1.- MECANISMOS GENERALES.
No sólo el organismo
BIOLÓGICO produce al hombre, como individuo (biografía) y como colectividad
(historia), sino que también lo causa la sociedad con sus estructuras y
dinamismos.
Un recién nacido (ß padres biológicos) en un tiempo determinado queda,
inmediatamente, inserto en un contexto social –Imperio Romano, época medieval,
clase social elevada o depauperada- contexto que modela las posibilidades
neurofisiológicas del pequeño.
Es el amplio y variado
proceso socializador, culturizador o educativo del ente humano.
Las posibilidades encerradas
en el código genético se concretan en contacto con una sociedad determinada,
sea una u otra distinta.
Resumiendo lo que ya hemos
escrito:
.- La nomenclatura metafísica
del individuo es: cuerpo – alma – espíritu o persona.
.- La nomenclatura científica
del individuos es: paleocórtex (herencia) – mesocórtex (cultura) y neocórtex
(creatividad).
Sobre este individuo influyen
y lo modelan las Instituciones (familia, escuela, iglesia, Estado, partidos
políticos, los “mass media”…) y la cultura (hermenéutica de la realidad o modelos
de conocimiento, más modelos de conducta.
Entre ambos forman la
llamada: Superestructura.
Pero, tanto las Instituciones,
como
Toda cultura es una
interpretación del entorno-contorno, interpretación que conoce dos grandes
inflexiones: los modelos de conocimientos (à cultos o ignorantes) y los modelos de conducta (àeducados o sinvergüenzas) así como las
interpretaciones globales que se han dado del ser humano (“las antropologías
filosóficas”).
Son, pues, varios y variados
los factores de cultura (àconocimientos y comportamientos)
Los socializadores o
educadores, insertos en alguna Institución Social, actúan sobre los educandos
desde las antropologías filosóficas o desde los modelos culturales que les tienen
a ellos.
En los individuos
socializados pueden distinguirse TRES niveles, anteriormente expuestos: en su
vertiente neurológica son: el paleocórtex o cerebro antiguo, el mesocórtex o
cerebro medio y el neocórtex o cerebro nuevo y que, en la vertiente metafísica
hemos denominado: cuerpo o “soma”, alma o “Psike” y espíritu o “pneuma”.
Los agentes socializadores,
mediante los reflejos condicionados, principalmente, intentan inculcar en los
individuos recién llegados al grupo los “modelos de hombre” (antropologías
filosóficas) y demás modelos que les dominan a ellos proporcionando, de este
modo, forma a la plasticidad cerebral de los sujetos a culturizar.
Y si, a todo esto, le
añadimos el espíritu o iniciativa no será sólo una copia de sus socializadores
sino convertirse en creadores originarios de cultura y de antropologías
filosóficas, puede convertirse en señor de su historia y no simple copia.
TROQUELADO.
El recién nacido se halla
sometido, desde el primer momento, tanto al medio físico natural (frío, calor,
alimento,…) como al medio humano (afecto, cultura vigente,…)
El hombre, pues, es el
resultado de una herencia (genotipo) y de un ambiente (fenotipo) o de su
“trama” (herencia) y su “urdimbre” (cultura), en palabras de Rof Carballo.
La herencia fija límites,
pero que desconocemos, y el medio ambiente, sobre todo el social, hace el
resto.
Si a dos niños gemelos
univitelinos, a uno le queman el pene a los 17 meses –por accidente- cuando se
circuncidaba a ambos, y lo educan como una niña, a los 9 años se comportará
como una niña, hasta en los más mínimos detalles de conducta.
Llegado a la maduración
sexual le administrarían estrógenos, con lo que el experimento perdería valor,
en vistas a determinar contrastadamente el peso del ambiente social y el peso
biológico, en la psicología femenina.
Lo indiscutible es que la
herencia está potenciada o reprimida por el medio ambiente.
Al nacer un niño le
incorporamos un “mundo perceptivo” (una manera de ver el mundo) y no nos
limitamos a proporcionarle sólo contenidos culturales.
La particular inmadurez
anatómico-fisiológica del niño, al ser totalmente vulnerable, irá posibilitando
la formación de mecanismos que edificarán la futura psicología del individuo.
La cultura o interpretación
de la realidad actúa poderosamente, desde las distintas instituciones sociales
(familia, escuela, amigos, iglesia, Estado,…) encima del futuro de los
individuos, de tal suerte que puede sostenerse que éstos son también el
resultado inesquivable de la socio-cultura.
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