lunes, 11 de mayo de 2015

ENCANTO DE LA VEJEZ (4)


Yo no sé si será aquello del castigo divino de “trabajarás y ganarás el pan con el sudor de tu frente…” (Una pregunta, los Catedráticos de Filosofía, al trabajar, no sudamos por la frente, ¿nos habría tenido en cuenta Dios?). Digo que no sé si será el castigo divino o una ley de la naturaleza humana, pero hemos dividido la vida en tras grandes apartados:
        1.- Prepararse, durante muchos años, para trabajar.
        2.- Trabajar, durante muchos años, para vivir.
        3.- Vivir, durante muchos años, ya sin trabajar. Y aquí estamos nosotros, los del jubileo a diario.

        Parece como si nosotros, los mayores, estuviéramos al margen de la maldición divina, ya que no tenemos ni que prepararnos para trabajar ni tenemos que trabajar para vivir. Porque, aunque nos paguen poco, como vivimos con poco, tenemos suficiente, mejor y más tranquilos que el que gana mucho pero tiene muchos gastos (mantener el yate y la amante).
        Nosotros, ya, con muy poco “tiramos”.


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