Los milagros más fuertes
(caminar sobre las aguas, la multiplicación de los panes y los peces, convertir
el agua en vino y, sobre todo, resucitar a los muertos siempre estuvieron en
contra de la Iglesia ,
que no sabía cómo responder.
¿Habría sido inventado, en el
siglo I, por los evangelistas todo el catálogo de milagros, para demostrar a
los paganos el poder de Jesús?
Es lo que se opinaba en la Ilustración.
Inventados con fines apologéticos.
Si toda religión, para ser
inventada, necesita de una serie de milagros, el cristianismo no iba a ser
menos, además, sus milagros superaban a los de otros magos y curadores de su
tiempo, que era más que ellos, muy superior a ellos, que poseía poderes
divinos.
Bultman, nada sospechoso de
heterodoxo, afirma que Marcos, en el primer evangelio, es el que más milagros
pone en el haber de Jesús, y Marcos era un helenizado que había seguido los
cánones de la mitología al escribir su evangelio.
Y es también curioso –añade
Bultman- que la famosa fuente Q, que se considera muy antigua, casi ignore los
milagros de Jesús.
Otros consideran a Jesús un
mago y un verdadero exorcista que los rabinos judíos consideraban poseído por
el demonio, en nombre del cual, realizaba sus prodigios y que sólo más tarde,
cuando se escribieron los evangelios, se presentó a Jesús como un personaje
divino.
Es probable, o casi seguro,
que en los evangelios haya episodios concretos inventados, o retocados en clave
apologética pero es evidente que Jesús hacía milagros, es decir, hacía actos o
prodigios que los demás mortales no eran capaces de realizar, como curar a un
leproso, liberar a un endemoniado de sus fantasmas, resucitar a un muerto o
hacer caminar a un paralítico.
Si lo seguían allá donde
fuera y los que le seguían eran los parias de la sociedad (los pobres, los
marginados,…) es porque hacía prodigios, más que por sus palabras.
Son más de 200 los episodios
en los que aparece Jesús, en su breve vida pública, realizando algo prodigioso.
Es más si prescindimos de los
milagros poco nos queda de la vida de Jesús, porque como sólo conocemos su vida
pública…y en ésta aparece como mago y exorcista…
Los milagros eran como el
sello, como la firma que demostraba la autenticidad de sus palabras.
Los milagros hacían creíble
su nueva doctrina, rompiendo con todo lo anterior, además de que aliviaba el
dolor de los que recibían el milagro.
Hacía prodigios pero ¿era un
mago como tantos otros o era un hombre con poderes terapéuticos especiales o un
hombre tan poderosamente religioso que era capaz de curar a las personas y de
arrojar los demonios?
Es posible que Jesús, en
algún momento desde los 12 años hasta su vida pública hubiera estado en Egipto
y conocido la magia egipcia.
Pero ocurrió que, cuando la Iglesia se acercó al
poder, y viceversa, con Constantino, los obispos recibieron órdenes de Roma de
quemar todos los escritos llamados “heréticos”, que no eran sino los que no
coincidían con las fuentes oficiales.
Desaparecieron así, para
siempre, cientos de escritos sobre Jesús y sus actividades que habrían podido
orientarnos sobre la naturaleza de los milagros y las influencias que pudo
tener de la cultura de su tiempo en sus artes mágicas.
Porque fueron las curaciones
las que hicieron famoso a Jesús, más que sus palabras fueron sus hechos
prodigiosos.
Hay quien afirma que esos
prodigios fueron los que acabarían con él en la cruz, debido a la cantidad de
pobres, enfermos, necesitados,.., que le seguían, convencidos de que era el
nuevo Mesías, a causa de los prodigios que realizaba y que eso fue lo que le
dio miedo a las autoridades romanas, en un momento en el que había revueltas de
tipo nacionalista por todas partes contra la ocupación, por parte de Roma, del
territorio de Palestina.
Quienes no aceptan la
existencia de milagros los interpretan como curaciones de un gran terapeuta.
Eso habría sido Jesús, no
hijo de Dios, sino un gran terapeuta que hacía prodigios.
Desde que se supo que ciertas
enfermedades como la parálisis, la sordera, la ceguera, la mudez,…podían ser
producidas por la histeria y que podían curarse de repente, desaparecer, al
desaparecer la histeria, su causa, los pretendidos milagros se quedaban en
curaciones naturales gracias a la fe que él infundía en los enfermos y que, en
aquel tiempo, al no conocerse nada sobre la histeria, la gente interpretaba las
curaciones como verdaderos milagros.
¿Por qué dice Marcos que
Jesús no conseguía hacer milagros en Nazaret, en su pueblo natal, en el que lo
conocían y, por eso, no creían en él, sino que lo consideraban un loco o
lunático?
¿No sería que, precisamente
por eso, porque no creían en él, no conseguía curarles ya que, según la teoría
de la histeria para que un enfermo psíquico pueda curarse necesita tener fe en
el terapeuta?
¿Qué son las curaciones de
Lourdes y/o de Fátima, o de tantos santos y vírgenes de advocación varia sino
la fuerza de la fe de los peregrinos, que es la que hace que los paralíticos
anden y los ciegos vean?
Sus milagros, en un primer
momento sorprendían, suscitaban admiración, y hasta miedo.
Al ser considerado uno de los
grandes magos, cuando fue detenido, torturado y crucificado, la gente,
decepcionada, lo abandonó pensando que no era capaz de defenderse contra la
muerte, precisamente él, que había resucitado a los muertos.
Esperaban que cual Hudini, el
escapista, hubiera, también él, podido escaparse de su propia muerte. Pero, al
final, dio la impresión de haber perdido todos sus poderes.
Las gentes de entonces sabían
y estaban acostumbrados a ver a profetas que habían hecho/hacían milagros y que
los magos eran famosos, sobre todo en Samaria, que no profesaba la religión
judaica.
Pero ocurría que Jesús, no
pertenecía a la clase sacerdotal, ni al linaje de los profetas y, además, sus
orígenes eran de gente humilde y no digamos de su lugar de nacimiento (“¿puede
salir algo bueno de Nazaret”?)
Si de este hombre nada se
sabía hasta que apareció en la vida pública ¿podía ser un elegido de Dios o,
más bien un poseso endemoniado o un enfermo lunático?
En los apócrifos se
manifiesta que Jesús estuvo en Egipto, como trabajador y que allí pudo aprender
las artes mágicas.
Incluso Mateo también lo
insinúa.
¿Cómo es posible que nada se
supiera de él, durante tantos años?
La verdad es que antes de que
los romanos conquistaran Palestina, ésta había estado gobernada, últimamente
por los griegos y su cultura, así como la misma romana admitían un universo
poblado de criaturas sobrenaturales, como ángeles, demonios, espíritus llegados
de ultratumba,…
Una de las prácticas de la
magia clásica fueron las maldiciones como conjuros.
Si un padre mal-decía a un
hijo se cumplía la mal-dición. La palabra causaba la obra, el efecto.
En el Talmud, a Jesús se le
acusa de haber ejercido la hechicería y en el evangelio se le llama “agente del
mal”, término que significa “mago” en el Código de Derecho Romano.
Los primeros cristianos eran
acusados por sus enemigos y acusadores de ejercer las artes de la magia.
Detengámonos, por un momento,
en el “misterio de la eucaristía”: Un sacerdote que, ante un trozo de pan ácimo
y un poco de vino puro, dice unas palabras “mágicas” (“éste es mi cuerpo…..ésta
es mi sangre….”) y, ¡zas¡ quedan convertidos en el “cuerpo” y en la “sangre” de
Cristo. Eso sí manteniendo los mismos “accidentes” aristotélicos (sabe, huele,
se ve,…igual antes que después, pero antes era… y después es…..) Como por arte
de magia, porque ha cambiado “la sustancia”, lo que realmente es, antes “era
pan” ahora “es cuerpo de Cristo”
¿No es eso una magia, además
antropofágica, ejercitada por los cristianos en la clandestinidad de la
oscuridad de las catacumbas?.
Cuando Jesús cura a la hija
de Jairo pronuncia unas palabras raras: “talita koum”, que parece ser una
fórmula mágica semejante a las usadas por los egipcios, según consta en los
papiros mágicos egipcios.
Esas palabras las traduce
Marcos como “muchacha, levántate”, pero durante mucho tiempo esa frase
circulaba como una fórmula mágicas que nadie sabía lo que significaba.
¿Qué significa “abracadabra pata
de cabra”?
Al igual que los grandes
magos y chamanes Jesús se retiró 40 días al desierto, para prepararse para su
vida pública de hacedor de prodigios.
Lo que el demonio, entonces,
le propone a Jesús no era otra cosa que cosas típicas de los magos, como volar
por las nubes (“tírate desde…”) o convertir las piedras en pan.
Dicen los evangelios que
Jesús no cayó en las tentaciones del demonio, que le proponía hacer milagros
propios de los magos, precisamente para rechazar la idea de que Jesús fuera un
mago más, como los de su tiempo.
No existe un solo de los
milagros realizados por Jesús que no se atribuyera ya a los magos de entonces,
desde calmar una tempestad hasta resucitar a un muerto o predecir el futuro.
Y como siempre, antes y
ahora, es necesaria la necesidad de la fe en el mago o la de pedir la gracia a
los dioses: “Pedid y se os dará” (así, también aparece en los papiros mágicos
griegos).
También, hoy, a los niños el
mago de turno hace algo por el estilo.
La escena de poner saliva
mezclada con polvo y hacer un poco de barro y untárselo a los ojos al ciego que
recupera la vista es típica de los rituales de magia.
También se dice en los
evangelios que Jesús “pertenecía a la orden de Melquisedec”, lo que confirmaría
que había sido iniciado, pues Melquisedec fue una figura importante de las
doctrinas clave de la antigüedad.
Ese
“según la orden” demostraría que Jesús pertenecía a un grupo iniciático y que
habría sido elegido para perpetuar aquellas enseñanzas.
JESÚS
Y LOS MAGOS.
Jesús
los hacía de manera altruista y sólo para el bien de los demás, nunca pidiendo
dinero por ello, mientras los magos los hacían por propio interés y para
enriquecerse.
Las
curaciones y los exorcismos estaban siempre relacionados con el perdón de los
pecados, ya que, en aquel tiempo, en la religión judía, las enfermedades o las
posesiones diabólicas solían verse como consecuencia de los pecados cometidos,
por uno mismo o por sus antecesores.
La
magia, sin embargo, muchas veces, y a petición de alguien. Lo que intenta es
provocar el mal en otra persona.
Definamos
estos conceptos:
1.-
“Medicina”, es un método de diagnosis de los males del hombre y una
prescripción de los mismos basada en la combinación de una teoría y la
observación del cuerpo humano, de sus funciones y sus disfunciones”
(Observemos
y describamos qué hace el médico cuando acudimos a él por algo: observa ese
algo que hay, lo compara con lo que debería haber, así diagnostica lo que es y,
según sus conocimientos, prescribe un tratamiento para normalizar lo anómalo).
Esa prescripción puede ser tanto médica como quirúrgica.
2.-
“Milagro”: el milagro implica postular
que la curación puede llevarse a cabo apelando a los dioses, mediante su
intervención, ya sea directamente o a través de un agente intermediario”
(Pensemos,
observemos lo que hacemos cuando vamos a pedirle a Dios, a la Virgen o Santa Rita que nos
conceda un favor, desde que nos ocurra algo bueno (que mi hijo encuentre
trabajo, que el embarazo vaya bien y el niño también, que no llueva el día de
la feria, que llueva porque la cosecha peligra…)
3.-
“Magia”, es una técnica, gracias a la cual, por medio de la palabra o del gesto
se consigue un determinado fin, que puede suponer la solución de los problemas
de la persona que recurre a ella o el daño del enemigo causante del problema”.
Es
decir:
Si
la técnica es eficaz y consigue superar esa fuerza hostil, “la acción es
mágica”
Si
se considera, en cambio, que es fruto de la intervención de un dios o una diosa
o un santo… “esa acción es milagrosa o un milagro”)
Si
se la ve como un medio que facilita las funciones naturales del cuerpo, se
llamará “medicina”.
Los
antropólogos modernos suelen rechazar la vieja dicotomía entre magia y religión
por lo que afirman: “la magia y la religión se hallan tan estrechamente unidas
que resulta prácticamente imposible considerarlas dos categorías socio-culturalmente
distintas”.
Es
verdad que hay aspectos malignos, inhumanos, patológicos y dañinos en la magia,
pero también los hay en la religión.
Pero
solemos afirmar que lo que nosotros practicamos es la religión y que lo que
practican los otros es magia. Y uno no sabe (al menos yo) si es que todo es
porque social y culturalmente se considera sancionado como oficial y correcto o
como lo que no es oficial y se considera incorrecto. Todo dependería de la
confirmación o no política, social, cultural.
No
se puede reducir la magia verdadera a una simple trampa o juegos de
prestidigitación.
En
todos los tiempos la magia, la blanca y la negra, la positiva y la
negativa,…fue siempre una cosa muy seria y misteriosa y que probablemente aún
no ha sido examinada a fondo, por los prejuicios que existen sobre ella por
parte del mundo racionalista.
Y
no hay más que ver a las jóvenes, sobre todo negras, obligadas a la
prostitución y que están amenazadas por el vudú y que su familia puede morir si
no hace lo que el chulo-mago correspondiente le ordena.
Están
en el fango social porque creen que ocurriría lo peor.
¿Ocurriría?
Digamos
que entre los milagros y la magia la diferencia es más social y política que
práctica.
En
la antigüedad, si un individuo hacia ciertos prodigios y sus seguidores los
consideraban milagros, lo aclamaban como un ser divino.
E
inmediatamente, o al mismo tiempo, sus detractores dirían que era un mago
poseído por el demonio.
Lo
que le ocurría a Jesús.
No
sería nada extraño que Jesús fuera un hombre fuertemente sensible con una gran
capacidad de seducción y de convicción, dotado de poderes psíquicos excepcionales
que él aprovechaba para aliviar el dolor y para convencer a los hombres de que
la fe puede hacer milagros.
No
sabemos si fue él o se lo atribuyeron a él cuando decía que no era él quien hacía
los milagros sino el Padre y que ningún milagro era posible sin la fe en Dios..
Aunque
algunos milagros eran benéficos o beneficiosos, otros parecen gratuitos o
espectaculares, como el de caminar sobre las aguas, calmar las tempestades,
ascender a los cielos.
¿Podían
ser éstos, los gratuitos, los milagros inventados por los evangelistas mientras
los otros, los verdaderos, los benéficos, habrían sido realizados con su fuerza
curativa y de exorcista?.
Jesús,
como mago y taumaturgo, tuvo que ser problemático, tanto para sus seguidores
como para sus adversarios.
¿Y
el milagro de la resurrección de los muertos?. Nadie, nunca, jamás, lo ha hecho
(ni santos, ni mártires, ni vírgenes, ni papas…)
Es
lo que hace pensar que, quizá, esos milagros fueron introducidos por la Iglesia primitiva para
demostrar ante los paganos el carácter divino de Jesús quien, sin embargo,
nunca dijo de sí mismo que fuera Dios.
Felicitaciones por su artículo muy bueno.
ResponderEliminarGracias, amigo.
EliminarRealmente desde hace varios años pensaba en eso, en Jesús como una especie de mago o ilusionista. Este artículo es excelente.
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