Parece mejor diseñada la
mamá-gorila que la mamá-humana.
Durante toda la historia de
la humanidad ¿era consecuencia de un diseño inteligente divino que murieran
niño y madre en una serie continua de dolores inútiles e insoportables?
¿Y es un buen diseño divino
que parte del tubo respiratorio coincida con el tubo digestivo y cualquiera se
atragante, se asfixie y pueda morir?.
El diseño del ojo humano, que
no puede ver, directamente, la luz sino que ve de espaldas a la luz, más que
resultado de un diseño parece el resultado de un cableado chapucero.
¿Y en el varón?
¿Por qué la orina y el semen
salen por el mismo conducto y al ser la próstata proclive a la inflamación se
atasca, se bloquea y nunca mejor dicho lo de “mear y no echar gota”?
¿También es un “diseño
inteligente divino”?
¿Cómo se hacen compatibles
estas chapuzas con los grandes atributos divinos: Omnisciencia (lo sabe todo),
Omnipotencia (lo puede todo) y Amor (quiere lo mejor) infinitos?
Aunque se empleara (el
siguiente argumento) para proclamar el Dogma de la Inmaculada Concepción
también es aplicable al problema que estamos tratando.
Si NO SABÍA hacer un diseño
mejor, entonces no es Dios (no sería Omnisciente)
Si NO PODÍA hacer un diseño
mejor, entonces no es Dios (no sería Omnipotente)
Si NO QUERÍA hacer un diseño
mejor, entonces no es Dios (no sería Amor)
Si Pudo y no Quiso…
Si Quiso y no Pudo…
Si Quiso, Pudo y no Quiso…
Es el problema de la Teodicea (en el que no
vamos a entrar) ¿cómo compatibilizar los atributos divinos con la presencia del
mal?
Pensemos en un volcán o en un
terremoto como el de Lisboa, seguido de un maremoto, en 1775, con más de
100.000 muertos y cómo puede hacerse compatible con los atributos divinos.
Fueron muchos los que dejaron
de creer.
Pero si se interpreta
darwinianamente, como un planeta en evolución, cambiante, sería una explicación
más racional de la presencia del mal en el mundo, una teodicea secular.
Aunque un Dios Omnipotente
podría prescindir de la evolución.
El “evolucionismo” es una
explicación, aunque sea imperfecta, de los defectos del mundo mucho mejor que
el “creacionismo”.
La hipótesis divina se ve,
cada vez, más superflua e innecesaria.
Incluso la Iglesia misma, hoy, está
más con Darwin que con los fanáticos creacionistas, molestos e incómodos en los
tiempos actuales.
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