F. J. Ayala, en su “Origen y evolución del hombre”, defiende
el origen de la moral desde el punto de vista biológico.
Distingue entre “el origen de la capacidad ética”, que
derivaría de la evolución biológica, y el “origen de los códigos éticos”, que
tendrían una raíz cultural.
(Al final de este escrito veremos cómo E. O. Wilson sostiene
que incluso los códigos éticos tienen origen biológico)
Cuando se trata del origen de la Ética suele distinguirse
entre “Ethica docens” o Ética como disciplina teórica, reflexiva y crítica y
“Ethica utens”, que sería la Ética como moral vivida.
Mientras la “Ethica docens” tendría su origen en/con los
griegos que, en su salto del mito” a la
explicación por el “logos”, que, aunque
en un principio, se dedicó a la “fisis”, ya con los sofistas y demás
pensadores griegos se encaminó a la dilucidación del hombre, de la sociedad, de
las leyes, de la educación, del lenguaje,… la “Ethica utens” tendría su origen
y coincidiría con la aparición del “homo sapiens”, teniendo, pues, un origen
natural, biológico, siendo un producto de la Evolución biológica.
Según Ayala el hombre no sólo es “social” por naturaleza,
sino también “ético”, por naturaleza.
¿Acaso es contradictorio que sea de naturaleza biológica la
capacidad ética y que sean de naturaleza social y cultural los sistemas o
códigos de normas éticas?
.- Natural y
biológica la capacidad ética.
.- Social y
cultural los códigos morales concretos.
Que es lo que defendían los filósofos griegos (Aristóteles y
estoicos) y los medievales cristianos (Stº. Tomás de Aquino).
Los tres argumentos en que se apoya Ayala para defenderlo
son:
1.- Capacidad de prever las consecuencias de las propias
acciones o, lo que es lo mismo, posibilidad de establecer conexiones entre
medios y fines, lo que supone e implica la capacidad de imaginar el futuro.
Y todo arrancaría con la posición bípeda, la liberación de
las manos para el uso y posterior fabricación de instrumentos y la consiguiente
evolución de la capacidad intelectual, que resultaría ventajosa tanto para el
individuo como para la tribu.
Esta capacidad de anticipar el futuro es la condición
necesaria para un comportamiento ético.
2.- Capacidad de hacer juicios de valor, que depende de la
abstracción y de la posibilidad de comparar unas acciones con otras,
percibiendo a unas como preferibles a otras.
3.- Capacidad de elegir entre modos alternativos de acción,
lo que supone una inteligencia desarrollada, capaz de explorar diversas
alternativas de acción y elegir una de ellas en función de las consecuencias
esperadas, lo que lleva a afirmar que no está determinada, genéticamente, a
responder y a cómo responder.
Ninguna de esas tres “condiciones necesarias” para que se dé
un comportamiento ético se da en los animales no humanos.
Ellas tres provienen de una evolución biológica gradual
hasta sobrepasar un umbral, a partir del cual ya es posible….
Pero los códigos éticos, las normas éticas concretas tienen
un origen histórico, social, cultural,…
Por eso dichos códigos concretos varían en los diversos
grupos, épocas, sociedades, religiones, creencias,…y son ajenos a los
principios biológicos.
Se originan y se fundamentan en lo biológico, pero emergen
en y de la cultura.
Si la evolución biológica produjo al hombre, al hacerlo,
ella se superó a sí misma por la cultura.
La posición contraria es la defendida por E. O. WILSON.
No sólo la Ética, también sus códigos y normas tienen un
origen biológico, genético.
Para defender su posición pone tres ejemplos: el tabú del
incesto, la conducta altruista y el respeto por los Derechos Humanos, que
tienen, según él, un origen biológico y no cultural, y pueden justificarse
biológicamente.
1.- “El tabú del incesto” proviene del instinto (biológico)
de los genes, pues (y ahora ya lo sabemos) el apareamiento entre consanguíneos….
2.- “El altruismo” es la forma sofisticada del egoísmo,
genético, porque al defender y mirar por los suyos (por su familia, por su
tribu, por su sociedad,…) está defendiéndose a sí mismo, a sus genes.
3.- “El respeto a los Derechos Humanos” tiene su origen en
ser un mamífero que, tras luchar por su éxito reproductivo y por los suyos,
también lo hace por la sociedad, pactando compromisos que lleven a la
estabilidad social porque, de lo contrario, las desigualdades económicas y
políticas serían peligrosas para él.
Es, pues, rentable biológicamente convenir y acordar una
normativa niveladora del status social.
Es decir, los genes son, siempre, egoístas y su objetivo es
reproducirse, propagarse, perpetuarse,…
Por lo tanto, los biólogos tienen que pasar a ser los nuevos
maestros de la educación ética.
“Ha llegado el
momento de retirar la Ética de manos de filósofos, y “biologizarse”.
AYALA le contesta/le contestaría que qué sentido tiene,
entonces, para la propagación y transmisión de genes, ayudar a personas
infértiles, incurables, terminales, ancianos,….
¿Quiere decir que los varones son/tienen que ser “machos
sementales”, esparciendo semen por doquier y las mujeres deberían estar toda la
vida “embarazadas” para un mayor número de hijos posibles para esa propagación
y transmisión de genes?
Si WILSON estuviera en lo cierto podría estar justificado el
racismo, incluso el genocidio, como medio de conservar los genes que se
consideran mejores biológicamente y eliminar los indeseables.
La ocultura real es todo aquello que politicos y medios de comunicacion nos ocultan porque no les interesa que se conozca (Luis Manteiga Pousa)
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