NATURALEZA Y
CULTURA.
El dilema “o naturaleza o
cultura” es falso. Ni sólo una ni sólo la otra. Ninguna, por separado, podría
explicar la conducta humana.
El ser humano se ha
desarrollado y sigue desarrollándose mediante la evolución cultural, pero
siempre dentro de los límites y posibilidades que determinan su naturaleza
heredada.
No existe el ser humano “sólo
cultural”, como tampoco ha existido el ser humano en “estado de naturaleza”.
Los “niños salvajes” no nos
enseñan nada acerca de ese supuesto estado primitivo de la humanidad, ya que la
mayoría de ellos fueron anormales congénitos abandonados por este motivo.
Ni tampoco es fácil
determinar en nuestro comportamiento qué debemos a nuestra naturaleza y qué a
nuestra cultura.
El miedo a la obscuridad, ¿es
natural-congénito o social-adquirido? ¿Estímulos psicobiológicos o estímulos
psicosociales? Ambos e integrados.
Un animal domesticado, si se
pierde y queda aislado, vuelve a su comportamiento salvaje.
Pero una abeja extraviada,
lejos de su colmena e incapaz de encontrarla, es una abeja perdida, pero no se
convierte en una abeja más salvaje (Voltaire).
Los “niños salvajes” nunca
serán testigos fieles de un estado anterior.
El dilema “o naturaleza o
cultura” es falso. Ni sólo una ni sólo la otra. Ninguna, por separado, podría
explicar la conducta humana.
El ser humano se ha
desarrollado y sigue desarrollándose mediante la evolución cultural, pero
siempre dentro de los límites y posibilidades que determinan su naturaleza
heredada.
No existe el ser humano “sólo
cultural”, como tampoco ha existido el ser humano en “estado de naturaleza”.
Los “niños salvajes” no nos
enseñan nada acerca de ese supuesto estado primitivo de la humanidad, ya que la
mayoría de ellos fueron anormales congénitos abandonados por este motivo.
Ni tampoco es fácil
determinar en nuestro comportamiento qué debemos a nuestra naturaleza y qué a
nuestra cultura.
El miedo a la obscuridad, ¿es
natural-congénito o social-adquirido? ¿Estímulos psicobiológicos o estímulos
psicosociales? Ambos e integrados.
Un animal domesticado, si se
pierde y queda aislado, vuelve a su comportamiento salvaje.
Pero una abeja extraviada,
lejos de su colmena e incapaz de encontrarla, es una abeja perdida, pero no se
convierte en una abeja más salvaje (Voltaire).
Los “niños salvajes” nunca
serán testigos fieles de un estado anterior.
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