miércoles, 10 de abril de 2019

SABER Y EQUIVOCARSE


SABER Y EQUIVOCARSE.

Nadie tiene ni el derecho ni el deber de equivocarse.
La equivocación, el equivocarse, es un hecho, y los hechos no engendran ni Derechos ni Deberes.

Todos, de hecho, nos hemos equivocado, nos equivocamos y, seguramente, seguiremos equivocándonos muchas veces.
No es la equivocación un Ideal, es un triste y lamentable hecho, que mejor sería que no se diera, pero somos humanos, y se da, aún a nuestro pesar.

Nadie puede estar orgulloso de equivocarse.
De lo que sí se puede estar orgulloso es de darse cuenta de la equivocación, para dejarla atrás y salir de ella, lo que ya es un acierto.

La Cultura, la Enseñanza, la Ciencia... son el intento humano de que los hombres no se equivoquen en eso mismo en que sus ascendentes se equivocaron.

Es el intento de evitar errores, de nuevo, porque lo normal es equivocarse.
Ante un cruce, sin indicaciones, acertar el camino correcto de los cuatro caminos presentes, es exponerte a perder en la proporción de 1 contra 3.

Los indicadores de por dónde no ir o por dónde ir, eso es la Ciencia.
Hacérsel
o ver a los niños y a los adolescentes, eso es la Enseñanza.

Afir
mo varias cosas:

1.- No podemos ni debemos rechazar los conocimientos científicos ni las innovaciones y adelantos tecnológicos hasta ahora conseguidos (distinguiendo el uso de los mismos del abuso que de ellos pueda hacerse).

2.- Las normas morales, no por ser tradicionales, deben ser mantenidas,
Del "hasta ahora, “siempre” ha sido así" no puede concluirse que "deba seguir siendo y haciéndose así".

3.- Las normas religiosas, tan presentes en la moral, durante tantos años, deben estar, todas ellas, subordinadas al marco Ético, creado por la Razón Moral.

4.- El individualismo y el egoísmo no excluyente, y dentro de unos marcos morales y sociales, son el motor de la productividad.

5.- Es necesario el control de natalidad como requisito imprescindible de la lucha contra el hambre y para una mayor y mejor participación en el estado de bienestar.

6.- La sexualidad debe ser entendida, por todos, en el sentido amplio de "comunicación entre personas", homosexuales o heterosexuales.
Igualmente hay que desterrar la concepción del sexo como función esencial y única de la procreación y sólo dentro del matrimonio.

7.- Igualdad de todos los niños nacidos, dentro o fuera del matrimonio, monoparentales o biparentales, y la necesaria ayuda a la maternidad.

8.- La no consideración exclusiva del incremento de población, como futura mano de obra.
La consideración del trabajo como actividad realizadora y como fuente del sustento, individual y familiar, así como sostén del gasto social.
Todo trabajo puede ser desarrollado por personas no autóctonas.

9.- La consideración de la Razón (científica, tecnológica, económica, moral, social,..) como la fuente mejor para una buena convivencia, no adorándola como infalible, pero sí considerándola como la menos falible.

10.- La consideración del Estado como la base fundamental de la sociedad, sin excluir la religión, pero considerándola como ámbito privado, sin que el estado pueda prohibirla ni deba considerarla como necesaria en la formación de ciudadanos.

La sociedad puede y debe desarrollarse ajena a, no en contra de, la religión.

(Podría seguirse añadiendo apartados, son tantos los principios a tener en cuenta...)


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