¡Qué suerte que somos racionales!, pero ¡qué pena que no
seamos más inteligentes!
¡Qué suerte que discurrimos!, pero ¡qué pena que no seamos
más intuitivos!
¡Qué suerte que podamos ir y avanzar de verdad en verdad,
deduciendo una verdad de otra anterior en una cadena de razonamientos!, pero
¡qué pena que no podamos “Intus-légere”, leer desde dentro, leer el interior, descubrir
la verdad de golpe, al momento, intuitivamente, sin tener que dedicarle tiempo
alguno!
“Razonar” será, pues, llegar a ese dentro pero desde fuera,
tras varios pasos, escalones, eslabones. Descubrir la verdad “dis-curriendo”,
corriendo de una verdad a otra hasta llegar al final.
¡Qué poco inteligentes somos!, menos más que, al menos,
somos racionales.
Dios (si existe y es persona) no puede ser “racional”,
imperfecto, tiene que ser “inteligente”.
“Noesis noeseos noesis” –lo definía Aristóteles. Pura y suma
Inteligencia.
Pero no me refiero a la “inteligencia práctica”, que también
la poseen los animales, y cuanto más altos estén en la escala zoológica más
inteligentes son, más y mejor resuelven y dan solución a los problemas (en eso
consiste la inteligencia, según J. A. Marina, en “resolver problemas” y nada que
ver la inteligencia de un chimpancé o de un gorila con la “tontez” de una
gallina o de un canario.
Me refiero a la “inteligencia teórica” (“theos: Dios, à
inteligencia “divina”, pues se parece a ella.
Me refiero a la cultura, a la ciencia, a la religión, a la
filosofía, a la poesía, a las creaciones artísticas
Nosotros tenemos muchas intuiciones sensibles, pero muy
pocas intuiciones intelectuales,
La razón, el razonar o discurrir, no es libre para hacerlo
de cualquier manera o como a uno le dé la gana, de manera discrecional, sino
que tiene que haber coherencia entre el punto del que se parte y el punto al
que se llega.
Yo puedo afirmar, categóricamente, que si “esta figura
geométrica tiene tres lados” (Verdad de la que se parte) entonces “dicha figura
geométrica es un triángulo” (verdad a la que, coherentemente, se llega).
Pero yo no puede partir de la verdad “Tomás Morales está
jubilado” a esta otra “Tomás Morales es una persona rica”. De la primera Verdad
no puede concluirse la segunda, no hay coherencia entre una y otra.
La razón está sometida a unos principios y tiene que
atenerse a ellos para hacerlo racionalmente, coherentemente.
Son principios o axiomas lógicos, que rigen entre las ideas,
pero también son principios metafísicos, que rigen en el mundo de los seres
reales.
Estos principios son 4. Los 3 primeros fueron dados por Aristóteles y el 4º
por el filósofo alemán Leibniz.
1º.- Principio de Identidad.
Se expresa, lógicamente, así: A es A (A = A) (“un triángulo
es un triángulo”), una idea es igual a sí misma.
Y metafísicamente: “una cosa es igual a sí misma” (“la mesa
es la mesa” o “el hombre es el hombre”), aunque el segundo miembro pueda
expresarse de otra manera: “mueble que puede usarse para comer, escribir,…” o
“el único animal que ríe”
2º.- Principio de Contradicción (o de No Contradicción).
Lógicamente se expresa así: “dos juicios, de los cuales uno
afirma y otro niega lo mismo, no es posible que ambos sean verdaderos”
Si afirmo que “cuatro es igual a cuatro” y “cuatro no es
igual a cuatro”, es imposible que ambos sean verdaderos.
O, metafísicamente “esta mueble es una mesa” y “este mueble
no es una mesa”, es imposible que este mueble sea ambas cosas
3º.- Principio de Tercero Excluso (Tercero Excluido)
Lógicamente se expresa así: “cuando tenemos dos juicios
contradictorios como “A es B” y “A no es B” no se da una tercera posibilidad. O
es o no es. (Es la proposición disyuntiva exclusiva que, espero, mis antiguos
alumnos se acuerden de ella. Si una es V àla otra es F, y si una
es F à
la otra es V. Y no hay posibilidad de una tercera posibilidad.
Una de las dos tiene que ser V porque las dos no pueden ser
F.
“Esta cantidad es 4 o no es 4”.
“Este mueble es mesa o no es mesa”.
En la Teoría de Conjuntos se afirma que “entre un conjunto A
y su complementario –A agotan toda la extensión”
“Este animal o es elefante (dentro del conjunto A) o no es
elefante (dentro del conjunto –A)
4º.- Principio de Razón Suficiente.
Fue propuesto por Leibniz.
Lógicamente se expresa así: “para nuestro pensamiento sólo
son verdaderos aquellos conocimientos que podemos probar basándonos en otros
conocimientos reconocidos como verdaderos”. La conclusión, para ser verdadera,
tiene que estar fundamentada, tiene que tener una justificación.
¿Por qué razón deduces
la verdad “45” de la verdad “57 + 3 – X”?
O, metafísicamente, “todo ser existente tiene que tener una
razón suficiente para existir”, Es decir si existe, es por algo, por alguna
razón, no por cualquier razón, sino por una razón suficiente,
(El Principio de Causalidad se ha restringido. Si yo afirmo
que “todo efecto tiene que tener una causa” este principio vale mientras nos
mantengamos en el mundo de la experiencia, cuando se aplica entre fenómenos o
hechos de experiencia: “barra caliente” y “fuego”, “calle mojada” y “lluvia”.
Pero no puedo aplicar este principio a una causa sobrenatural (“está caliente
la barra porque el demonio…”) o (“está la calle mojada porque Dios ha hecho un
milagro.
Si “está caliente o mojada” debe haber una razón o una
causa, pero no puede traspasarse el ámbito de la experiencia)
En la actualidad se afirma que los tres se reducen a uno, al
primero, al Principio de Identidad, porque todos pueden deducirse de él, y si
éste no se cumple, los demás….
“Logos” (como se verá en otra entrada) es “Razón”, capacidad
humana para descubrir verdades, y “logoi” son “razones”, que se encuentran en
las cosas, en los seres.
La misión y el objetivo del “logos”, al conocer, es
descubrir los “logoi”, las razones de las cosas, las causas de las cosas, lo
que son las cosas.
El “logos” (subjetivo) en busca de los “logoi” (objetivos) para
descubrirlos y saber lo que son. Eso son las ciencias.
A los principios metafísicos arriba expuestos no se llega
por el “logos”, sino que, al ser “inmediatamente evidentes”, son captados por
el “nous, la inteligencia.
La razón sólo llega a las verdades “mediatamente”, yendo de
verdad en verdad, discurriendo, “corriendo” de una verdad a otra hasta llegar a
la última, que era la que estaba buscándose, la conclusión.
El “acceso inmediato” a las verdades es propio de los
“inteligentes” que, intuitivamente, de golpe, captan la verdad, van
directamente al último eslabón de la cadena sin pararse en los eslabones
intermedios.
El “acceso mediato” a las verdades es lo propio de los
“razonadores/racionales” que van “corriendo” de eslabón en eslabón hasta llegar
al último y descansar.
El inteligente es más “vago”, no necesita el trabajo, el
esfuerzo, el “razonador” es más trabajador, necesita esfuerzo, se cansa más
fácilmente.
La naturaleza toda está preñada de “logoi” y lo propio de lo
hombres es irlas descubriendo.
El “inteligente” es como el ave, que vuela y llega
rápidamente a su destino, y por el camino recto.
El “razonador”, en cambio, no sabe/no puede volar, está con
los pies en el suelo, tiene que andar o correr, será un caballo árabe o una
tortuga, pero siempre sin levantar el vuelo. Y más de una vez errará en la
bifurcación y se equivocará de camino, entrando en callejones sin salida,
teniendo que dar marcha atrás y reanudar el camino.
El “Intus-legere” del “inteligente”, no es el “dis-currir”,
de letra en letra, paso a paso, del “razonador”.
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