Señas de identidad de un
pueblo son las Ferias, la Díada ,
las Semanas Santas, Comuneros, Moros y Cristianos, Semana de Cine, la Toma de Granada, el 28 F…
Las religiones civiles,
características de las sociedades modernas, poseen, en mayor o menor medida, un
conjunto de rasgos comunes:
1.- Toda Religión Civil
sacraliza la politeya. Se glorifica y se magnifica la propia historia, se
repiten y se recrean los mitos (vasco, catalán, andaluz,…), los héroes y/o
mártires por esta tierra, a los que se les debe rendir culto (las coronas de
flores, los discursos encendidos y hagiográficos laudatorios,…), recreación de
ideología (“España nos roba”, “España no nos quiere”, “España no cuenta con
nosotros”, “España nos discrimina”, …versiones interesadas y manipuladas, con
sus agentes mediáticos (los nuevos clérigos laicos) y ante televisión
autonómica o municipal, si es posible, defensora de quien paga, sea el ente
autonómico o el alcalde.
Aunque todo sea una falsa
patraña toda esa parafernalia, artificial, funciona.
2.- La Religión Civil pertenece a la
sociedad civil, frente a la sociedad política (el Estado) y con ella se avanza
en la privatización y en la democratización.
Por eso, bajo el
totalitarismo no hay sociedad civil ni, por lo tanto, religión civil, ni
piedades, sólo laudatorias al líder.
3.- La Religión civil es
endémicamente ambigua.
Se puede morir por la Patria , por la Democracia , por la Libertad , por la Libertad de Expresión,…
porque se cumplan los Derechos Humanos y ser, así, un mártir, no religioso
(también se puede morir por la fe, por Dios, por la creencia,…) sino un Mártir
Civil, digno y merecedor de ser recordado por la sociedad civil.
Pertenece al reino de lo
ambiguo.
Ni es religiosa, ni
anti-religiosa sino para-religiosa.
4.- La Religión civil suele ser
nacional o nacionalista.
Lo suyo son las banderas
flameantes, las antorchas, los desfiles, los uniformes, los himnos, los bailes,
las ferias, los carnavales…así como las comidas típicas, las fiestas patronales,
el folklore,…son muestras de la valía sacrosanta de la nación.
Y si son prohibidos o
perseguidos dichos actos y son interpretados como sacrílegos por los ajenos,
mejor que mejor, porque se sentirán más identificados y concienciados.
Son actos étnicos convertidos
en actos litúrgicos (levantar piedras, cortar troncos, los castillos humanos,
los carnavales de Cádiz, el 1 de Mayo (fiesta del trabajo, laica, pero
aprovechada por la Iglesia
para festejar a San José Obrero y por el régimen franquista, tanto por las
juventudes falangistas y sus juegos y desfiles, como por el Estado mismo
programando, en paralelo, corridas de toros (“la fiesta nacional”) o partidos
de fútbol, tratando de diluir el día del trabajo)…siempre con subvenciones y
ayudas, naturalmente.
5.- La Religión Civil difiere de la Religión Política
porque mientras ésta, con su ideología, está ligada a un partido político
aquella lo está a la
Politeya.
Los partidos políticos aman a
la polis pero, de manera distinta, ven tanto sus problemas como sus soluciones.
De ahí que muchas Religiones
Políticas quieran absorber el nacionalismo, siempre entreverado con la Religión Civil.
La ideología totalitaria, de
partido único, quiere convertirse en Religión Civil pero será la rebelión
popular la que se oponga y acabe con ello.
El poder, como “capacidad de
modificar conductas y conciencias”, ha pasado a ser “capacidad de controlar y
orientar rutinas” (rituales y piedades).
Es poder sobre las escuelas,
hospitales, ejército, banca, ferrocarriles, televisiones, emisoras de radio,
prensa,...
Una sociedad civil fuerte es
una barrera a la tiranía y a la dictadura.
6.- La Religión Civil integra
elementos heterogéneos, no es homogénea en lo cultural, sino que se toleran y
conviven, legitimando la heterogeneidad (el día de San Patricio de los
irlandeses, por ejemplo, en Estados Unidos).
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