2.- IMPACTO TECNOLÓGICO EN EL
MEDIO AMBIENTE.
Los avances tecnológicos provocan
reacciones muchas veces totalmente disímiles, desde quienes plantean un
crecimiento sin limites que permitiría a todos nadar en la abundancia, o los
que sin ser exageradamente optimistas confían en un futuro prometedor, con un
enriquecimiento en la calidad de vida, resultado de los progresos
científico - tecnológicos; hasta los que ven en esos progresos una
deshumanización del hombre y un futuro sin perspectivas debido entre otras
cosas a la degradación del medio ambiente y al agotamiento de los recursos no
renovables.
Debemos reconocer que existen
problemas, y muy graves, debido a usos incorrectos, abusivos, inapropiados
o simplemente sin control, de determinados desarrollos tecnológicos, pero
creemos que la responsabilidad no es de la tecnología, sino más bien de
quienes, en un desmedido afán de comodidad, de lucro, de poder, de…de…,
utilizan los recursos tecnológicos sin analizar previamente las consecuencias
ecológicas, sociales y humanas que su uso y abuso pueden acarrear.
Recordemos que si bien el
hombre a lo largo de su historia trató por todos los medios de superar las
barreras que le imponía la naturaleza (por ejemplo construyendo puentes para
salvar ríos o precipicios, o barcos para extender su campo de acción), durante
siglos aceptó sus leyes aún se sometió a sus caprichos sin cuestionar
su papel tutelar.
Pero todo cambio a causa
del espectacular desarrollo de la ciencia y de la tecnología; el hombre
pasó a sentirse dueño de la naturaleza, y dominarla fue uno de sus objetivos fundamentales.
Pero el uso indiscriminado y
sin control de su poderío tecnológico está provocando consecuencia de carácter imprevisible,
que puede llegar incluso a afectar seriamente su propia existencia.
Frente a esta realidad,
posiblemente sea necesaria replantear la relación hombre – naturaleza, sobre la
base de una mayor reciprocidad.
EN EL MEDIO AMBIENTE.
"El hombre no se siente
parte de la naturaleza, si no más bien como una fuerza externa destinada a
“conocerla” para “dominarla” y “conquistarla".
Esta situación debe
revertirse y para esto es imprescindible e imperioso una toma de conciencia de
la importancia de la tecnología y de su impacto en el medio ambiente, y la
necesidad de que, quienes estén directamente vinculados al tema, lo analicen en
profundidad.
Vivimos en un mundo en el que
el desarrollo social esta muy vinculado al progreso tecnológico y, como
resultado, al desarrollo de la actividad industrial y a todos los problemas
ambientales, consecuencia de esta actividad.
La actividad industrial,
"la explotación indiscriminada de los recursos naturales renovables y no
renovables, sumada al desarrollo urbano de las sociedades modernas da lugar
a un determinado impacto de las actividades humanas sobre los ecosistemas locales,
regionales y globales que alcanzan actualmente una gravedad que reclama un
replanteo de las relaciones que la humanidad mantiene con el medio ambiente.
Todos estos problemas
plantean situaciones de riesgos, tanto para el medio ambiente como para
cierto hábitat (el riesgo, pasando a ser un componente más de la civilización:
“vivimos la civilización del riesgo”).
Cuando decimos
"situaciones de riesgo para el medio ambiente” nos referimos, sobre todo a
la contaminación, ya sea de los recursos hídricos como de la atmósfera,
consecuencia de la acción humana.
Cuando decimos “situaciones
de riesgo para ciertos hábitats”, nos referimos específicamente a la
degradación de la calidad de vida en determinadas zonas urbanas, debido al
acelerado y descontrolado crecimiento habitacional, resultado del desarrollo
industrial de la zona o de zonas aledañas: la falta de planificación urbanística
y la especulación financiera son ingredientes que agravan el problema cuyas
consecuencias son entre otras la falta de agua potable en cantidad y calidad
suficientes, la carencia de sistemas de recogida, encauzamiento y
tratamiento de aguas servidas, la escasez de espacios verdes para disminuir
la contaminación, etc… etc…y a estos problemas se le suman el nacimiento y la
precariedad habitacional, todo lo que compromete seriamente la salud de la población.
Hemos dicho que vivimos “la
civilización del riesgo” y no podemos decir otra cosa si nos atenemos a los
riesgos permanentes que representan: la contaminación del medio ambiente, las
lluvias ácidas, el deterioro de la capa de ozono, el efecto invernadero, las
tecnologías nucleares, etcétera.
Somos conscientes de que el
riesgo acompañó siempre el devenir del hombre, pero en el pasado estos riesgos
eran “exógenos”, no dependían de su acción (por ejemplo, las catástrofes naturales)
pero hoy los riesgos mayores son “endógenos” y como consecuencia de nuestro
propio actuar
.
El desarrollo tecnológico de
los últimos tiempos está planteando “situaciones de riesgos”, tales, que pueden
llegar a poner en peligro la propia existencia del hombre.
No debemos olvidar que el
desarrollo tecnológico tiene que ser un medio para lograr el bienestar general
y no un fin en sí mismo; y para que esto se cumpla es fundamental tener en
cuenta no solamente los aspectos vinculados a la rentabilidad, sino y
sobretodo, los vinculados al deterioro del medio ambiente y a la vida social en
general; es decir deben tenerse presente los problemas ecológicos y sociales
que pueden plantear la aplicación indiscriminada de nuevas tecnologías.
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