación anal estaban muy extendidas y, ciertamente, eran utilizadas para preservar la virginidad y, probablemente, también como método anticonceptivo; y no sólo en la antigüedad, sino después, también.

La sexualidad, y sus manifestaciones, entre los israelitas era igual, o muy parecida, a la de los otros pueblos del Próximo Oriente.
Y es comprensible que muchos hebreos, tras la dura existencia de cuarenta años en el desierto del Sinaí, bajo un régimen rígido se convirtiesen en presa fácil de las mujeres de los madianitas y moabitas.

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