domingo, 12 de abril de 2020

MODERNIDAD Y POSTMODERNIDAD ( 3 )



Frente a los apologetas de la legitimidad de la “razón moderna” en sus diferentes modalidades: teórica (racionalismo), práctica (liberalismo burgués) o instrumental (técnico-científica), la contemporaneidad postmoderna implica el primado de una racionalidad ético-humanista, vertebrada en torno a una axiología social.

A esa axiología se asigna el mantenimiento de un humanismo utópico, encargado de afirmar el sentido de la vida y de la historia.

Una postmodernidad –como afirma Aranguren- vive de una esperanza desnuda, habladora y vagando en camino hacia un “dónde” que no está en parte alguna.

Son síntomas de la postmodernidad religiosa la ausencia de Dios, la conciencia de la finitud, la crisis de la Razón Ilustrada, el crecimiento de la responsabilidad ético-política, la pérdida de la confianza en el progreso tecnológico, la insistente búsqueda de nuevas formas de humanismo,…

Tras la quiebra del individualismo moderno, la religión comparte la búsqueda contemporánea de un sentido para la vida y para la historia, de la mano de dos categorías relevantes de la conciencia social presente: la utopía y la esperanza.

El postmoderno no se aferra a nada, no tiene certezas absolutas, nada le sorprende, y sus opiniones pueden modificarse de un instante a otro.

Debido a la falta de confianza en la razón hay una pérdida de preocupación por la realización colectiva, y resalta un interés por la realización de uno mismo.

Esto se observa en el retorno a lo religioso: hay un "boom" de lo sobrenatural y de las ciencias ocultas (quiromancia, astrología, videncia, cartas astrales, cábalas, etc.).

En la postmodernidad, a diferencia de la modernidad, no hay prejuicio en aceptar explicaciones por más irracionales y extravagantes que sean.

Pero, además de un retorno de lo irracional; también retorna Dios.

Pero el dios del individuo postmoderno no es ni puede ser demasiado exigente.

Puesto que el individuo postmoderno obedece a lógicas múltiples, su postura religiosa también las tiene.
Estructura su mundo metafísico tomando ideas judías, cristianas, hindúes y añadiendo, quizás, una pizca de marxismo y/o paganismo.


Un modelo de sociedad postmoderna sería una conformada por infinidad de microcolectividades heterogéneas entre sí.

Los postmodernos renuncian a discutir sus opiniones; 

"Vive y deja vivir" es su lema.

¡Qué bien los expresó el otro Marx¡ “éstos son mis principios pero, si no te gustan, tengo otros”

El individuo postmoderno renuncia a buscar un sentido único y totalizante para la vida.

La suya es una postura confortable, alérgica a las exigencias radicales.

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