A Dios muerto, dioses
puestos, pero los dioses vencidos siempre renacen, aunque con una nueva cara.
Los tiempos modernos han
sustituido lo sobrenatural por una trascendencia societaria (una revolución, la
nación, el cientifismo, el hombre nuevo, la ecología, la salud, la herencia, el
hedonismo,…) como sentidos del vivir.
Si desacralizamos el mundo en
el Renacimiento, naturalizándolo, estamos sacralizando otra vez, pero de otra
manera, no a Dios sino a esos dioses mundanos, metamorfosis laica de los viejos
dioses.
Los nuevos sacerdotes laicos
son los políticos y las fuerzas económicas y sociales.
Es la nueva Voluntad General
en la que la libertad del ciudadano se entrega totalmente, a través de la Religión Civil , a la comunidad
y al todo político.
En España no pudo crearse una
sociedad civil que abarcase a toda la sociedad hasta el 1.978, porque el
franquismo como ideología se asentaba sobre una base cultural del clericalismo,
del nacionalcatolicismo, del anticomunismo cerval y resentimiento ante el
liberalismo laico, aunque no pudo con toda la sociedad, no con una de las dos
Españas, la de los republicanos vencidos.
Existen tres modos de
legitimar el orden político:
1.- El religioso sobrenatural
2.- El ideológico.
3.- El civil-religioso.
Quizá hubiera que añadir un
cuarto modo de legitimación del poder político: el civismo.
Se han dado los tres aunque
hoy sea el tercero con la secularización y la tecnología porque, además, viene
potenciado por los medios de comunicación, que lo magnifican y potencian sus
dogmas, héroes, historia,..
Se da, sobre todo, en estados
pluralistas y con una sumisión ideológica mínima y pragmática.
Son las piedades laicas,
tolerantes y benefactoras para todos, aún con los disidentes.
El ceremonial es formalista,
por supuesto.
Ha habido Guerras de
Religión-religiosa pero no de Religión Civil, Laica.
Estas festividades
religiosas-civiles gozan de un presupuesto pero que, por él, no se arruina la
patria.
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