SANSEACABÓ
CORTO Y CIERRO.
Hasta aquí hemos llegado.
Empecé con la biografía de
Sampedro, he recorrido su vida ACOMPAÑÁNDOLO, he pergeñado unos datos
biográficos de Olga Lucas, he fotografiado su romance de amor, los dejé casados
y, al final, a ella viuda y a él hecho cenizas.
Muerto físicamente pero muy
vivo en espíritu.
Han sido muchos días desde
que entré en contacto con quien, en un principio, consideraba un buen
novelista, sobre todo tras “La Sonrisa Etrusca ” y “Octubre, octubre”.
Pero después, tras meses de
“acompañamiento”, he descubierto en él, además de un novelista, una buena
persona, un humanista hecho y derecho, cabal, asequible, solidario con
compañeros y con huelguistas, profesor sin tarima, escuchante y dialogante,
enseñante para quienes tuvieron la suerte de tenerlo y escucharlo en la Universidad , conferenciante
y articulista, luchador incansable con la palabra, crítico, lúcido, adelantado
de lo que se venía encima, brillante, rebelde con el “statu quo”, de memoria
prodigiosa, enamorado, padre y abuelo, de aspecto afable y de sabio, alguien
que se hace querer y se deja querer, antisistema con razones, apolítico,
referente intelectual y moral, avivador de los nuevos movimientos sociales y
políticos,…
¿Cuántos más calificativos se
le podrían añadir?
Laudatorios, todos.
Han sido 79 entradas, desde
un lejano 14 de Diciembre del 2016 y me he sentido feliz (pesado, pero feliz)
Pero la vida sigue, así que…
Acompañaré a FILÓSOFOS
ENAMORADOS O EL AMOR EN LOS FILÓSOFOS.
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