¿DISEÑO?. ¿INTELIGENTE?
Los diseños, si los hay, son/tienen que ser inteligentes.
La naturaleza no diseña. La naturaleza produce, actúa, y
sale lo que sale, cuando sale algo.
En la naturaleza creadora, en el proceso evolutivo, no hay
una finalidad previa a la que llegar. No hay un “punto omega” al que tender. El
punto omega es/sería el punto al que, tras muchos avatares, ha llegado. En
otras circunstancias podría haber llegado a otro punto.
La naturaleza evolutiva no es teleológica, sino ciega, imprevisora.
No siempre es progresiva. Hay más fracasos en su desarrollo que avances.
Aprovecha los limitados órganos de los antecesores y la ventaja inmediata.
Los modelos, inicialmente simples, se van refinando a través
del tiempo y, a veces, se diversifican hacia usos imprevistos.
La evolución natural no actúa según propósitos. Otra cosa es
la evolución cultural. En ésta sí que hay finalidad, ella sí que es puro
diseño. Se la llama “inteligencia creadora”. Creo que el adjetivo está mal
empleado. Más bien es “creativa”. Ésta no es “ex nihilo”. Supone elementos
previos sobre los cuales actuar.
Un soneto, una silla, una catedral, una novela, un artículo
como éste… son “diseños inteligentes”. Si existen, alguien tiene que haberlos
creado. No son “seres naturales” sino “seres artificiales”. Y todo ser
“artificial” requiere de un “artífice”, de un sujeto que antes de ponerse manos
a la obra y/o mientras está en ella tiene en su mente el “diseño”, el
“proyecto”, la “finalidad” de aquello que quiere crear.
El artista, el creador, nada tiene que ver con el dicho: “si
sale con barba, San Antón, si no, la Purísima ”.
El artista, el creador, va, intencionadamente a uno o a la Otra teniendo, previamente en
su mente, y mientras actúa, el “diseño”, “el proyecto”, “la finalidad” de lo
que quiere hacer. “Va a por ello”.
¿Ocurre eso mismo en la naturaleza? ¿Es la naturaleza como
una silla o como un soneto, la realización de un proyecto?
Cuando hay “un” diseño inteligente se requiere “un diseñador
inteligente”. Pero las sillas y los sonetos son “seres artificiales”, que
requieren la presencia y la actuación de “unos artífices”.
Pero la
Naturaleza no es un “ser artificial”, sino un “ser natural”,
“EL ser natural por excelencia”. Si decimos de ella que es no “un” sino “EL” Diseño
inteligente por antonomasia, estamos reclamando la presencia y actuación no de
“un” diseñador (un carpintero o un poeta), sino de “EL Diseñador Inteligente”,
de Dios.
Transpolar al plano metafísico lo que ocurre en el nivel
físico es un paso, un salto en falso. Una casa y una montaña, un libro y un
río, son seres que habitan en distintos ámbitos de realidad, ambos son entes,
pero de distinta entidad.
Se comete el llamado “error de categoría”.
Puesto que ambos son “seres”, tanto los artificiales como
los naturales, lo que puede aplicarse a “unos” no puede o no debe aplicarse a
los “otros”. Lo que sí vale para los artificiales (diseño-diseñador) no vale
para los naturales.
Afirmar que la naturaleza es como una silla, realización,
objetivación, plasmación de un diseño inteligente, es lo que deberían probar
los partidarios de El Diseño Inteligente.
Hoy día, tanto desde la Geología como desde la Biología , no se puede
concluir que estemos en presencia de Diseños Inteligentes.
Son muchas y muy variadas las imperfecciones que podemos
comprobar en el mundo y son muchos los fallos en diseño tanto en los organismos
en general, como en el hombre en particular,
Cuando, durante esta Semana Santa, Chema, un amigo
sevillano, gran dialogador pero más discutidor, soltó las palabras “diseño
inteligente”, se me revolvieron las neuronas.
Cuando le advertí que eso era la estratagema de la derecha
política ultraconservadora religiosa de Estados Unidos para introducir la
enseñanza de la religión en las escuelas (ya que la Constitución
americana lo prohíbe), entonces fueron sus neuronas las que se revolucionaron.
Parecíamos dos gallos de pelea.
Nada más lanzar Darwin su Teoría de la Evolución , salieron
seguidores entusiastas y detractores furibundos.
Un biólogo, llamado Mirat, insistía en que ojos y alas son
estructuras demasiado complejas como para haber evolucionado mediante pequeñas
modificaciones. “Debieron aparecer instantáneamente”.
Hay que decir que los organismos poseen estructuras
innecesarias y, muchos órganos, de Diseño Inteligente “nada de nada”.
Igualmente, recordar que la especiación ha ocurrido tanto de forma gradual como de forma rápida,
sin saber, hoy día, cuál de los dos métodos predomina...
Igualmente, recordar que tampoco existe, en muchos casos,
una delimitación clara de las especies. Ésta es imprecisa y, en parte,
convencional. (Por ejemplo, los elefantes africanos vivientes ¿conforman 1, 2 ó
3 especies? Ni los especialistas se ponen de acuerdo).
A la acusación de los antievolucionistas de que faltan
eslabones concretos y claros de la evolución, hay que recordar que las especies
fósiles muestran caracteres intermedios entre el antecesor y los descendientes,
por ejemplo, claramente en el caballo: también en el hombre.
El fósil intermedio más popular es el Archaeopterix, con
caracteres de dinosaurios y de ave.
A este modelo antievolucionistas están volviendo los
seguidores del Diseño Inteligente tras el fallo del tribunal americano contra
su inclusión en la enseñanza.
Creo, opino, afirmo, que el Creacionismo Científico es una
pseudociencia (véase en www.tomasmorales.es
el artículo “Ciencias y Pseudociencias”).
El Diseño Inteligente no es ciencia por la sencilla razón de
que sus defensores no usan el método científico.
Porque no explican por leyes naturales.
Porque apelan a realidades no observables.
Porque es imposible experimentar con sus tesis.
Porque no pueden hacerse predicciones.
Porque sus hipótesis no son falsables.
Porque, al no ser falsables, ni siquiera son teorías.
Porque no proporcionan mecanismos que expliquen lo que
ocurre.
Porque no tienen capacidad para resolver problemas que
puedan plantearse en el ámbito biológico.
Porque es una puerta trasera por la que intentan colar la
religión.
Porque sólo es “un acto de fe”, contra las evidencias
científicas.
Porque, en el fondo, es una llamada a la ignorancia.
“Pseudociencia con caracteres dogmáticos” – así la califican
tanto los científicos como lo escépticos. Consideran el Diseño Inteligente como
una “justificación a posteriori de una creencia en un Creador”, el Dios de las
religiones monoteístas. Una “versión del creacionismo antievolucionista que
busca la respetabilidad que el creacionismo clásico, bíblico y literal, había perdido.
En realidad, es una versión modernizada del argumento
teleológico (la 5ª vía tomista) de la existencia de Dios.
El Diseño Inteligente se opone a la Evolución Teísta
y al Creacionismo Evolutivo, que admiten tanto a Dios como a la Evolución.
Ellos, sin embargo, sobre todo los que forman la P.S .S.I. (“Médicos y Cirujanos
por la
Integridad Científica ”) no se consideran creacionistas, sino
sólo antidarwinistas”.
El Diseño Inteligente, dicen, no es creacionismo, ni teísmo,
ni acto de fe. Es más bien agnosticismo, pero introducen la teleología.
“Somos, sobre todo, antidarwinistas”
Los darwinistas, en cambio acusan a los del Diseño
Inteligente de ser una reedición
actualizada del creacionismo.
El Diseño Inteligente es considerado, por muchos, como la “cuña”
con la que se intenta romper la monolítica cultura materialista, instalada en
el ámbito científico.
Sería una manifestación del eterno debate entre la Ciencia (inmanente) y la Trascendencia , entre
los Naturalistas y los Teístas.
Darwin habría sido el que se atrevió a romper el pilar
bíblico de la cosmovisión, tanto en su autoridad como en su contenido.
Sin embargo, bajo esa capa de barniz verbal, detrás de ellos
está el fundamentalismo ultraconservador.
Así lo han entendido varios rectores de Universidades
Españolas (León, Vigo,….) que afirmaron que el antidarwinismo no tiene sitio en
la Universidad ,
negándole sus aulas para conferencias, del 17 al 25 de Enero de 2008, sobre el
Diseño Inteligente, con un cartel anunciador “Lo que Darwin no sabía”,
afirmando que eso iba más allá de la libertad de expresión.
Pero el Diseño Inteligente, al ser asumido por la Iglesia Evangélica
y grupos religiosos fundamentalistas es por lo que está teniendo una expansión
y propagación a nivel mundial.
Es el disfraz con que
se quiere, en el fondo, ocultar una creencia, el creacionismo. Es una religión
disfrazada de ciencia, para, de esta manera, poder ser impartido en las
escuelas.
Eso es lo que dice el Tribunal Supremo que en 1987 sentenció que el Diseño Inteligente es una
“versión, disfrazada, del creacionismo religioso”, es el intento de un falso
debate entre Evolucionismo y Diseño Inteligente, siendo así que es imperativo
legal de la Constitución
de EE.UU. la neutralidad religiosa.
Es por lo que los detractores del evolucionismo y seguidores
del creacionismo, para poder entrar en las escuelas, en las clases de Ciencias
Naturales, sustituyeron “creacionismo” y “creador” por “Diseño Inteligente” y
“Diseñador Inteligente”, o sea, Dios, el Dios de las religiones monoteístas.
Tampoco el Papa actual considera que “el hombre y su razón”
sea un producto casual de la evolución. Es, para él, algo irracional. Aunque
admite la evolución, como un proceso, no la considera como la respuesta final
al “de dónde viene todo esto y cómo todo toma un camino que desemboca en el
hombre”.
“Hay muchas pruebas científicas a favor de la evolución,
pero la evolución no responde a todas las preguntas del hombre, sobre todo a la
gran pregunta: ¿De dónde viene todo? ¿Cómo la naturaleza ha emprendido un
camino que llega hasta el hombre?” – dice el Papa – “sobre todo, la pregunta a
cuál es el sentido de la vida”.
Pero, me pregunto yo,
¿acaso esa pregunta es científica?
“Sin Dios la vida es un simple pedazo de la evolución, nada
más, no tiene sentido para sí misma”
Pero nosotros, ahora, sabemos quiénes somos, sabemos de
dónde venimos, pero ¿saber a dónde vamos?
La tierra ha sido, es y será un planeta hostil, peligroso.
Entre el Cretáceo y el Terciario, hace 65 millones de años,
desaparecieron el 75 % de las especies del registro fósil, incluidos, por
supuesto, los dinosaurios.
El 90% de las especies que algún día existieron sobre la
tierra se han extinguido como consecuencia de cambios climáticos, de
asteroides, de la actividad volcánica, de los movimientos sísmicos,….
“Qué sentido tiene la vida, sin Dios” – pregunta el papa.
Esas especies extinguidas podrían responderle.
Y, a renglón seguido, añade: “esta visión es necesaria para
comprender también el sentido del dolor”, “la bondad interior del sufrimiento,
que nos hace más libres y más grandes”.
Continúa el concepto de la vida no como estancia lúdica,
agradable, feliz, sino como camino, como valle de lágrimas, como medio para, no
como fin.
Me pregunto yo qué sentido puede tener el dolor si no es
como un aviso, un síntoma, de que algo no funciona bien en el cuerpo; y, peor
aún ¿qué sentido puede tener el sufrimiento? ¿La moneda de cambio, el vale, el
bonobús que te permite la entrada en el cielo? ¿Puede haber un Dios así de
sádico?
Según la
Iglesia católica ni se excluyen ni se contraponen Creación y
Evolución.
La lucha ideológica, las acusaciones mutuas, los
desencuentros, terminaron, teóricamente, en el año 2007, en un juicio, en el
que el Juez declaró que el Diseño inteligente es el creacionismo disfrazado de
un camuflaje pseudocientífico.
Pero las pseudociencias y sus propagandistas parecen tener
en sus venas el no poder estar callados, la altisonante y ubicua verborrea.
En 1990 se crea una institución, Discovery Institute, en
Seatle, ligado a una institución de ideología conservadora, de carácter
religioso y político en sus fines y postulados, al que se acoge el Diseño
Inteligente.
Nos dicen los científicos que los organismos no están
inteligentemente diseñados, son imperfectos, son los resultados finales, por el
momento, de un mecanismo evolutivo ciego. Sabemos que han llegado hasta aquí,
sabemos el camino recorrido, sabemos su “porqué”, pero no hay un “para qué”.
Cuando se le achaca a la Teoría de la Evolución de Darwin que no da explicación al
origen de la vida, hay que responder que no tiene por qué darla, porque para
que haya evolución debe haber, previamente, vida, la que evoluciona.
Lo que afirma la
Teoría de la
Evolución es que todos los organismos proceden de un antepasado común, mediante
modificaciones, y que no han sido creados simultáneamente.
Diseño Inteligente.
La paradoja del Diseñador: ¿Y quién diseñó al diseñador?
¿Conocen la
Teoría del Pastafarismo (los espaguetis voladores)?
“Si el Diseño Inteligente (el creacionismo) va a entrar en
la escuela, que se le dé a la
Teoría de la
Evolución 1/3 de tiempo, al D.I. otro 1/3 y al pastafarismo
otro 1/3”.
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