Como los 4 evangelios fueron
considerados como biografías históricas de Jesús de Nazaret durante 18 siglos,
nadie se cuestionó su existencia.
Fue a finales del XVIII
cuando dos historiadores franceses (Voney y Dupuis) pusieron en duda su
existencia, pero fue, sobre todo, con la Ilustración y su crítica histórica, al no haber,
prácticamente, documentos de aquel tiempo, ni romanos ni judíos que la
acreditasen, lo que supuso un fuerte revés a la Iglesia , que fundaba toda
la credibilidad en el carácter histórico de los 4 Evangelios y otros escritos
del Nuevo Testamento.
Por lo tanto, si no son
históricos sino literarios, y lo que relatan no es la figura histórica sino la
visión que de Él tenían las primeras comunidades cristianas, la Iglesia se quedaba sin
argumentos científicos para probar que había existido, predicado, crucificado,
resucitado,…
De ahí algunos dieron un
salto y consideraron a Jesús de Nazaret un mito, creado por una secta disidente
del judaísmo ortodoxo.
Igualmente Pablo, San Pablo,
el verdadero fundador de la
Iglesia cristiana, también sería fruto de una creación
literaria de unos grupos, que hicieron un cóctel de otros mitos religiosos
(judaicos, griegos, egipcios,…)
Se le daba la razón a
Voltaire, que ya había alertado de que no se podía dar valor histórico a los
Evangelios.
1.- Filón de Alejandría,
filósofo, que sobrevivió a la muerte de Jesús, del que se conservan unos 50
escritos, interesado por la actividad de sectas y movimientos dentro del
judaísmo de aquel tiempo, y ni una sola mención del Nazareno, y eso que conocía
bien a Pilatos, de quien habla en sus obras.
2.- Justo de Tiberiades,
historiador contemporáneo de Jesús, casi paisano, que escribe la Historia de Palestina
desde Moisés hasta 70 años después del nacimiento de Jesús. Y tampoco lo cita.
3.- Flavio Josefo,
historiador judío, de finales del siglo I, es el primero que nombra a Jesús y a
su secta (alegría enorme para la Iglesia.
Por fin un documento histórico) y, además, en dos pasajes.
En el primero sólo lo cita indirectamente, hablando de la
muerte por lapidación de Santiago, uno de los hermanos de Jesús.
“Anás convocó a las jueces
del Sanedrín y trajo ante ellos al hermano de Jesús, llamado el Cristo -su nombre era Santiago- y a algunos otros.
Los acusó de haber violado la ley y los entregó para que lo lapidaran”
Este texto aparece en el libro
“Antigüedades”, publicado unos setenta años después de la muerte de Jesús.
Y como Santiago, el hermano
de Jesús, había tenido mucho influjo en la creación de la primera comunidad
judeo-cristiana, al estar muy bien relacionado por las autoridades, da por
sabido que había existido un tal Jesús, a quien sus seguidores llaman Cristo o
Mesías.
El segundo texto se refiere expresamente a Jesús.
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