martes, 17 de enero de 2017

ACOMPAÑANDO A J.L. SAMPEDRO (23-5) LA LIBERTAD


TRES LIBERTADES.

1.- LIBERTAD DE MERCADO.

Habría que escribirlo entre interrogaciones: ¿Hay libertad de mercado?

A lo largo de la historia el mercado era a través del trueque: “te cambio esta vaca por tus tres cerdos y por esa cabra” o, como hacían en mi casa (Cll La Plata, en la Ruta de la Plata, cuando las ovejas bajaban o subían desde los montes de León a los espigaderos de Extremadura y alguna oveja, que se había separado de la piara y algún perro pastor le había mordido una pata y andaba coja, no pudiendo reintegrase a la piara: “Señor Eugenio (mi padre) le cambio esta oveja coja por dos fanegas de cebada, para los burros”. Y estábamos, durante una semana, comiendo carne de oveja en preparaciones culinarias variadas (con patatas, con fideos, con verduras, a la plancha,...)

Pero el trueque, como forma de mercado, desapareció, a nivel general, cuando el dinero, más fácil de transportar, se convirtió en el intermediario en la compra-venta.

(Todavía hoy, hay una nueva especie de trueque, con el tiempo como moneda de intercambio: “Te pinto la casa si tú me cedes la furgoneta durante una semana”. Se le suele llamar el (“banco de tiempo”)

¿Existe la libertad de mercado?

“….el mercado no es libertad. A quienes sostienen esto les digo: “vaya Ud. al mercado sin un céntimo y verá Ud. dónde está su libertad de elección”. Naturalmente, el mercado es necesario; en cuanto hay un mínimo de desarrollo ya no vale el trueque. No soy tan tonto como oponerme al mercado pero hago la distinción entre “economía de mercado” y “sociedad de mercado”, una sociedad en la que sólo se valore lo que tiene precio en el mercado, cualquiera que sea su valor en otros terrenos. No soy enemigo del mercado, soy enemigo de que se mercantilice toda la vida humana.
De modo que cuando se habla de libertad conviene recordar que el mercado es libre para el poderoso. Para el que no tiene un duro no es libre porque no es.”


Y conociéndolo un poco se sabe que es verdad, porque luchó por lo segundo durante toda su trayectoria docente y vital.
 
José Luis Sampedro nunca fue una de esas personas que tuviera la cabeza llena de fantasías sino de sensatez y sencillez a pie de calle. La economía del régimen le hacía parecer un Quijote luchando contra molinos de viento. Sin embargo, es al revés, la crisis ha demostrado que son los economistas ortodoxos los locos que ven gigantes, y Sampedro, el cuerdo que desfacía entuertos.

Pero nunca quiso aparecer y vanagloriarse de haber sido el único o el primero o el que más insistió.

Pero mi pensamiento no es solo mío. Hay muchos que piensan como yo. Lo que pasa es que los economistas que piensan como yo generalmente no tienen el apoyo del poder que domina. La barbaridad del mercado sin control la estamos denunciando muchísimos. Yo publiqué un libro en 2002 sobre la globalización en el que decía que la globalización consistía en trasladar el poder desde la política a los financieros. Y eso fue lo que pasó y lo decíamos muchos entonces pero no teníamos altavoz ni púlpito para decirlo. Se podía y se debía haber evitado”.

Se ha referido al poder económico, sobre todo al financiero, como el causante fundamental de la injusticia y de la desigualdad, constantemente.

“Lo que se llama democracia no lo es en casi ningún sitio porque no manda el pueblo. Si mandara el pueblo habrían metido en cintura a los financieros hace tiempo”. 

Trabajó en un Banco pero “para ganarse la vida y dar de comer a su familia” pero nunca tuvo vocación de banquero, incluso se vanagloriaba de haber salido del Banco sin conocer ninguna actividad financiera. “Yo sólo hacía los informes”

La verdad es que pude haber alcanzado posiciones altas en la banca porque estaba bien situado pero no me interesaba ese tipo de estudio y de trabajo. Allí la cuestión era ganar dinero y a mí eso no me preocupaba, una vez cubiertas mis necesidades. Ganar dinero era una preocupación secundaria frente a la cuestión de vivir, de experimentar sentimientos,  emociones, el aprendizaje. No me interesaba procurar tener más sino hacerme mejor dentro de lo posible”.

El problema es que si el sistema económico, en el que estamos y nos movemos, está en crisis  (y lo está y hoy nadie lo pone en duda) habrá que hacer, tendremos que inventar y construir otro sistema. Pero habrá que hacerlo, no partiendo de cero, no bajándonos del que, en este momento estamos, sino haciendo el nuevo al mismo tiempo que vamos deshaciendo el viejo.
Y lo expone con una metáfora:
“Esto es como la metamorfosis de los insectos. Usted coge un gusano de seda y lo ve moviendo el cuerpo con dificultad, se lía el hilo a la cabeza, se convierte en un capullo y luego en una mariposa. ¿Qué ha pasado? Pues que al mismo tiempo que desaparecía el cuerpo de gusano se estaba construyendo y manejando el sistema mariposa: los jóvenes tienen que construir el sistema mariposa. Y no lo pueden construir con las reglas de los que son gusano”, pero mientras se es gusano –añado yo.
Y aunque ello parezca difícil, para mejor entenderlo, lo hace ver con otra metáfora:
“Mire usted, con las piedras de los templos clásicos de la mitología griega se hicieron basílicas cristianas. Y luego con las piedras de las basílicas cristianas los árabes hicieron la mezquita de Córdoba y otras cosas. De modo que se puede hacer la metamorfosis, pero a base de no aceptar las verdades oficiales de ese tipo y decir que no a lo que tienen”.
Nuestro sistema se basa en el consumo, que se alimenta de miedo...
El miedo funciona en casi todo: el miedo es la inseguridad y, en cambio, la civilización o la cultura es la seguridad. La seguridad de que todo es inseguro. Porque todo depende de todo y no podemos controlarlo.
El miedo es una trampa y el poderoso lo sabe, y por eso la aplica augurándonos las mayores catástrofes si no entramos por el aro, por su aro, el miedo como trampa o, mejor: “La trampa del miedo”.
Leo en la prensa de hoy mismo, 5 de Enero de 2.017: “Nada da más rédito político que el miedo: un pueblo atemorizado se traga todo lo que llegue desde arriba, si con ello cree que va a poder disfrutar de una mayor seguridad”

En una entrevista afirma: “Gobernar a través del miedo es muy eficaz. Si Ud. amenaza a la gente diciéndoles que los va a degollar y, luego, no los degüella, entonces los puede azotar y explotar. Y la gente dirá: “Bueno, no es tan grave”. El miedo hace que no se reaccione, el miedo hace que no se siga adelante. El miedo es, desgraciadamente, más fuerte que el altruismo, más fuerte que la verdad, más fuerte que el amor.
Y el miedo nos lo están dando (nos lo están metiendo) todos los días en los periódicos y en la televisión”
Y aclara la nueva forma de mercado:
“Cuando yo estudiaba economía hace sesenta o setenta años, muchos manuales estudiaban las necesidades humanas y después las actividades económicas para satisfacerlas. Hoy, primero se produce y se inventa y luego se busca qué hacer con el invento: se inventan medicinas y la enfermedad para la que se van a vender esas medicinas. Porque de lo que se trata es de ganar dinero, no de curar nada”.
Y como la máquina está substituyendo a la mano de obra, por ser más rápida, más precisa, más productiva,..Cada vez en el sistema se produce y va  aumentando el paro.
“El paro es consecuencia del sistema; el paro es lo mismo que el hambre, ¿y por qué hay hambre? Porque no hay redistribución. Hay una explotación por parte de una minoría, que es algo fruto de ceder el poder de los políticos a los financieros”.
La confabulación política-economía.
El político legisla privatizaciones dorando la utilidad de las mismas y, cuando el político deja de serlo, como una de las remuneraciones, lo meten en los Consejos de Administración.
Las puertas giratorias.
El maldito nuevo trueque: “Yo te doy – tú me das”
“Los gobiernos dependen de los financieros. Estos les dan dinero para las campañas de publicidad y les permiten hacer negocios, falsedades, cohechos y todo lo que haga falta, porque hemos sustituido los valores éticos por el interés monetario. Y a los gobiernos les interesa, monetariamente, estar a buenas con los banqueros.
¿Cuándo saldremos y cómo podemos salir de este círculo maldito?


2.- LIBERTAD DE PENSAMIENTO

Pensar – ser – vivir.

“Para vivir hay que ser libre y para ser libre hay que tener pensamiento libre”

Las fuentes de la verdad.

Para el niño es verdadero lo que su “seño” dice que es verdadero.
Para el creyente cristiano es verdad lo que la Biblia dice que es verdad. La única auténtica verdad es la verdad revelada.
Para el perezoso y acrítico la verdad es lo que dicen que es verdad los medios de comunicación.

Por lo general, ya no podemos ni verificar ni falsar lo que nos dicen que es verdadero o es falso. Así que nos lo creemos o no nos lo creemos.

Lo cierto es que creemos que la verdad viene de arriba, de Dios o de las autoridades varias, sin tener en cuenta que de Dios nada sabemos, ni siquiera si existe, y que de las autoridades humanas, muchas o casi todas ellas, tienen intereses, manifiestos u ocultos, para convencernos de que “su” verdad es “la” verdad.

Las autoridades, todas, empezando por los padres, son sospechosas de manipular la verdad para que nos ahorremos “la trabajosa tarea de tener que pensar”.

Por otra parte, cuando se escribe sobre la “libertad de pensamiento” se cae en el error de tomarlo a la letra, como si alguien pudiera intervenir en nuestras neuronas cerebrales, cortar los circuitos y no dejarnos pensar.
Nadie puede obstaculizar que pienses, eres libre para pensar, pensar lo que quieras, cuando quieras y como quieras, pero nunca confundas “pensar”, como actividad, con “pensamientos”, como resultados del pensar, ni éstos con la “la verdad de lo pensado”.
No sólo cometemos errores al pensar, por no hacerlo correctamente y deducir, cuando se sabe que sólo de premisas verdaderas y con método correcto pueden deducirse verdades.

Cuando uno se refiere a “libertad de pensamiento” está uno refiriéndose a “libertad de expresión de los pensamientos”.

 La opinión pública está influida por los medios de comunicación y los medios están en manos de quienes mandan y los que mandan favorecen a los que dicen lo que a ellos les conviene que digan y borran todo lo que no les conviene. Así que la opinión pública es, sobre todo, opinión mediática. Y el ciudadano acepta porque el trabajador llega a casa cansado y no se pone a reflexionar sobre cuestiones de política internacional, por ejemplo.

 Para mí la clave de la libertad es la libertad de pensamiento. Se habla mucho de la libertad de expresión. Hay que reivindicar la libertad de expresión, por ejemplo en la prensa, pero si lo que usted expresa en la prensa es un pensamiento que no es propio, que ha adquirido sin convicción y sin pensarlo, entonces no es usted libre por mucho que le dejen expresarse.

Ahora mismo, en España, tú escuchas una u otra emisora, ves una cadena de televisión u otra, lees una prensa u otra, y el mismo hecho viene silenciado o resaltado, pero siempre tintado por la empresa propietaria de la fuente de información.
Nos podemos encontrar, pues, a dos personas discutiendo, inútilmente, sobre la verdad de un hecho por apoyarse en fuentes distintas, sabiendo que, casi seguro, ninguna de ellas es totalmente “objetiva y neutral”.

Sin libertad de pensamiento no hay pensamiento crítico. No se puede hacer la crítica sin libertad. Como decía el periódico conservador francés, Le Fígaro, “sin libertad de ataque no hay crítica valedera”.

En una entrevista concedida a personas jóvenes les recomienda:

“Yo les diría que lo importante es vivir, que hay que vivir, que para vivir hay que ser libre y que para ser libre hay que tener el pensamiento libre y que se eduquen para tener el pensamiento libre y que con ese pensamiento se vayan construyendo a sí mismos y procuren educarse mejor y contribuyan a que los demás se eduquen también, porque el poder, que organiza la enseñanza, nos prepara para ser productores y consumidores que es lo que le interesa para el mercado. Eso es lo que interesa en este sistema.”


 "En tu hambre mandas tú. Eso es de lo poco que se le puede decir al hambriento" o "La austeridad es muy triste cuando te la imponen".

Vivir – pensar- ser
“Todos tenemos no el derecho a la vida, sino el deber de vivirla. Y de afrontar la vida en estas condiciones y en estas circunstancias. Y para eso tienen que liberar el pensamiento. No hay vida personal sin libertad. Y no hay libertad con fraternidad e igualdad si el pensamiento no es libre.
Mientras eso llega, ¿qué podemos/qué debemos hacer?
“La alternativa a corto plazo es capear el temporal y sobrevivir; y a largo plazo es cambiar de pensamiento, pensar de otra manera, tener un pensamiento crítico”.
Ante la pregunta de estos jóvenes sobre la educación, se sincera:
“Pues, mire usted, la educación que hay ahora es para crear productores y consumidores, nada más. En cuanto el niño empieza a hablar empiezan a indoctrinarle, a enseñarle el pensamiento único, el dogma”.
“Las palabras clave del mundo oficial de hoy, lo que quieren que aprendamos son: productividad, competitividad e innovación. Pero en vez de productividad, la palabra es “vitalidad”. Y, en vez de innovación, es “conservación”. Y, en vez de competitividad, es “cooperación”. Habría que pensar en asociarnos, vivir pacífica y apaciblemente en este mundo porque esta es la vida que tenemos que ejercer y desarrollar. Para mí, la educación sería rectificadora de la actual: una educación que conduzca a saber vivir en armonía con la naturaleza, porque somos naturaleza”.
Información – conocimientos – sabiduría.
Tres conceptos que no debemos identificar y que suelen solaparse.
Hoy hay tanta información que nos sentimos abrumados por ella y sin tiempo a rumiarla para intentar discernirla separando el trigo de la paja.
Conocimientos no son tantos.
Y sabiduría menos aún.
Información no significa conocimiento. Se puede estar muy informado y no saber qué hacer. El conocimiento no significa comprensión, porque se puede tener conocimiento de muchas cosas y no comprenderlas. La comprensión no significa sabiduría, que es el arte de vivir: este último empieza por borrar toda esa información sobrante”.


3.- LIBERTAD SEXUAL.

“Hay que respetar todas las variantes sexuales siempre que sean consensuadas y respeten a los demás.
No se puede establecer un modelo único y exclusivo (el heterosexual) y pretender que los demás (los homosexuales) no son naturales (siendo el andrógino, sólo, un ideal).

¿Por qué no puede describirse someramente, detalladamente, una relación sexual cualquiera (por pecaminosa) como se describe con todos los detalles un asesinato?
 Me niego a aceptar una censura que no me parece justificada (…) se hace desde una moral que yo considero contra natura.
La razón principal es que hay unas creencias que le tienen miedo al placer y a la vida. Y reprimen el placer y la expresión de la vida en forma de placer.
A estas alturas, con nuestros conocimientos científicos, no se pueden entender ciertos tabúes (…) creer que todas las formas de sexualidad son delictivas, perversas o pecaminosas no tiene justificación de ningún tipo y menos aún científica. Lo serán en cuanto perturben la vida de los demás, pero mientras no lo hagan, no tienen justificación (…) en general, son unas tendencias que se producen “naturalmente” en el individuo y es tan “natural” como lo contrario.
¿Se puede decir que un ternero que nace con dos cabezas es antinatural? No. Es tan natural como uno que nace con una cabeza. Lo que sucede es que es mucho más extraño, es un mutante.
Es hijo y producto de la “naturaleza”.
Y yo creo que muchas de las llamadas perversiones sexuales son producto de la “naturaleza” y de las formas de ser de cada uno”.

¿Por qué, pues, calificarlas de “antinaturales” si no es por una falsa interpretación de la naturaleza?

Del hecho de que sólo pueda engendrarse un nuevo ser con una relación heterosexual no puede deducirse el deber de que toda relación sexual deba ser reproductiva.

Cada vez usamos más, y más a menudo, métodos anticonceptivos para no engendrar sin tener que renunciar al placer de la sexualidad.
Es más. Ya puede una mujer engendrar y ser madre sin tener que usar sus genitales.

“Se percibe, de nuevo, el peso de una moral que va contra natura. Yo creo que en el sexo casi todo es natural, aunque no sea habitual o, a veces, no sea de buen gusto. Dentro de ese marco de pensamiento “El amante lesbiano” viene a ser una reivindicación de la libertad.
Creo que el puritanismo hace un gran daño a la cultura, a la literatura y, en definitiva, a la vida”.

“El rechazo del placer no es cosa de risa –afirma en “El amante lesbiano- nosotros padecemos la constante vigilancia de las autoridades “bienpensantes” por si pueden cogernos en un tropiezo y frenar nuestra actividad. Pero no nos rendimos, y disfrutamos librando a jóvenes de falsas culpabilidades y tratando, sobre todo, los despertares tardíos, patéticos y difíciles que abren a algunas personas a una nueva vida plena cuando se le salva de la camisa de fuerza cultural”.

¿Por qué identificar “sexo” con “sexualidad”?.
¿Por qué identificar “sexualidad” con “heterosexualidad”?
¿Por qué no va a poder existir la “homo-sexualidad” (entre personas del “mismo” sexo?.

Hasta que no mandemos a tomar aire fresco a la moral cristiana que, al menos a los mayores se nos ha imbuido, no podremos liberarnos de las cadenas culturales-religiosas y vivir la sexualidad por la que se opta, que no tiene ni más ni menos mérito que la heterosexualidad.


LIBERTAD SEXUAL, por supuesto.

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