Si Actos à Hábitos à CARÁCTER, FORMA DE
SER, SEGUNDA NATURALEZA, entones la Ética es un propuesta sobre virtudes.
Y si al Obrar ejecutamos Actos, cuatro son las formas de
obrar del hombre, desde los antiguos, Prudencia, Fortaleza/Valor/Esfuerzo, Moderación/Templanza
y Justicia.
Las clásicas, de toda la vida, Virtudes Éticas, que Platón
relaciona con las tres almas (racional, sensitiva y vegetativa), con las tres
partes del cuerpo en que están ubicadas (cabeza, tórax y abdomen), con El mito
del carro alado (auriga, caballo dócil (obediente y con altos ideales) y
caballo indómito), con el mito del hombre (hombres de oro, de plata y de
hierro), con la sociedad y sus clases (gobernantes, ejércitos y trabajadores)…
Naturalmente la virtud principal será la Justicia, que es la
armonía entre las tres.
Ni sólo el auriga sin caballos (no habría auriga), ni sólo
el caballo dócil, ni sólo el indómito. La armonía entre los tres, al auriga
dirigiendo y gobernando a los dos caballos, esa sería la justicia.
Igualmente, no sólo dárselo todo a la cabeza, ni todo al
tórax, ni todo al abdomen, pero sí que hay que darle. ¿Cuánto?, no más de la
cuenta, pero tampoco menos, lo suyo, lo justo, Sólo así se consigue un hombre
armónico, ajustado, al que nada le sobra ni nada le falta)
Poniendo en práctica esas cuatro formar de obrar se adopta
la conducta ética adecuada, tanto en la polis como en uno mismo, Ética Social o
Política y Ética Personal.
¿Cómo ser una “persona justa”?: cuando tu cabeza (Prudencia,
Razón) manda sobre el Tórax (valor, fuerza, tesón, sacrificio) y éste sobre el
abdomen o bajo vientre (comer, beber, descansar, defecar, mear, foll…).
Cuando las funciones se desarrollan perfectamente y se da la
subordinación de funciones.
Platón propone el control racional del placer, el
autocontrol, la moderación o “templanza”, porque todo hombre experimenta la
inclinación natural al placer que se obtiene de la comida, de la bebida y del
deleite sexual.
Es aquí donde más intensamente se manifiestan las fuerzas
naturales y estos tres placeres, incontrolados, acabarían con el individuo
mismo, además de con la especie.
Esos placeres se dan en nosotros por lo que tenemos/somos de
“animales”, pero dedicarle todo a ellos sería realizarnos como animales y no
como personas si no los subordinamos a otros superiores.
“¿Qué diferencia habría entre un hombre así y una bestia”? –
se pregunta Aristóteles.
¿Cómo hacer una ”polis justa”?: cuando hay orden y armonía
entre las clases sociales que forman la sociedad (cuando los gobernantes
gobiernan, los defensores defienden y los trabajadores trabajan”. Sólo entonces
la sociedad es justa, cuando nadie se entremete en las funciones de la otra
clase y desarrolla perfectamente las funciones de la clase en que está inserto.
“Justicia” viene de “iustitia” ß “iustum” à
“lo justo” = “lo suyo”. No más (no sería “lo suyo”), pero tampoco menos (no
sería “lo suyo”), hay que darle y tiene que ser “lo justo, lo suyo”).
Como 1 kilo son 1.000 gramos, no más, no menos, 1.000. Si el
tendero me diera más o menos peso o yo vendiera por menos pesado o más peso, no
sería “justo”.
¡Cuántas veces no le diría yo a mis alumnos que intentaba
dar notas “justas”¡
¿Cuál será el “salario justo”?. ¿O es “in-justo” el que
hay?, ¿habría que pagar más?, ¿habría que pagar menos?.
Y los precios ¿son los justos?, ¿están ajustados?.
Los cuatro tipos de justicia, según Aristóteles, son:
1.- Relación Individuo-Individuo (justicia conmutativa, la
que existe entre los individuos, la que se da entre el tendero y el cliente, la
ley de la compra-venta. Al expendedor de tabaco nos cobraba la cajetilla igual
al profesor que al alumno, y la cajera de Mercadona cobra igual las patatas al
varón que a la mujer. Entre ellos la relación que se establece es la de individuo
a individuo, Justicia mutua o conmutativa)
2.- Relación Sociedad/Estado/Poder/Gobierno-Individuo
(justicia distributiva, porque los gobernantes deben “distribuir” los cargos y
las cargas, no de manera igual sino proporcional a los ciudadanos. Quien más
tiene deberá pagar más y quien menos tenga deberá pagar menos. Quien tenga la
titulación de Medicina tendrá derecho a presentarse al M.I.R. y quien no lo
tenga no podrá ni él acceder a ese puesto ni la Administración a permitírselo.
3.- Relación delito-pena (justicia penal, que estudia la
pena adecuada, justa, a cada delito. Al que Robaina gallina no se le podrá
penalizar con la muerte ni con la mutilación de la mano con la que la ha robado
(sería una pena excesiva, in-justa), pero al que roba 1.000 euros no se le
podrá penalizar con una multa de 50). Adecuación de la pena al delito, ni mayor
ni menos, la “justa”.
4.- LA JUSTICIA LEGAL, que es la perfección cuando las tres
justicias anteriores son “justas”, se practican adecuadamente y la ley las refleja,
por lo que “acatar y obedecer la Ley JUSTA, es la justicia perfecta y la
sociedad será feliz.
También enuncia Aristóteles la “equidad” como un tipo de
justicia. Se da cuando ante circunstancias especiales debe aplicarse no la
letra sino el espíritu de la ley. Está, ahora mismo, en las calles a diario.
Son los desahucios. Dueños de pisos que, tras haber pagado el 90% del valor de
la vivienda, ante la muerte o el paro del trabajador, hay un descuido o demora
en satisfacer la mensualidad hipotecaria. Poco a poco los jueces no aplican la
letra de la ley si no su espíritu: “¿Qué habría legislado, el legislador, ante
este caso presente que tengo ahora en mis manos?, ¿Aplicar la ley y echar a la
calle a la viuda con cuatro hijos pequeños o no aplicarla y buscar otra forma,
no escrita, pero si supuesta, para condonar la deuda pendiente?.
“Justicia” es el reconocimiento de los derechos y como el
débil no tiene fuerza para reclamarlos ante el fuerte, es por lo que la
justicia es, sobre todo, la virtud de los que ejercen el poder, al ser el
gobernante el responsable último de la justicia.
La pregunta, ahora, sería si es fácil obligarle a él a ser
justo.
Por eso dice Platón que no hay nada más desesperanzador que
un gobierno injusto.
Al gobernante, pues, además de exigirle que sea un buen
ciudadano, como todos, que sea, además una persona íntegra. Porque “con su
palabra (una vez escrita y manifestada en el B.O.E,) se hacen los puentes, se
construyen los edificios…). Y todo sabemos lo que es la “corrupción”, últimamente
la urbanística, con contratos de obras o recalificación de terrenos, de rural a
urbano, y los tantos% a ingresar en las cuentas propias o del partido.
Dice Tomas Moro que “del Príncipe (Gobernante) llega al
pueblo, como de un inagotable manantial, la inundación de todo lo bueno y de
todo lo malo”
La más importante, y la más difícil de esas cuatro virtudes,
sin duda que es la Prudencia.
Es propio de la libertad tender puentes hacia el futuro.
Puentes desde lo que soy a lo que quiero ser. Pero lo que quiero ser todavía no
es. ¿Cómo puede dirigirme, entonces, hacia lo que todavía no es?. El verbo
“prever” es la respuesta.
“Prever” significa “ver lejos”, anticipar el “por-venir”
(pro-videntia) à
“Prudentia” à
Prudencia o arte de dar los pasos oportunos para conseguir lo que todavía no
tengo.
Prudencia, cualidad máxima de la inteligencia, el arte de
elegir bien en cada caso concreto, una vista excelente para ver bien en las
situaciones más diversas, una difícil puntería capaz de apuntar en movimiento y
acertar sobre un blanco también móvil: la vida misma.
Si la prudencia es difícil es por su estrecha relación con
las circunstancias.
Dice Aristóteles que lo bueno en sentido absoluto no siempre
coincide con lo bueno para una persona. Al cuerpo sano no le conviene que le
amputen una pierna, pero amputarla, en caso de gangrena, puede salvar la vida
de una persona, que seguirá siendo persona, aunque esté amputada de una pierna.
También dice Aristóteles que los jóvenes pueden ser muy
inteligentes, pero no prudentes, porque la prudencia es el dominio de lo
particular, al que sólo se llega por la experiencia, y los jóvenes, si algo no
tienen es experiencia, porque ésta sólo se adquiere con la edad.
La prudencia es una cualidad teórica y práctica a la vez.
Este conocimiento y directivo a la vez requiere estudio, mucha experiencia,
pedir consejos y dejarse aconsejar (que no quiere decir total obediencia, sino
jugar con otros puntos de vista) y reflexión, mucha reflexión.
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