domingo, 5 de marzo de 2017

ACOMPAÑANDO A J.L. SAMPEDRO (50) EDUCACIÓN Y ENSEÑANZA



J. L. Sampedro había sido Catedrático de Estructura Económica, en la Universidad Complutense de Madrid desde el año 1,955 al 1.969, pero entre el 65 y 66, tras la destitución de los Catedráticos Aranguren, Tierno Galván, Garcia Calvo,…y en solidaridad con ellos, decidió hacerse Profesor Visitante en las Universidades de Salford y Liverpool.
En el 68 estuvo de Lector en la Universidad Norteamericana de Bryn Mawr College.

Al volver a España pide la excedencia de la Universidad y se dedicará a la escritura al tiempo que trabaja en el Banco Exterior de España, donde ya había trabajado anteriormente.

Poco antes de morir, en 2.013, aparecen varias entrevistas que se publican en Suplementos Culturales.

Recojo el resumen de dos de ellas:

1.- Su visión de la Universidad.
2.- Su visión de la Educación en España en la etapa del Ministro Wert.


1.- Usted trabajó en la Universidad española, la británica y la estadounidense. ¿Qué diferencias encontró?
El ambiente y las condiciones de trabajo eran muy distintas. Se respiraba otro aire. Para empezar, la educación en la España de aquella época obedecía a las imposiciones de la Iglesia. Había clases de religión incluso en la Universidad, en todos los cursos hasta el final. Era lo que se llamaban las tres marías, la Formación Política, la Educación Física y la Religión. Había que examinarse de esta durante muchos años, aunque, afortunadamente, se tomaba a beneficio de inventario.
Otra diferencia importante era la ratio profesor-alumno que nos permitía conocer mejor a los alumnos, apoyarles, razonar con ellos y evaluar su rendimiento con más conocimiento de causa. 
En cuanto a la burocracia, también la había en la Universidad británica, pero era más efectiva.
Lo que en España tardaba meses en conseguirse, en Inglaterra podía tardar lo mismo, pero la diferencia era que allí, tras solicitarlo, solo había que esperar, mientras que en la Universidad española era necesario insistir, volver una y otra vez sobre el asunto, rellenar formularios nuevamente, estar pendiente del “¿cómo va lo mío?”; una lata.
2.-¿Cómo ve la educación actualmente en España?
Estamos viviendo un momento trágico.
El ministro actual es una amenaza para la educación española. Es un hombre cuya política hay que definir como “de Contrarreforma”.
En la historia de España hay un momento en el siglo XVI, cuando empiezan en Europa los protestantes, Lutero y demás, que se establece la Contrarreforma, como oposición al avance. 
Wert representa la Contrarreforma y con ella no es posible formar ciudadanos libres.
Es significativo que, recién nombrado, no tardara en atacar y suprimir la asignatura de Educación de la Ciudadanía, introducida en la etapa del Gobierno socialista, argumentando que era adoctrinante. Bueno, en la vida social todo es adoctrinante, con todos los gestos que hacemos nos adoctrinamos unos a otros.
Pero, este señor, que se quejaba de lo adoctrinante de la asignatura, no impide que en las escuelas públicas se imparta religión.
El ministro no considera adoctrinante la doctrina que imparte el cura (valga la redundancia).
Para más inri, los profesores de religión son nombrados por el obispado, pero pagados con el dinero de todos los españoles, del Estado supuestamente aconfesional, en un país en el que solo el 27% va a misa los domingos.
Lo que en verdad se persigue con ello es potenciar la fe sobre la razón, inculcar la fe desde la infancia, incapacitar a la gente a pensar fuera de ese marco. Así consiguen que prevalezca el dominio de la Iglesia.
Y es lo que ahora quieren reforzar con la inestimable colaboración del señor Wert, un ministro partidario de la separación de sexos en los colegios, de educar separadamente a niños y niñas.
¿Acaso la educación no es prepararse para la vida?
En la vida futura hombres y mujeres se van a relacionar, en el trabajo, en la calle, en todas partes. Entonces, ¿por qué no prepararlos para tratarse unos a otros con naturalidad y combatiendo la violencia de género?
Induce a pensar que se trata de favorecer a los colegios religiosos con subvenciones públicas que separan a los niños y a las niñas.
Mire, estamos en un momento en el que se está hablando de muchos problemas.
Pues el más grave hoy es el Ministerio de Educación.
Con sus recortes e insensibilidad se priva a los niños menos favorecidos de oportunidades, de horas de estudio, de clases, de aulas y profesores de apoyo.
Se está castrando la inteligencia de esos chicos cerrándoles las puertas para el futuro, mientras se favorece la enseñanza religiosa con dinero laico. 
Lo que hay en este momento es absolutamente rechazable, tenemos un Gobierno que no hay por dónde cogerlo.
Y lo que más me preocupa es la educación. Hay que aprender a pensar en libertad porque si no se piensa en libertad, no hay demócratas.
Y si no hay demócratas, no hay democracia.
Es así.

PD.

Estando éste que escribe totalmente de acuerdo con su pensamiento, y tras haber criticado por activa, por pasiva y por la doble perifrástica a Wert (el de las cuatro teclas seguidas) y a todos los Consejeros de Educación de la Junta de Andalucía, entre ellos, y sobre todo, a “nuestra querida y cándida Cándida Martínez), publiqué dos artículos sobre Educación para la Ciudadanía (lo que, en breve, volveré a hacer)

Ministros y Consejeros que, queriendo o sin querer, consciente o inconscientemente, han ido apuñalando la Enseñanza y la Educación.

Quien esto escribe había jurado por todos los dioses no jubilarse hasta los 70 años, porque, como muchos de los docentes actuales, disfrutaba de la enseñanza (“jodío, pero contento”) pero cada año se bajaba un escalón y cuando se me ofertó, tras 36 años de docencia y con 60 años cumplidos, la jubilación al 100%, incluso con un plus económico, ni me lo pensé des veces.

Y aquí sigo, trabajando en lo mismo, pero de otra manera.


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