ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN
ESPAÑOLA.
Lo que ha quedado claro es que logros sociales que parecían
consolidados en realidad eran muy frágiles.
Lo que demuestra es que no hay democracia, que el déficit
democrático es grande.
Democracia quiere decir gobierno del pueblo y por el pueblo. En
democracia la ciudadanía tiene voz y voto. Aquí solo hay voto una vez cada
cuatro años, un voto más condicionado por la manipulación mediática que por la
educación.
Ahora mismo, vemos al pueblo en las calles manifestándose; jueces,
médicos, mineros, funcionarios, discapacitados, parados, desahuciados,
estafados por las preferentes, todos en contra de las medidas gubernamentales,
pidiendo la dimisión de ministros que están arruinando la sanidad y educación
públicas, mientras el Gobierno, representante oficial del pueblo, en vez de
escuchar las peticiones de sus ciudadanos, está apoyando a los financieros, a
los bancos que tienen el poder y el dinero.
Todo lo contrario de una democracia; aquí no manda el pueblo,
mandan los dueños del poder económico.
En 2002, cuando muchos economistas cantaban las virtudes de la
globalización ya advertí en mi libro El
mercado y la globalización que
esa mal llamada globalización era ceder el poder político de la democracia a
los financieros.
Y es lo que ha pasado.
Son los amos.
Votamos a políticos y mandan los financieros.
El sistema ha perdido el respeto a todos los valores, a la
dignidad, a la solidaridad, se aplican diferentes varas de medir, según de
quién se trate.
Se exige a los cubanos la aplicación de los derechos humanos. ¿Y
Guantánamo? ¿Y los campos de concentración rusos en el Ártico?
¡Ah! Eso no es nada contra los derechos humanos.
Resulta que todo es mentira.
Todo depende de si Corea es del Sur, que entonces puede tener
armas atómicas porque es amiga de casa, pero si es la del Norte, no puede tener
armas atómicas porque no es amiga de casa.
¡Claro!
Ésta es la descomposición de un sistema.
Se ha terminado la época histórica del capitalismo, que empieza
en el siglo XVI, más o menos, y se acaba ahora, que vamos a otra cosa.
Tras el
hundimiento del comunismo y la pérdida del poder político que tenía, ha quedado
solo el poder capitalista.
En el fondo el
comunismo era un capitalismo de estado, pero bueno, ese es otro tema.
Ahora, a lo que
voy es a que solo han quedado las potencias capitalistas, sin el contrapeso del
otro bloque, lo que aceleró la caída hacia la barbarie.
En el año 2000
en Estados Unidos se frotaban las manos pensando que eran el nuevo Imperio
romano de hoy, con su emperador…
Pero
sorprendidos al año siguiente con el hundimiento de las torres de Nueva York,
empezó a pensarse de otra manera.
Vino el
problema de Irak, que fue una barbaridad.
En 2003 se
bombardeó un país indefenso entero durante un mes, so pretexto de combatir el
terrorismo, mintiendo descaradamente a la población acerca de unas supuestas
armas químicas.
Aquello fue lo
que se llama técnicamente un delito de lesa humanidad, que no ha prescrito.
Se puede
perseguir todavía a Bush,
Aznar y Blair.
Lo que hay
ahora es la barbarie.
Y, menos mal
que no lo ha visto. Ni Rato ni Blesa, a pesar de las condenas que, hasta ahora,
habrían entrado en la cárcel, pues ni cárcel y ni siquiera fianza.
¿Qué diría
comparándolo con los titiriteros?
Acabo de oír a
una abogada diciendo que un alto porcentaje de presos, ahora mismo, están
cumpliendo en la cárcel de manera preventiva, pero con una sentencia de pena
muy menor.
Hasta el
Presidente del Tribunal Supremo afirma que la ley sólo se aplica a los
robagallinas, pero los poderes económicos y las personas económicamente fuerte
están por encima o fuera de la ley.
El poder,
cuando teme perder una querella, no cambia de abogado, cambia de Juez.
Vemos las
economías de las distintas (TODAS) Comunidades Autónomas y vemos, no vacías sus
arcas, sino hipotecadas, con deudas que nunca jamás podrán pagar.
Si se debe X se
pide un préstamo de X+Y para seguir viviendo y al mismo tiempo arruinándose un
poco más que el año anterior.
España está en
bancarrota, leí ayer mismo, una afirmación proveniente de varios Catedráticos
de Economía.
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