Antes que ciudadano el hombre es miembro de una familia, es
“hijo de”. Por esto la familia es la institución más antigua que se conoce.
Si la humanidad no se hubiera organizado en familias no
hubiera podido organizarse en polis, en naciones, como ciudadanos.
Son los dos tipos de relaciones sociales que superan a todos
los demás: la sociedad conyugal y la sociedad civil.
En sentido amplio “familia” se aplica a muchas cosas:
familia de plantas, de filósofos, de animales, de minerales…. Es una de las
categorías de clasificación.
En sentido más restringido “familia” es una “comunidad de
personas que viven juntas para satisfacer sus necesidades”.
Cuando esta vida en común se basa en la paternidad y en la
protección de los hijos da lugar a la familia en sentido pleno: la sociedad
conyugal, “la comunidad de padres e hijos”.
Los rasgos esenciales a la familia son:
1.- Comunidad de vida.
2.- Lazos de sangre (normalmente).
3.- Unión basada en el amor.
4.- Tres fines necesarios:
a.-
Proporcionar a sus miembros los bienes necesarios para su vida.
b.- Criar y
educar a los hijos.
c.- Ser célula
de la sociedad.
Ya Aristóteles afirmaba que el ser humano es, naturalmente,
más conyugal que civil porque: a.- la sociedad civil presupone las sociedades
domésticas (y no al revés) y b.- Porque la generación y crianza de los hijos
son más necesarias para la vida humana que los bienes proporcionados por la
sociedad.
Aquella nos nacen “hombres” y comienza a hacernos “humanos”,
ésta nos perfecciona y llega allí donde la casa no llega.
La especie humana sería inviable, biológicamente, sin la
familia, no sin la sociedad.
El niño, el anciano, el enfermo, el
discapacitado,….necesitan no sólo ser alimentados (podría hacerlo la sociedad),
sino que para llevar una “vida humana” (y no sólo “biológica”), necesitan ser
no sólo cuidados, también amados, sentirse rodeados de afecto, de cariño,…
Nacemos, crecemos, nos desarrollamos, incluso morimos, y
siempre “necesitados” y quien mejo solventa esas necesidades es la familia.
Podemos nacer varones o mujeres, pero todos nacemos “hijos”,
no se nos echa a la vida nada más salir del claustro materno, sino que se nos
pone en brazos de los padres, de la familia.
Por tanto, la filiación, la dependencia de origen es una
característica fundamental de la persona. Nuestra prematuridad, nuestra
inmadurez, al nacer, nos haría inviables sin la presencia de los padres.
Ahí, en el seno de la familia, comienza la primera y
fundamental (no la única, ni mucho menos) socialización. Ella es el primer
agente de socialización. Luego vendrán la escuela (en sus progresivos
escalones), el grupo de amigos, los medios de comunicación, las relaciones
laborales, las instituciones deportivas, o religiosas, o laicas,…
¿Que la familia no es una “institución perfecta”?. En eso
estamos todos de acuerdos. Podría, siempre, ser mejor de lo que en cualquier
momento, es. ¿Pero ha habido y hay otra mejor, que la sustituya?
Es la biología quien trae a los hijos al mundo, en
cooperación, aunque la mujer participe mucho más, pero debe ser el afecto, el
amor, el mutuo acuerdo, quien los encargue, y que no se presenten sin haberlos
llamado, sin haberlos querido, por un despiste, un descuido, un fallo, un tal
japonés de nombre Ogino.
Los desencuentros entre parejas son más fáciles de
solucionar que los matrimonio con hijos, en todos los órdenes.
El divorcio, unilateralmente solicitado y fundamentado, o de
mutuo acuerdo, siempre es un derecho reconocido por todas (¿) las legislaciones
humanas (al menos las occidentales).
No tan fácil de romper los vínculos en los matrimonios
eclesiásticos (pero éste, si antes era obligatorio, ahora no lo es, y sólo
deberían acceder a él los creyentes en que el vínculo es indisoluble, y no
hacerlo, sobre todo, por tradición, por espectacularidad, por el escenario,…)
Al consejo antiguo: “si su matrimonio se ha roto, busque
nueva pareja”, hoy se insiste en: “si su matrimonio se ha roto, intente
seriamente y en primer lugar arreglarlo”.
En palabras de un especialista norteamericano: “debemos actuar
a favor de la familia pues ella es el primer y mejor Ministerio de Sanidad (y
es verdad), el principal y mejor Ministerio de Educación (y es verdad), el
primer y mejor Ministerio de Bienestar Social (que, también, es verdad)”.
El primer y principal agente educativo es la familia. Luego
ayudarán, y mucho, maestros y
profesores. Para ello todos estos agentes deben poseer cierta dosis de
autoridad y sentido común.
Y el tema principal educativo debe ser lo bueno y lo malo,
lo justo y lo injusto, la tolerancia, el respeto,…. Los valores morales.
A la responsabilidad genética debe acompañar,
necesariamente, la responsabilidad educativa, moral,.. y para ello, ayuda, y
mucho, la estabilidad, pues es mucho el tiempo a dedicar. No basta con procrear
y criar, hay que educar y esto se hace mejor entre dos que uno solo, y cuanto
más unidos y estables permanezcan, mejor.
No es que sea absolutamente necesario, ni suficiente, pero
sí muy conveniente.
Una relación inestable y pasajera lo dificultaría todo.
De ahí que se haya definido al matrimonio como “un estado de
vida, ratificado mediante un contrato civil (obligatorio) y opcionalmente
religioso, reconocido por la sociedad, en virtud del cual se constituyen unas
relaciones estables entre dos personas (no necesariamente del mismo sexo),
orientadas a la complementariedad mutua, al fomento del amor y, si ambos
(heterosexuales) lo deciden y lo desean a la procreación y crianza de los
hijos”.
No se trata de un contacto esporádico ni de unas relaciones
pasajeras (aunque no necesariamente “para toda la vida”, un “contrato
indisoluble”) y al ser reconocido dicho contrato por la sociedad constituye una
fuente de derechos y deberes, imprimiéndole una dimensión social.
Se trata de “amor”, no sólo de “sexo” (aunque también) y de
amor recíproco.
El matrimonio puede ser: Monogámico (entre dos personas) y
poligámico (bien poligínico (el más frecuente) bien poliándrico.
La familia va más allá del matrimonio y se lo suele definir
como “una comunidad constituida por el matrimonio y sus hijos, quienes se
hallan relacionados entre sí y con sus padres, normalmente por vínculos de
consaguinidad (pero que, igualmente, pueden ser adoptados) y siempre con
vínculos de amor.
Por lo tanto el amor entre ellos puede ser “paternal”,
“filial” y “fraternal”.
1.- Atendiendo a su extensión y a su especificidad, la
familia puede ser:
- Tribal (compuesta por una tribu o por todo un pueblo,
denominado “clan”.
- Patriarcal (compuesta por un número considerable de
miembros (abuelos, padres, hijos, nietos, yernos,…y regida por la figura del
padre).
- Matriarcal (
“ “ “ “ “ “ “ “ “ “ “ de la madre)
2.- Atendiendo a la posibilidad de contraer matrimonio entre
miembros de diferentes familias, pueblos o grupos sociales, puede ser:
- Endogámica (se prescribe contraer matrimonio entre
personas de la misma tribu, pueblo o grupo social, quedando prohibido hacerlo
fuera de ellos).
- Exogámica (se prescribe lo contrario del anterior).
3.- Atendiendo al carácter y al número de sus cónyuges puede
ser:
- Monogámica (una unión entre dos personas, homosexuales o
heterosexuales)
- Poligámica (poliandria o poliginia).
4.- Atendiendo a la línea directa por la que el apellido se
transmite a los hijos, puede ser:
- Patrilineal (el apellido se transmite en línea directa del
padre a los hijos).
- Matrilineal (el
apellido se transmite en línea directa de la madre a los hijos).
5.- Atendiendo a la residencia adoptada al casarse puede
ser:
- Patrilocal (cuando los nuevos desposados instalan su
residencia en el domicilio de los padres del esposo).
- Matrilocal (cuando los nuevos esposos instalan su
residencia en el domicilio de los padres de la esposa).
- Neolocal (cuando los nuevos desposados, independizados de
sus respectivos padres, establecen su residencia en un nuevo domicilio).
6.- Atendiendo al número de personas que la integran puede
ser:
-
Extensa (la que sin llegar a ser patriarcal ni
matriarcal comprende un número extenso de familiares (abuelos, padres, hijos,
nietos, yernos,….
-
Nuclear (la formada por la pareja y por los hijos, bien
nacidos de la misma o bien adoptados).
E igual que en la sociedad hay varones y mujeres, con roles
distintos, aunque no opuestos, pero sí complementarios, sería conveniente para
el niño (no absolutamente necesario, ni menos suficiente) que fueran educados
por los dos.
En la familia se enseña y se aprende desde vivir hasta morir.
Se aprende todo, aunque luego pueda ser (que lo va a ser) completado por la
sociedad.
En la familia no va a aprender Arquitectura ni Astronomía,
pero sí el hábito de estudio para ser un gran arquitecto y un gran astrónomo.
El dinero va a ser necesario, pero el amor de la familia va
a ser imprescindible.
La familia no es sólo una célula biológica de la sociedad,
también es una célula social, política, cultural, moral.
Todo comienza/debe comenzar a practicarse en la familia,
para después poder llevarlo y desarrollarlo en ámbitos más amplios, en la
sociedad.
La familia es la primera Escuela de Pedagogía Social, en la
que se aprende el esfuerzo, la ayuda mutua, la convivencia, la tolerancia de
ideas y creencias, el respeto siempre a las personas, la justicia, la
solidaridad, la paz,…
Las funciones fundamentales de la familia son:
-
Función sexual (reproductora o no).
-
Función económica (proporcionando los recursos
necesarios ambos cónyuges para lograr una vida digna de todos sus miembros.
Puede ser una sociedad de “gananciales” o bien de “separación de bienes”, no
sólo de los heredados, sino de los conseguidos por el trabajo de cada uno, por
lo que hay que poner un “fondo común” y, lo que sobre, queda a disposición de
cada cónyuge, para sus deseos o necesidades particulares).
-
Función afectiva (lugar de encuentro, viviendo en
amor).
-
Función educativa (en caso de tener hijos). No sólo se
trata de criarlos, también de educarlos, pretendiendo una educación integral,
desarrollando todo su potencial y todas sus cualidades.
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