En una ontología panteísta, con
un rígido determinismo, quedan excluidos conceptos como “fin”, “libertad”,
“pecado”,…
Es fácil dar una noción de
“bien físico” pero es difícil darla de “bien moral” y de “mal moral”.
El bien de cada cosa se
identifica con la perfección de su propio ser, luego el bien de cada individuo
consiste en alcanzar la plenitud de perfección de su propia naturaleza.
De esta manera el bien y el
mal se definen en función del impulso fundamental que mueve al individuo a su
propia conservación y perfección.
Será bueno lo que contribuya
a ello y malo lo que lo perjudica o lo impide.
Pero otras veces se fija en
el carácter de “medio” y define el bien y el mal en función de la “utilidad”
para conseguir el fin deseado.
La razón, pues, no pide nada
contra la naturaleza y exige que cada cual se ame a sí mismo y busque su propia
utilidad, y que cada cual procure conservarse en su propio ser.
Relativismo y subjetivismo
del bien y del mal puesto que…
Afirma que no existen el bien
y el mal sino que las cosas son buenas en cuanto que atraen nuestro apetito, y
malas cuando provocan nuestra aversión.
No apetecemos ni queremos las
cosas porque “son” buenas, sino porque nos “parecen” buenas.
E igualmente ocurre con lo
malo.
El hombre, al ser parte de la
naturaleza tiene que someterse al orden general y necesario.
Pero describe la moral haciendo entrar en juego los conceptos de
“esclavitud” y “liberación”.
La esclavitud consiste en el
estado en que el hombre se encuentra bajo el dominio de sus pasiones.
La moral consistirá, fundamentalmente,
en la liberación del hombre de la esclavitud de sus pasiones.
ESCLAVITUD.
Como el hombre es un
compuesto de cuerpo y alma, esta unión es un obstáculo para la virtud, pues el
cuerpo sufre el dominio de las pasiones inestables y desordenadas que dañan al
individuo y acaban por destruirlo.
De ahí el estado de
esclavitud del hombre durante su vida en la tierra.
Basa, pues, su moral en los
dos preceptos estoicos: 1.- Ajustar la conducta a la ley necesaria que rige la
naturaleza y 2.- Vivir conforme a la razón.
La virtud consiste,
esencialmente, en la conservación del propio ser y en el perfeccionamiento del
hombre mediante la razón.
Las nociones de mérito y
pecado, de justo e injusto, así como la de derecho, no tienen sentido moral,
sino social y jurídico.
No se dan en el individuo,
sino en la sociedad, como resultado de un pacto o de una convención.
LIBERACIÓN
Ya hemos dicho que la Moral tiene como fin la
liberación del hombre del estado de esclavitud en que se encuentra bajo el
dominio de las pasiones y de sus ideas inadecuadas.
La ideas inadecuadas se deben
a la unión temporal del alma (pensamiento) con el cuerpo (extensión).
Provienen de los sentidos y
de la imaginación y están constituidas por los sentimientos y afectos (las
pasiones).
Son ideas parciales,
imperfectas, compuestas, confusas, falsas según el grado que tengan de
imperfección.
Del cuerpo provienen las
sensaciones y los afectos (pasiones) que turban la percepción clara de la mente
y le impiden contemplar su unión con el atributo de Pensamiento de la
substancia divina única.
El resultado es que el
conocimiento no es perfecto.
Por el contrario, las ideas
adecuadas son simples, claras y distintas, son puramente intelectuales,
perfectas, tal como se encuentran en Dios.
La liberación (a la cual va
unida la felicidad) consiste en el tránsito de la pasión a la acción mediante
el paso de las ideas inadecuadas a las adecuadas, que se realiza a través de
los tres grados de conocimiento: 1.- Imaginación (pasiones), 2.- Razón (ideas
inadecuadas) y 3.- Intuición (ideas adecuadas).
Pero hay pasiones que se
resisten más que otras (la compasión, la humildad, la soberbia, el temor a la
muerte,…).
Hay que ascender a través de
los tres grados.
Las pasiones dejan de serlo
cuando se transforman en ideas adecuadas.
En Dios no hay ideas
inadecuadas y tampoco las hay en sí mismas, sino que se hacen oscuras y
confusas por la intervención de los sentidos y e la imaginación.
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