Cuando leemos o escuchamos la
locución verbal “evangelios apócrifos”, en general, se interpreta como
“evangelios falsos” o “evangelios proscritos”, cuando, en realidad, la Iglesia nunca los ha condenado.
Es más, puesto que los
apócrifos unos se refieren al Antiguo Testamento y otros al Nuevo Testamento,
durante un tiempo formaron parte de la Biblia y eran citados y admitidos como oficiales.
Fue mucho más tarde cuando,
`poco a poco, empezaron a ser excluidos, al considerarlos, la Iglesia , poco fidedignos.
Si antiguamente se
consideraban apócrifos los textos de ciertas sectas secretas u ocultas, hoy,
dentro del cristianismo se consideran apócrifos los textos que no fueron
introducidos definitivamente entre los llamados “canónicos” u “oficiales” que,
como sabemos son sólo 4: los de Marcos, Mateo, Lucas y Juan. Todos los demás
son no canónicos, no oficiales o apócrifos.
Pero ya hemos indicado en
otro lugar por qué fueron elegidos esos cuatro y no fueron admitidos como
canónicos u oficiales los demás.
Los argumentos, si no fuera porque
estamos tratando un tema importante, son/serían de risa.
Los evangelios apócrifos son
muchos, unos 100, aunque muchos de ellos han desaparecido definitivamente y de
otros se conservan sólo fragmentos.
Yo tengo recopilados unos 50.
Se los consideró no oficiales
porque parecían demasiado “fantasiosos” pero en muchos de ellos el estilo es
semejante al de los canónicos, sobre todo los que se refieren a los “dichos” de
Jesús.
Muchos de estos evangelios
mezclan cosas reales, transmitidas quizá oralmente por las primeras comunidades
cristianas y ya sabemos que lo transmitido oralmente, de generación en
generación se va adulterando el mensaje primero y el último queda bastante alejado
del primero, porque el que lo oye y luego lo narra lo pasa primero por un
filtro y luego le agrega de su propia cosecha, por lo que, restándole algo y,
luego, añadiéndole algo, lo que resulta no es lo que en primer lugar entró.
No sólo son más fantasiosos
sino que, además, son apologéticos, como queriendo decir, pues, “si tu dios hizo
esto, mi dios, más que el tuyo”.
Pero lo curioso es que
aceptamos como “reales”, “no fantasiosos” muchos hechos narrados en los
canónicos pero consideramos “fantasiosos” todo los hechos narrados en los
apócrifos.
Por ejemplo: Jesús caminando
sobre las aguas, la transformación en un ser luminoso en el Monte Tabor, cuando
curaba a algunos ciegos escupiendo en el suelo y haciendo un barro que les
aplicaba a los ojos, la multiplicación de los panes y de los peces, la
conversión del agua en vino en las bodas de Caná…
Estamos ya tan acostumbrados
a verlos escritos u oídos en los “canónicos, que, si esos mismos milagros,
hubieran estado escritos en los “apócrifos” no dudaríamos en considerarlos
“fantasiosos”.
Se dice, también, que el
Jesús niño que aparece en los apócrifos es demasiado travieso, o demasiado
mago, pues no paraba de hacer prodigios.
Y que tenía mal genio, y que
era poco amigo de la familia,…Pero eso también lo dicen los “canónicos” cuando
se queda en el templo discutiendo o dialogando con los doctores de la ley y la
respuesta que le da a sus padres, o cuando le comunican que su madre y sus
hermanos están fuera esperándole (y la respuesta que da), o cuando afirma que
vino a separar al hijo del padre y a la hija de la madre, y de la nuera, y de
los hermanos entre sí, o cuando insulta llamando a algunos víboras, ladrones e
hipócritas,…Todo esto aparece en los “canónicos” pero se lo justifica con
subterfugios.
Quizá la mayor diferencia es
que los apócrifos son más apologéticos porque, seguramente, fueron escritos por
cristianos que tenían que defenderse de ciertas acusaciones de los paganos y,
por eso, intentaban exaltar en demasía la figura de Jesús, no sólo como hombre
perfecto, sino también como Dios, tratando, al mismo tiempo, de rellenar las
lagunas dejadas por los “canónicos” que sólo se refieren al nacimiento, cuando
a los 12 años se pierde en el templo y la vida pública con la predicación
detención, proceso, condena,…
Pero ¿y la niñez y la
adolescencia? ¿Desde un año hasta los 12 no pasó nada? ¿Y nada ocurrió desde
los 12 hasta la vida pública?
Son preguntas que los
primeros cristianos se harían y es en los apócrifos donde se encuentra la
respuesta.
Nunca sabremos si todo fue
inventado como una novela o algo de verdad había.
Hoy día seguimos creyendo
muchas cosas y los pintores de todas las épocas han expresado en sus obras y se
han inspirado no en los “canónicos” sino en los “apócrifos”, incluso pasajes
que los primeros Padres de la
Iglesia consideraron “canónicos” después serían considerados
“apócrifos”.
“Jesús nació en una cueva o
gruta” es de los apócrifos, lo que dice Mateo es que María estaba con su hijo
en una “casa” cuando llegaron los magos de Oriente. Mientras Lucas dice que
nació en un “pesebre” y Marcos y Juan nada dicen del nacimiento de Jesús.
“Los tres Reyes magos” es de
los apócrifos, en los canónicos sólo se habla de “magos”, no que fueran reyes.
“Que se llamaban Melchor,
Gaspar y Baltasar” solo aparece en los apócrifos.
“La Verónica que, camino del
Calvario, enjuaga con un lienzo blanco el rostro ensangrentado de Jesús”, esa
escena aparece sólo en los apócrifos, sin embargo existe una reliquia de ese
paño de la Verónica
en el que, según la tradición, quedó impreso el rostro sufriente de Jesús y
que, al saberse que sólo estaba en los apócrifos debe haberse eliminado como
una de las estaciones del Viacrucis (no lo sé, porque llevo muchos años sin
asistir, pero en mis tiempos de monaguillo sí que estaba (“La Verónica enjuaga el
rostro de Jesús”)
“Los nombres de los dos
ladrones crucificados a ambos lados de Jesús: Dimas, el ladrón bueno, a la
derecha y Gestas, el ladrón malo, a la izquierda” sólo aparece en los
apócrifos.
“Longinos, el soldado romano
que atravesó con su lanza el costado de Jesús” sólo aparece en los apócrifos.
“La festividad de San Joaquín
y Santa Ana, los padres de la Virgen ,
que se celebra el 26 de Julio” es por los apócrifos.
“La festividad de la Presentación de la Virgen en el templo, que se
celebra el 21 de Noviembre” se debe sólo a los apócrifos.
Los evangelios apócrifos, que
se conservan en traducciones y ninguno
en su lengua original fueron escritos entre los siglos II y IV, después de los
evangelios canónicos aunque, quizá alguno sea del siglo I.
Evangelios apócrifos, que son
una centena, como ya hemos indicado, y que los hay para todos los gustos:
De la Navidad , de San José, de la Infancia de Jesús, de la Virgen María , de San Pedro,… y
hasta de Pilato.
Son evangelios que nos
transmiten la idea que de Jesús se habían hecho las comunidades cristianas de
aquel tiempo y estuvieron más difundidos en Oriente que en Occidente.
Inspiraron a cientos de
pintores y literatos, desde Dante en la Divina Comedia hasta Milton en
el Paraíso Perdido y hasta Calderón de la Barca en sus autos sacramentales.
En los frescos de la basílica
romana de Santa María la Mayor
aparecen escenas tomadas de los apócrifos.
En el Proto-Evangelio de
Santiago o de la Natividad
de María se cuenta que los padres de María, Joaquín y Ana eran ricos, pero ya
ancianos y estériles y, por ello, se avergonzaban, en un contexto cultural
donde la fecundidad era un bien precioso.
Joaquín se va al desierto con
sus rebaños (¿para qué al desierto con los rebaños?): “no me iré de aquí, ni
comeré ni beberé hasta que el Señor no me visite”.
Ana, en su casa: “Lloraré mi
viudedad (Joaquín se había ido, no muerto) y mi esterilidad”. El ángel que le
dice que va a tener una hija. Dos mensajeros que le dicen que Joaquín está
volviendo a casa porque, también, otro ángel le había anunciado la buena nueva,
“sacrifica a Dios 10 ovejas sin mancha, entrega a los sacerdotes del templo 12
terneras de leche y mató 100 cabritos para dar de comer a todo el poblado.
“Ahora veo que Dios me bendijo
copiosamente, pues siendo viuda dejé de serlo y siendo estéril voy a concebir
en mi vientre. Y aquella noche durmieron (*) juntos” y a los 9 meses nació una
niña a la que le dio el nombre de María, a la que amamantó a sus pechos.
¿No eran ancianos? ¿No fue
concebida sin pecado original? ¿De dónde procedía? ¿O es que sólo se transmitía
por el acto sexual, pero él no era la causa del mismo?
María crecía y una serie de
doncellas judías la servían y se dedicaban a entretenerla pero, al cumplir los 12 años los sacerdotes se
reunieron para buscarle marido.
Un ángel les dice que reúnan
a todos los viudos del país y que cada uno se presente con un bastón y aquel en
que Dios hiciese una señal sería el esposo de María. Zacarías recoge todos los
bastones…..entra a rezar….va devolviendo a cada uno el suyo, y al llegar al
último, el de José, una paloma que empieza a revolotear sobre su cabeza … y “a
ti te ha tocado la suerte de recibir bajo tu custodia a la virgen del Señor”.
En otros apócrifos el milagro
fue que el bastón de José floreció (y así aparece en numerosas pinturas).
José que se asusta del
milagro (¿no se había presentado voluntariamente sabiendo lo que había?): “Es
que yo soy ya anciano y María es una niña. No me gustaría ser objeto de
burlas”.
Zacarías que le recuerda que
Dios castiga duramente a quienes se oponen a sus planes y José que acepta.
El resto es como el evangelio
de Lucas.
(Yo tengo otra versión.
Padres pobres, niña que nace, que entra a servir en el templo, que le llega la
regla, y como la sangre es tabú, y más la del período de la mujer, hay que
sacarla del templo, hay que buscarle novio,….)
LAS PRUEBA DE LA VIRGINIDAD
Otro episodio, de los
apócrifos, es el de la prueba de la virginidad, de la triple virginidad (no
había conocido varón, siguió siendo virgen en el parto y, también, después del
parto).
Primera prueba, la del agua,
que se hacía a las mujeres de cuya fidelidad se dudaba.
El marido lleva a la mujer
ante el sacerdote que, mientras reza unas maldiciones, mezcla agua bendita con polvo
de la calle y se le hacía beber a la mujer de la que se sospechaba.
Si la mujer no era culpable
no le pasaba nada, pero si lo era se quedaba estéril.
En el caso de María bebieron
agua los dos, María y José (¿pero José no era un viudo y con 4 hijos y dos
hijas? Luego no era estéril).
Segunda prueba, virginidad
después del parto. Dos comadronas (de cuyo nombre no se ponen de acuerdo dos de
los apócrifos). Una de ellas sí cree en su virginidad, la otra no y pide hacer
la prueba metiendo sus dedos en “la naturaleza”. Constata que era virgen y da
un grito y es que la mano con la que había examinado las partes íntimas de la Virgen se había desprendido
carbonizada. Desesperada pide a Dios que se apiade de ella y un ángel le pide
que acerque su mano carbonizada al niño recién nacido. Y queda curada. Ese fue
el primer milagro, recién nacido.
Si María fue virgen antes de,
en y después del parto ¿cómo es posible que los evangelios canónicos hablen de
“los hermanos (“adelfoi”) de Jesús”?
Respuesta de los apócrifos: José, cuando se quedó viudo, tenía 4 hijos (Judas,
José, Santiago y Simón) y dos hijas (Lidia y Lisia)
José murió a los 111 años y
tenía 93 cuando se casó con María, muriendo totalmente cuerdo, con toda
lucidez.
TRAVIESO Y VENGATIVO.
Así presentan a Jesús los
apócrifos.
En el Evangelio árabe de la
infancia aparece la circuncisión o fimosis, al octavo día, según las
prescripciones judías.
Cuenta el evangelio que fue
circuncidado en la misma gruta en que nació, una mujer anciana recoge el
prepucio cortado y lo mete en un vaso de alabastro lleno de aceite de nardo
añejo. Y como la anciana tenía un hijo que era comerciante en perfumes la Virgen le dijo: “mucho
cuidado en no vender ese frasco, aunque te den 300 dínares”.
Ese vaso, un día, lo
compraría la prostituta María Magdalena lavando con su perfume los pies y la
cabeza de Jesús.
Del prepucio se conservan (¿)
reliquias en algunas iglesias católicas.
LOS PRODIGIOS DESDE NIÑO.
Es en el evangelio apócrifo “La Infancia de Jesús”, desde
los 5 hasta los 12 años, atribuido a Tomé “filósofo de Israel” (no confundirlo
con el texto gnóstico “Evangelio según Tomé o Dídimo”), probablemente escrito
en el siglo I.
Todo sería para calmar la
curiosidad de los primeros cristianos y que en en los canónicos se pasa desde
el nacimiento hasta los 12 años.
Está este evangelio (y otros
apócrifos, cuando hablan de la infancia) tan lleno de prodigios que nada de
extrañar es que se le considerase “fantasioso” (aunque de los canónicos, si
quitamos los milagros, durante la vida pública hasta la crucifixión, queda
poco)
Aunque, quitarle a Jesús sus
milagros, proezas, prodigios…
Pero es que son milagros,
muchas veces, gratuitos, de un niño irascible, peleón, vengativo, de mal genio,
caprichoso,… en una palabra, poco ejemplar (aunque tampoco sea muy ejemplar la
escena que cuenta Lucas cuando se queda/pierde en el templo y la contestación
que le da a sus preocupados, desesperados y ansiosos padres).
.- Curar a una muda.
.- Encantar serpientes.
.- Devolver la figura humana
a un hombre a quien unas mujeres, con sus sortilegios, lo habían convertido en
un mulo.
.- Leones y dragones que se
le echan a sus pies, sin hacerle daño.
.- Cura a su hermano Santiago
de la picadura de una víbora.
.- Resucita al niño de Zenón,
que había muerto al caer a un pozo, y de lo que se le culpaba a Jesús.
.- En sábado, hizo doce
pajaritos de barro, sopló sobre ellos y los hizo volar.
.- Animales de barro que
hacían los niños, pero los de Jesús empezaban a caminar.
.- Los 365 ídolos que había
en Egipto, en el llamado Capitolio, al pasar un día por allí, se hicieron
pedazos.
.- Dejó seco a un niño porque
le estropeó unas pozas de agua que estaba haciendo: “te quedarás seco como un
árbol, sin que puedas dar hojas, ni raíces ni frutos”. Y los padres del niño
seco que van a casa de José, maldiciendo a niño tal.
.- El niño que cae muerto
porque, al cruzarse con él, corriendo, choca y lo maldice: “no continuarás en
tu camino”.
.- Niños que morían, porque
les llevaban la contraria (aunque luego los resucitaba).
Cuando la Virgen lo manda, con un
cántaro de barro, a buscar agua y se le rompe pero con la ropa que llevaba, se
la quita, recoge el agua y se la lleva a su madre, que se quedó maravillada del
prodigio.
.- Convirtió a un grupo de
niños en carneros, porque no querían jugar con él y, cuando lo vieron, se
escondieron. Ante las madres de los niños dijo: “venga niños, venid a jugar” y
los carneros volvieron a convertirse en niños.
.- El diálogo entre el niño,
sentado junto a un pozo, y dos soldados, narrado en “El evangelio armenio de la
infancia” (escena que bien podría haber estado en los canónicos, porque es muy
parecido al de la samaritana, que sí aparece) A las preguntas “humanas” de los
soldados (¿cómo te llamas? ¿Quién es tu padre?, ¿de dónde vienes?....)
respuestas enigmáticas (divinas) de Jesús.
Y dice el evangelio que Jesús
le explicó su origen divino y terrestre, eterno y temporal y que los soldados
aceptaron su explicación y se despidieron de él. (Texto apologético, para
defender el origen divino de Jesús antes de encarnarse en la tierra).
¿QUIÉNES MATARON A JESÚS?
LOS JUDÍOS.
Todos exculpan a los romanos
de la muerte de Jesús.
Lo que muestra cómo, cuando
fueron escritos, los primeros cristianos tenía miedo de los romanos, que
empezaban a perseguirlos y/o querían congraciarse con ellos.
Varían episodios que ya no se
conocían del tiempo de Jesús por ejemplo: No se rasgó en dos el velo del Templo
de Jerusalén (ya no había templo y qué y dónde estaría ese velo) así que,
cuando murió Jesús, “se rompió el dintel de la puerta del Templo” (pero, la
verdad, es que el Templo tenía varias puertas).
En el “evangelio apócrifo de
Pedro” (a él atribuido), el buen ladrón, Gestas, increpa a la multitud
diciendo: “¿En qué os ha perjudicado?”. Y en el momento de morir exclamó:
“!Fuerza mía, Fuerza mía, tú me has abandonado!” y no: “!Dios mío, Dios mío…)
como aparece en los canónicos. Y también cuenta que, después de morir le
sacaron los clavos de las manos” (lo que parece evidente que tuviera que ser
así).
Y, “los judíos, los ancianos
y los sacerdotes se dieron cuenta del mal que se habían acarreado a sí mismos
(al matar a Jesús) y empezaron a golpearse sus pechos diciendo: “!malditas
nuestras iniquidades¡. He aquí que se nos echa encima el juicio y el fin de
Jerusalén”.
En el “evangelio de los
nazarenos”, también perdido, se decía que alrededor de la cruz de Jesús “miles
de judíos creyeron en él” (siendo imposible que tanta gente hubiera alrededor
de la cruz).
Aunque en ellos puede haber algo
de histórico, lo cierto es que, por su carácter apologético, tiene muchas
explicaciones y añadidos, acordes con las necesidades y las polémicas de su
tiempo.
Son, también, la narración
literaria de lo que algunas comunidades cristianas, sobre todo en Oriente,
pensaban y creían del Profeta de Nazaret.
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