jueves, 12 de octubre de 2017

EL MARQUÉS DE SADE: EL AMOR Y LAS MUJERES (1)



¿Qué puede esperarse de Donatien Alphonse François, Marqués de Sade, nacido en 1.740 y criado con todos los lujos, propios de su clase social, con un padre bisexual que fue detenido por intentar seducir a un jovencito, y con un tío, el Abad Jacques François de Sade, erudito, biógrafo de Petrarca pero entregado a prácticas abiertamente libertinas, que tenía como amantes, en su propia casa, a una madre, a su hija y a su criada, que fue detenido varias veces por su adicción a los prostíbulos, y que estuvo al cuidado exclusivo del Marqués de Sade entre los seis y los diez años?

El libertinaje del Marqués de Sade proporcionó varios disgustos a su padre y a su tío y, para evitar la deshonra, entró en negociaciones con una familia burguesa para casar a su hijo con la hija mayor de la familia burguesa y que el Marqués la conoció la víspera del matrimonio, en 1763.

La nueva esposa, en un principio, mostró una gran devoción por su joven esposo (23 años) y la suegra fue tolerante con él a pesar de que gastaba grandes cantidades de dinero en amantes, pero no se mostró escandalizada cunado lo detuvieron, unos meses después del matrimonio, cuando fue denunciado por una exprostituta por actividades sexuales “de sesgo blasfemo”

Fue encarcelado por primera vez en Octubre del 63 (se había casado en Mayo de ese mismo año).

En 1.767 nace su primer hijo pero pronto estalla el caso Rose Keller, una mujer de 36 años, viuda, enferma, sin recursos, a la que el Marqués tortura de forma salvaje después de haberla llevado a su casa con la promesa de contratarla como criada.
Por ello es detenido pero su suegra ya no lo defiende, incluso recurre a sus influencias para mantenerlo en prisión.
Su esposa, en cambio, sigue defendiéndolo pero se ponen en peligro las negociaciones matrimoniales del resto de sus hermanas casaderas.

Nada más salir de la prisión participa en una orgía maníaca y detallada, por lo que le llega una orden de arresto.
Huye a Italia, pero es condenado a muerte “en ausencia” por el Parlamento (la sentencia se cumple de manera simbólica utilizando como doble un muñeco y será privado de todos sus derechos.

En el 77 está otra vez en la cárcel y la nueva reclusión va a ser más prolongada, no siendo liberado hasta el estallido de la Revolución (13 años más tarde).

Cuando es trasladado a La Bastilla empieza a escribir febrilmente la parte más importante de sus obras.

En 1.790 es liberado y dos de sus obras serán estrenadas por la Comedie Françoise.
Pero, a partir de la publicación de “Justine o los infortunios de la virtud” todo vuelve, de nuevo, a torcerse en su vida.

Es detenido, también, bajo el Régimen del Terror y estuvo a un paso de ser guillotinado.

Cuando recobra la libertad sigue complicándose la vida, y ahora es ya bajo el gobierno de Napoleón Bonaparte, y todo por una segunda obra “Juliette” (continuación de “Justine”) y, una vez más, confiscad su obra, ingresando de nuevo en prisión en 1.801 yendo, desde aquí a un hospital mental, donde lo retienen hasta su muerte, en 1.814.

Después de su muerte queda aún su obra que va a ser interpretada y comentada por pensadores, de manera distinta.

R. Barthes se detiene en el lenguaje de Sade y habla de “lenguaje ficticio” (“Escrita, la mierda no hiede”) y cuenta anécdotas de su vida hasta entonces no conocidas o menos conocidas, como cuando le pide a una de sus amantes que lo azote con un martinete de pergamino provisto de alfileres dobladas y, ante el estupor y negativa de la amante compra una escoba de brezo con la que le golpeará en el trasero.

Freud, por su parte, ya había escrito sobre la tendencia a causar dolor al objeto sexual o a ser maltratado, lo que es real y va más allá de los casos patológicos.

“Las raíces del sadismo pueden hallarse fácilmente en un sujeto normal. La sexualidad de la mayor parte de los hombres muestra una mezcla de agresión, de tendencia a dominar, la necesidad de vencer la resistencia del objeto sexual de un modo distinto a los actos de cortejo”

El sadismo es un comportamiento agresivo del instinto sexual exagerado.
El sadismo va desde el acto dominador hasta el goce con el sufrimiento y el maltrato sexual.

El masoquismo (teóricamente su opuesto) no es más que una manifestación complementaria del sadismo.
Es un sadismo dirigido al propio yo.

La meta de la vida es dominar por completo al otro, y en primer lugar a la persona que más se quiere.

Igual hace E. Fromm, tras la Segunda Guerra Mundial y la Guerra fría (como había influido en Freud la primera Guerra Mundial), pero ya no será, en primer lugar, la pulsión agresiva, sino que el principio biológico supremo será la preservación de la vida.

“La tendencia destructiva, las pulsiones de muerte, son el resultado de un fracaso del arte de vivir, del vivir no correcto”

Las personas se sienten más atraídas por lo muerto que por lo vivo.

“Siempre estamos buscando convertir lo vivo en muerto, pasar de lo orgánico a lo inorgánico, convertir lo utilizable en inutilizable, materializar lo vivo”


Hay sadismo sin Sade.

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