Sade escribió: “Todos los
hombres, todas las mujeres se parecen. NO hay amor que resista a una reflexión
sana”
“Algunos meses de gozo que,
pronto, vuelven el objeto a su puesto verdadero nos hace avergonzarnos por el
incienso que hemos quemado en sus altares y, a menudo, incluso llegamos a la
imposibilidad de concebir que haya podido seducirnos hasta tal extremo”.
No se corta el Marqués:
“! Oh ¡ muchachas
voluptuosas, entregadnos vuestros cuerpos lo más que podáis. Follad y
divertíos. Eso es lo fundamental, pero huid, sin falta, del amor”.
Sexo por el placer del sexo,
no por nada ajeno al sexo mismo.
“Lo único bueno de las
mujeres es su parte física” –decía el naturalista Buffon, que no sólo en esta
materia era filósofo.
“Repito, divertíos, pero no
améis, y tampoco os preocupéis por ser amadas: lo que importa no es extenuarse
en la tentaciones, en suspiros, en miradas, en mensajes dulces. Lo que importa
es follar, multiplicar y cambiar a menudo de folladores y, en especial, evitar
por todos los medios que uno solo quiera esclavizaros, porque la meta de ese
amor constante sería impediros que os entreguéis a otro. “Cruel egoísmo que,
pronto, resultaría fatal para vuestros placeres”.
La moral de Sade está fundada
sobre la soledad absoluta.
Nacemos solos. No hay
relación alguna entre un hombre y otro.
“La única regla de conducta
es la de preferir todo lo que me afecte felizmente”.
“El mayor dolor de los demás
cuenta siempre menos que mi placer”
Todo vale con tal de
conseguirlo.
En “Justine” muestra a una
pobre niña, acorralada, perdida, destrozada, colmada de golpes….de cementerio
en cementerio….golpeada, rota, marchita aplastada, devorada hasta la muerte.
Hace todo lo imaginable y lo
inimaginable con las personas y, al final, se mira y no se da miedo.
Es el sadismo, con la
racionalización y organización del mal.
Los cálculos forman parte de
la erótica. Se disfruta mientras se prepara y al prepararlo, es un
“racionalismo morboso”
Es disfrutar del sexo
mientras se sube la escalera tocándole el culo a la prostituta.
El sadismo no es la simple
crueldad elemental, primitiva, sino la crueldad elaborada, meticulosamente
preparad, organizada, y que es lo propio de los libertinos.
Lo que Sade puso en su vida
fue sólo un poco de su obra, y no al contrario.
La mayoría de sus libros son
fruto de su imaginación y no son descripciones ni recreaciones de sus vivencias
eróticas.
No es autobiografía, sino lo
que le gustaría haber hecho, no lo que hizo en su vivir.
La única regla que preside
las relaciones humanas es la agresión (la agresividad para imponerse) y la
mayor agresión al otro es acabar con él, disfrutando de hacer y de conseguirlo.
El libertino goza con la
destrucción y no se lamenta de destruir y destruirlo, esa es la característica
del sadismo.
“Sed natural de la
destrucción”.
Gozar es dilapidar, sin que
importe la cantidad, ni la finalidad, mientras se está dilapidando.
En el mundo del sadismo no
existe el amor (al menos como lo entendemos nosotros) sólo el placer del sexo y
de la destrucción.
El amor es, incluso, un
obstáculo al placer.
“No se puede amar lo que se
goza porque el goce lleva inevitablemente a la destrucción” y el amor lo
impediría o, al menos, lo frenaría.
No hay, pues, que buscar
argumentos para justificar los hechos, los hechos se justifican por sí mismos.
Nada de teoría, sólo la
práctica.
“El motivo que me lleva a
entregarme al mal nace en mí del profundo estudio que he hechos de la
naturaleza”.”
“La naturaleza es voraz,
destructiva, maligna, devastadora.
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