lunes, 27 de abril de 2020

IMPACTO TECNOLÓGICO ( 2 )



2.- IMPACTO TECNOLÓGICO EN EL MEDIO AMBIENTE.

Los avances tecnológicos provocan reacciones muchas veces totalmente disímiles, desde quienes plantean un crecimiento sin limites que permitiría a todos nadar en la abundancia, o los que sin ser exageradamente optimistas confían en un futuro prometedor, con un enriquecimiento en la  calidad de vida, resultado de los progresos científico - tecnológicos; hasta los que ven en esos progresos una deshumanización del hombre y un futuro sin perspectivas debido entre otras cosas a la degradación del medio ambiente y al agotamiento de los recursos no renovables.

Debemos reconocer que existen problemas, y muy graves, debido a usos incorrectos, abusivos, inapropiados o simplemente sin control, de determinados desarrollos tecnológicos, pero creemos que la responsabilidad no es de la tecnología, sino más bien de quienes, en un desmedido afán de comodidad, de lucro, de poder, de…de…, utilizan los recursos tecnológicos sin analizar previamente las consecuencias ecológicas, sociales y humanas que su uso y abuso pueden acarrear.

Recordemos que si bien el hombre a lo largo de su historia trató por todos los medios de superar las barreras que le imponía la naturaleza (por ejemplo construyendo puentes para salvar ríos o precipicios, o barcos para extender su campo de acción), durante siglos aceptó sus leyes aún se sometió a sus caprichos sin cuestionar su papel tutelar.

Pero todo cambio a causa del espectacular desarrollo de la ciencia y de la tecnología; el hombre pasó a sentirse dueño de la naturaleza, y dominarla fue uno de sus objetivos fundamentales.
Pero el uso indiscriminado y sin control de su poderío tecnológico está provocando consecuencia de carácter imprevisible, que puede llegar incluso a afectar seriamente su propia existencia.

Frente a esta realidad, posiblemente sea necesaria replantear la relación hombre – naturaleza, sobre la base de una mayor reciprocidad.

EN EL MEDIO AMBIENTE.

"El hombre no se siente parte de la naturaleza, si no más bien como una fuerza externa destinada a “conocerla” para “dominarla” y “conquistarla".

Esta situación debe revertirse y para esto es imprescindible e imperioso una toma de conciencia de la importancia de la tecnología y de su impacto en el medio ambiente, y la necesidad de que, quienes estén directamente vinculados al tema, lo analicen en profundidad.

Vivimos en un mundo en el que el desarrollo social esta muy vinculado al progreso tecnológico y, como resultado, al desarrollo de la actividad industrial y a todos los problemas ambientales, consecuencia de esta actividad.

La actividad industrial, "la explotación indiscriminada de los recursos naturales renovables y no renovables, sumada al desarrollo urbano de las sociedades modernas da lugar a un determinado impacto de las actividades humanas sobre los ecosistemas locales, regionales y globales que alcanzan actualmente una gravedad que reclama un replanteo de las relaciones que la humanidad mantiene con el medio ambiente.

Todos estos problemas plantean situaciones de riesgos, tanto para el medio ambiente como para cierto hábitat (el riesgo, pasando a ser un componente más de la civilización: “vivimos la civilización del riesgo”).

Cuando decimos "situaciones de riesgo para el medio ambiente” nos referimos, sobre todo a la contaminación, ya sea de los recursos hídricos como de la atmósfera, consecuencia de la acción humana.

Cuando decimos “situaciones de riesgo para ciertos hábitats”, nos referimos específicamente a la degradación de la calidad de vida en determinadas zonas urbanas, debido al acelerado y descontrolado crecimiento habitacional, resultado del desarrollo industrial de la zona o de zonas aledañas: la falta de planificación urbanística y la especulación financiera son ingredientes que agravan el problema cuyas consecuencias son entre otras la falta de agua potable en cantidad y calidad suficientes, la carencia de sistemas de recogida, encauzamiento y tratamiento de aguas servidas, la escasez de espacios verdes para disminuir la contaminación, etc… etc…y a estos problemas se le suman el nacimiento y la precariedad habitacional, todo lo que compromete seriamente la salud de la población.

Hemos dicho que vivimos “la civilización del riesgo” y no podemos decir otra cosa si nos atenemos a los riesgos permanentes que representan: la contaminación del medio ambiente, las lluvias ácidas, el deterioro de la capa de ozono, el efecto invernadero, las tecnologías nucleares, etcétera.

Somos conscientes de que el riesgo acompañó siempre el devenir del hombre, pero en el pasado estos riesgos eran “exógenos”, no dependían de su acción (por ejemplo, las catástrofes naturales) pero hoy los riesgos mayores son “endógenos” y como consecuencia de nuestro propio actuar
.
El desarrollo tecnológico de los últimos tiempos está planteando “situaciones de riesgos”, tales, que pueden llegar a poner en peligro la propia existencia del hombre.

No debemos olvidar que el desarrollo tecnológico tiene que ser un medio para lograr el bienestar general y no un fin en sí mismo; y para que esto se cumpla es fundamental tener en cuenta no solamente los aspectos vinculados a la rentabilidad, sino y sobretodo, los vinculados al deterioro del medio ambiente y a la vida social en general; es decir deben tenerse presente los problemas ecológicos y sociales que pueden plantear la aplicación indiscriminada de nuevas tecnologías.

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