2 ¿QUÉ ES FILOSOFÍA? GRAMSCI - HEGEL - B. RUSSELL

 

GRAMSCI.

 

Dice Gramsci en “La formación de los intelectuales”: “Es posible imaginarse a un entomólogo y que los demás no sean prácticos en entomología, y a un especialista en trigonometrías y que la mayoría de sus congéneres no lo sean.

 

Pueden encontrarse ciencias especialísimas necesarias, pero, no por eso, comunes a todos los hombres,

 

Pero lo que no se puede es concebir a ningún hombre –a no ser que, patológicamente, sea idiota- que no sea filósofo, que no piense y, precisamente, porque pensar es propio de la naturaleza humana.

 

 

HEGEL (Una sola Filosofía con diversidad de sistemas filosóficos)

 

 

En las filosofías, en apariencia diversas, debe distinguirse lo universal y lo particular según su determinación propia.

 

Lo universal, considerado formalmente, y puesto al lado de lo particular, llega a ser a su vez algo particular.

 

Si se tratase de objetos de objetos de la vida corriente esta posición llamaría la atención por torpe e inadecuada: por ejemplo, como si alguien pidiera fruta y rechazase las cerezas, las peras, las uvas,…por ser cerezas, peras o uvas y no fruta.

 

Sin embargo, respecto de la Filosofía se permite justificar el desprecio que de ella se tiene por la razón de que existen tantas filosofías y tan diversas, siendo cada una de ellas sólo “una” filosofía y no “la” Filosofía, como si las cerezas no fueran frutas.

 

 

B. RUSSELL (en Historia de la Filosofía Occidental).

 

La Filosofía es algo intermedio entre la Teología y la Ciencia.

Como la Teología, consiste en un trabajo de reflexión sobre cuestiones en las que un conocimiento preciso no ha podido, hasta el momento, llegar a la certeza; pero como la Ciencia acude a la razón humana, más bien que a la autoridad, ya de la tradición o ya de la revelación.

 

Todo conocimiento “preciso”, podría decirse, pertenece a la Ciencia, y todo lo que es “dogma”, todo lo que va más allá del conocimiento “preciso” pertenece a la Teología.

 

Pero, entre la Teología y la Ciencia se extiende un “No Man´s Land”, un terreno inexplorado en el que sus dos flancos están expuestos a ser atacados.

 

Este No Man´s Land es la Filosofía.

 

Casi todos los problemas que interesan más particularmente a los espíritus especulativos son aquellos a los que la Ciencia no puede responder y y las respuestas de los Teólogos dignos de confianza no parecen tan concluyentes como lo parecieron en tiempos pasados.

 

El mundo está dividido entre el espíritu y la materia y, si estos es así, ¿qué es el espíritu y qué es la materia? ¿El espíritu está sometido a la materia o posee poderes independientes? ¿El universo tiene una unidad y un fin? ¿Evoluciona hacia un fin preciso? ¿Existen, realmente, las leyes de la naturaleza o creemos en ellas a causa de nuestro innato amor por el orden? ¿El hombre es, como los astrónomos lo definían “un minúsculo troza de carbono impuro y agua, que se arrastra sin fuerza sobre un pequeño planeta sin importancia? ¿O es, más bien, lo que le pareció a Hamlet? ¿Podría ser ambas cosas? ¿Hay una forma de vivir noble y otra vil o todas las formas de vivir carecen de valor? ¿Si hay una forma noble de vivir, en qué consiste y cómo lo lograríamos? ¿El Bien debe ser eterno, con el fin de ser estimado o vale la pena buscarlo. Incluso si el universo marcha inexorablemente hacia la muerte? ¿La sabiduría existe o lo que tal nos parece no es más que el último síntoma de locura?

 

Todas estas preguntas no han encontrado ninguna respuesta en los laboratorios.

 

Los teólogos han indagado pero han respondido de una manera demasiado definitiva; su misma precisión ha provocado sospechas en los espíritus modernos.

 

El estudio de estas preguntas, no sólo la posibilidad de responderlas, es dominio de la Filosofía.